Pureza es Luz
Nos olvidamos demasiado de la pureza. Transamos con nuestra higiene en nombre de la
conveniencia.
Dejamos que nuestras montañas y costas sean contaminadas por el bien
del
mercado. Dejamos que nuestras mentes sean mancilladas con entretenimientos
frívolos.
Se piensa en la guerra como una opción viable, los principios son
considerados
una cualidad negociable, nuestros niños son victimizados por extraños,
y
la obscenidad es considerada materia válida para el arte.
¿Dónde
está la pureza en nuestras vidas?
Nos
casamos. Nos divorciamos. No nos importa a quién herimos en la vida. Pensamos
que
la lealtad es una virtud encantadora pero sin sentido. Sacrificamos los valores
de
nuestra juventud para comprar la gloria de nuestros años venideros.
¿Dónde
está la pureza en nuestras vidas?
Pensamos
que si podemos triunfar en un momento dorado, eso disolverá toda la otra
mugre
de la que nos preocupamos. Apoyamos la grandeza de los atletas que quieren
tener
ese momento de triunfo. Alabamos al héroe del campo de batalla como al
redentor
de nuestra culpa sobre los horrores de la guerra. Hemos fomentado a los
locos
que creen que disparar un arma, cazar animales, cometer suicidio, o
acuchillar
a prostitutas en la calle son medios para lograr pureza.
¿Dónde
está la pureza en nuestras vidas?
Busca
la pureza. Puede no ser fácil. Puede no se común. Pero es el estado que
podemos
alcanzar que no tiene concesiones.
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