Tao
es el camino que recorre tu espina dorsal.
Tao
es el camino de tu vida.
Tao
es el camino del cosmos.
Muchas
veces la gente se confunde sobre el Tao porque hay referencias sobre él en
tantos
niveles diferentes. Después de todo, permea toda la existencia. En efecto,
se
puede decir que el Tao es la existencia misma. Puede parecer extraño que
podamos
hablar
sobre el Tao a un nivel tan mundano como el del ejercicio físico y a un
nivel
tan exaltado como la propia santidad. Quienes siguen el Tao no piensan en la
divinidad
como algo “allá arriba.” Piensan sobre ella como en todas partes.
El
Tao puede ser tangible cuando quiere e intangible también cuando quiere. Un
aspecto
tangible del Tao es el camino en el centro mismo de nuestra columna
vertebral.
Ese es el sendero del Tao en nosotros. Es el camino del espíritu
conectando
los varios centros de poder de nuestro cuerpo.
A
un nivel filosófico, el Tao es la ruta a través de la vida. Es el cambio de un
escenario
a otro, el lidiar con las circunstancias, la expresión de tu carácter
interno
contra el telón de fondo de la naturaleza y la sociedad. A un nivel
metafísico,
es la evolución y el movimiento del cosmos mismo.
Ahora
toma esos tres niveles –el movimiento de energía que recorre la espina
dorsal,
el entendimiento filosófico del propio sendero en la vida, y la progresión
misma
del universo- y únelos todos en un concepto combinado. Entonces tendrás un
atisbo
de la genialidad del Tao.
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