Seguramente
hemos percibido que los cambios se suceden rápidamente en estos tiempos. Los
vemos a nivel planetario y también en lo personal.
Esto
generaría inquietud por conocer más acerca de nosotros mismos, replantearnos el
trabajo, las relaciones, lo que creemos pendiente, lo que nunca hicimos pero
soñamos. ¿Será así la vida, de qué se trata todo, podría cambiarse?
Una gran
mayoría está buscando dentro de sí las respuestas luego de indagar
incansablemente en el afuera. ¿No nos habremos olvidado que originalmente somos
un Alma?
Sí, eso,
un punto de Luz, una parte de Dios experimentando en esta materia. Aunque
muchas veces subyugados por nuestras personalidades o egos.
¿Y si les
dijera que imaginemos que somos almas inmortales que desde su universo de Luz
eligieron hace mucho tiempo evolucionar en la materia, decididos a experimentar
todo lo que la misma ofrece?
Imaginémonos
entonces que salimos de nuestro Hogar de Luz plenos de amor y valentía
animándonos a venir y encarnar en este planeta para probar, examinar, apreciar
y soportar todo lo que propone.
Llegamos
aquí vestidos con un traje físico que vemos, otro emocional con el que
sentimos, otro mental con el que pensamos y entramos en el “juego de la
experiencia”, como actores que van a representar diferentes obras y personajes
en ellas.
Y así
vivimos miles de historias de las cuales guardamos recuerdos, sensaciones,
creencias, sistemas de defensa, patrones de conducta y todo ello va formando
una identidad que muchas veces, influenciada por la carga que lleva, quedó
alejada de la intención del alma.
Quizás
distraídos por la personalidad que fuimos conformando nos desconectamos del
verdadero propósito, de la real intención de todo este experimento.
Dentro de
esta prueba seguramente habremos sufrido, padecido y hecho padecer, sido ricos
y pobres, probado el poder y la esclavitud, la bonanza y la escasez, también la
felicidad y el amor en diversas formas.
Un largo
camino riquísimo en aprendizaje que nos ha hecho evolucionar grandemente como
seres, como almas.
Y
entonces… ¿qué es lo que está sucediendo ahora?
El tiempo
ha pasado y el alma quiere expresarse en todo su contenido y pureza, es momento
de recordar. ¿Cómo se manifestará?
Lo hará a
través de ese traje que tenemos para habitar aquí, emergerá como amor en acción
en nuestras actitudes y hechos, en sabiduría y creatividad a través de nuestro
pensamiento y palabras.
En más
amor, armonía y misericordia en las relaciones y vínculos no solo con las
personas cercanas, sino con la conciencia de todos y todo lo que nos rodea.
El
conflicto aparece cuando esto quiere manifestarse ya que nuestras
personalidades quizás tengan otra opinión, otra motivación, encerradas todavía
en temores, rencores, tristezas, enojos, temas a perdonar y sanar.
Todo lo
que hemos vivenciado tiene una llave de crecimiento que si la sabemos ver y
aprovechar nos llevará a una vida cada vez más satisfactoria, pacífica, amorosa
y en definitiva feliz. Tan feliz, amorosa y pacifica como es la Luz de donde
salimos y que en realidad somos.
Es tiempo
de transformación, de poder discernir entre lo que el alma que somos ansía y lo
que nuestros egos pretenden o creen saber.
Es tiempo
de introspección, de pausa, para vernos y reconocernos en todo nuestro
contenido.
Por lo
tanto, podríamos continuar de ahora en más experimentando sin sufrimientos,
comprendiendo de qué se trata, asimilando que en lo que reflejo puedo ver lo
que contengo.
Que si
veo lo que contengo con amor y aceptación la sanación está en marcha y el alma
podrá expresarse con su amor y alegría.
Nuestra
tarea fue elegida hace mucho, mucho tiempodesde el impulso de evolucionar y
servir a un Plan mayor.
Fuente: Mantra
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