VALENTÍA
Alguien
dispuesto a tomar su propia vida en sus manos
No
vacilará en tomar las vidas de otros.
Había
una vez dos amigos de excursión en las montañas. Uno era poeta, el otro un
estadista.
Llegaron a un profundo barranco, al fondo habían rápidos estruendosos
con
un delgado puente de tablones extendiéndose sobre la brecha.
“Bajemos
y escribamos nuestros nombres al otro lado,” sugirió el estadista. El
poeta
se negó. Así que el estadista bajó valientemente, cruzó el puente y escribió
sus
nombres con hermosa caligrafía. Luego escaló de regreso.
“Algún
día matarás a un hombre,” predijo el poeta.
“¿Por
qué dices eso?” exclamó su compañero.
“Aquellos
que tomarían su propia vida en sus manos no vacilarán en tomar las vidas
de
otros.”
Cuídate
del valiente. Él puede ser un héroe, dispuesto a arriesgar su vida misma,
pero
también estará dispuesto a poner en peligro las vidas de otros. Después de
todo,
es un tomador de riesgos y por lo tanto no ve la sabiduría de la
conservación,
la compasión y el cuidado. Una persona así amenazará a otros, forzará
su
voluntad sobre otros, e incluso matará a otros no por pasión sino por algo más
letal
–razones. Justificará sus acciones de acuerdo a la ideología, el patriotismo,
la
religión y los principios.
Cuando
es atacado, el valiente avanza con fuerza, poder y confianza. En ese
bullicio,
hay poca conciencia de lo sutil. La vida no es simple, y toma una gran
cantidad
de tiempo llegar a dominarla. Quizás es por eso que los valientes son
jóvenes
y los sabios son viejos.
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