Prohibido romperse

¡Calla!
¡No llores!
¡No cuentes!
¡No mires!
¡No te rompas!
¡Calla, sigue adelante!
¡No llores, sonríe siempre!
¡No cuentes, todo se sabrá!
¡No mires, baja la mirada!
¡No te rompas, ponte la coraza!
¿Por qué?
¿Qué importa si hablo, lloro, miro, cuento o me rompo?
Quiero permitirme llorar, contar como me siento, mirar hacia donde no quieres que mire y sobre todo quiero permitirme romperme sin sentirme culpable.
¿Qué importa si no soy tan fuerte?
Deseo dejar de ser esclava de las miradas y de las murmuraciones. Quiero dejar de temer al "qué dirán".
¿Qué importa si me muestro frágil y rota si es así como me siento?
¡Ya reiré, ya recogeré cada pedazo de mí en su momento!
El primer paso para recomponerme, es permitir que cada pedazo caiga, sólo así podré recogerlos de nuevo y juntar las piezas de mi ser.
Una sociedad que oculta, al final es una sociedad que no siente.

Autora: Rosa Francés Cardona (Izha)