El poder
de la renuncia. Renuncia a todo lo que ya no te corresponde y encontrarás la
paz absoluta del espíritu.
Gerardo Schmedling
Los
sabios y sacerdotes, desde tiempos memoriales, conocían el extraordinario Poder
de la Renuncia. Lo utilizaban, como un método para liberar de la angustia y el
sufrimiento a las personas que se encontraban padeciendo de conflictos internos
insoportables.
Una de
las funciones de los monasterios era precisamente permitir que las personas se
alejaran del mundo y RENUNCIARAN a todo, para poder estar en Paz y estar con
Dios, con lo cual las situaciones de conflicto desaparecían de sus vidas y las
personas se curaban totalmente de sus padecimientos mentales.
En muchas
ocasiones sucedió que las personas decidían volver a su vida cotidiana y podían
verificar algo absolutamente maravilloso: después de haber renunciado a todo,
ahora percibían la vida de una manera totalmente diferente, pues las
situaciones de conflicto parecían haber desaparecido.
Lo que
realmente había sucedido, era algo completamente diferente: La Renuncia les
había dado la capacidad de ver la vida de una manera absolutamente distinta,
por lo cual, ahora, ya no sentían miedo ante las diversas situaciones de
aprendizaje de la vida, pues ya conocían el Poder Mágico de la Renuncia.
Si se
observa con cuidado, un monje de estos lo que hacía al renunciar a todo, en el
fondo estaba aceptando la realidad. De esa manera, se ponía en las manos de
Dios... es sencillo...
Hoy en
día, la Renuncia se aplica en psicología, como una técnica para ayudar a las
personas a superarse de diversos conflictos mentales, tales como la angustia,
el estrés y el estado de pánico, o en las crisis emocionales o sentimentales.
Ya no es necesario internarse en un monasterio ni escaparse del mundo.
De la
integración de la renuncia con la aceptación, resulta la paz absoluta del
espíritu.
La
Renuncia es el complemento perfecto de la Aceptación
RENUNCIA
a
cumplir funciones que ya no te corresponden.
a
prohibir que los demás hagan lo que necesitan para aprender.
a
imponer tus creencias, razones o verdades que puedas tener.
a
condenar las actitudes o comportamientos de los demás.
a
la cantaleta, cuando las cosas no salen como tú quieres.
a
suponer que puedan suceder cosas desagradables.
a
estorbar la evolución o las actividades de los otros.
a
ofenderte, por lo que los demás digan o hagan.
a
todo aquello que pueda alterar tu paz interior.
a
celar a las personas o a juzgar sus decisiones.
a
forzar a las personas para que estén contigo.
a
buscar culpables, por las cosas que sucedan.
a
oponerte a la realidad que la vida presenta.
a
impedir las experiencias de otras personas.
a
sufrir, ante aquello que no puedes cambiar.
a
ser esclavo de las opiniones de los demás.
a
interferir con las decisiones de los demás.
a
angustiarte, por lo que no puedes manejar.
a
sufrir, por lo que pueda suceder.
a
que los demás decidan por ti.
a
temer, por tus seres queridos.
a
luchar, por conseguir lo que no necesitas.
a
sufrir, por aquello que no puedes hacer.
a
sostener tus posiciones ideológicas.
a
agredir a nadie, por ninguna razón.
a
defender la razón que creas tener.
a
preocuparte, por lo que no sabes.
a
discutir, por ninguna cosa.
a
demostrar que tienes razón.
a
retener lo que no necesitas.
a
tu ego y a tu orgullo.
RENUNCIA
A TODO AQUELLO QUE YA NO TE CORRESPONDE Y ENCONTRARÁS LA PAZ ABSOLUTA DEL
ESPÍRITU
En
conclusión y de una forma muy simple, el poder mágico de la renuncia se trabaja
de la siguiente manera:
Renuncia
a cambiarle la realidad a los demás.
Cambia Tu Propia Realidad, mediante la Aceptología.
Enséñales
a los demás a cambiar la realidad de ellos, después de verificar que son correspondientes con esta información.
Las
herramientas que utiliza el ego o el orgullo son: imponer, interferir, forzar, agredir,
prohibir, suponer, etc.
La
renuncia rompe el orgullo, desbarata al ego y desbloquea la mente, entonces...
¡EL MILAGRO SE MANIFIESTA! Tu vida cambia de manera "mágica".
Después
de una renuncia, no es infrecuente tener un resultado positivo sobre algo que
habíamos buscado mucho... Busca en tu vida y encontrarás verificaciones de
esto. A todos nos ha pasado: renunciamos a algo y obtenemos el resultado
inverso.
Lo que
ocurre en estos casos obedece a un cambio de polaridad de masculino a femenino.
No impongo más, ahora acepto lo que el Universo tiene para mí...
Fuente:
personarte.com
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