¿Te
hacen feliz tus devociones?
¿Es
tu vida una alegre canción?
En
toda esta discusión sobre las devociones espirituales, hay un simple hecho. Te
tiene
que gustar. Debería hacerte feliz. Es desafortunado que tanta coerción, tanto
descontento,
tanta amargura, culpa y miedo se envuelvan en la espiritualidad. ¿Por
qué
no podemos hacer las cosas simplemente por alegría?
Practicar
la espiritualidad no es cuestión de pesadez. No es cuestión de miedo. No
es
para encajar en un grupo social. No tiene nada que ver con el status. El
dedicarte
a lo sagrado en tu vida es cuestión de celebración y alegría. Cuando te
sientas
a meditar, una sonrisa debería venir a tus labios y una sensación de
alegría
debería permear tu cuerpo. Cuando vas a un lugar consagrado para dar
gracias
y celebrar, deberías hacerlo no por el día de la semana que es, o por el
hábito
del ritual, sino porque es la mejor manera que conoces de adorar a tus
dioses
y expresar la maravilla de estar en esta tierra.
Sí,
sí, hay mucha desdicha en esta existencia. Esa desdicha es parte del campo
general
de negatividad. También hay cosas positivas en la vida, y la espiritualidad
es
la más destacada entre ellas. Así que cuando practiquemos nuestras devociones
espirituales,
que sea en regocijo y alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario