AMISTAD - Meditacion N° 310 del 7 Mayo 2018 - 365 Meditaciones TAO






Aquellos verdaderamente conectados no necesitan correspondencia.
Cuando se reunen nuevamente después de muchos años,
Su amistad es tan verdadera como siempre.
En un pasado remoto, había una vez un hombre de estado joven y rico en una misión
diplomática. Acompasado por el río nocturno, escuchó el fascinante sonido de un
laúd. Siendo él mismo un músico apasionado, tomó su propio laúd y eventualmente
encontró a un pastor de cabras sentado en unas viejas ruinas. En aquellos días, un
aristócrata no se relacionaría con un plebeyo, pero los dos hombres entablaron
amistad a través de su música. Su interpretación musical era tan suave y natural
como el agua que fluye.
Una vez al año, el embajador y el pastor de cabras renovarían su amistad. Aunque
tenían la oportunidad de tocar su música con otros durante el resto del año, cada
uno de los dos hombres declaraba que había encontrado su verdadera contraparte.
Por muchos años el embajador intentó sacar al pastor de cabras de su pobreza, pero
su amigo lo rechazó firmemente. No quería contaminar su amistad con dinero.
Años más tarde, cuando embajador ya tenía el pelo cano, fue al punto de encuentro
pero su amigo no estuvo allí. Intentó tocar solo, pero su melodía era desoladora.
Finalmente alguien vino a decirle que su amigo había muerto de hambre durante una
reciente hambruna. Esta noticia dejó al embajador abatido. Quedó atrapado en la
ironía de saber que él tenía el dinero para haber salvado a su amigo, y sin embargo
también entendía los valores del hombre. En su dolor, el embajador rompió su laúd.
“Con mi amigo ido de este mundo, ¿para quién interpretaría mi música?”
La verdadera amistad es una rara armonía.



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