La
gente considera el ombligo como el vestigio de un nudo
Y
piensan que la nutrición sólo viene por la boca.
No
es así. Tao es la gran madre,
Y
en la región del ombligo se sitúa una vitalidad incalculable.
Los
libros antiguos llaman al Tao la gran madre.
El
Tao nos provee como la haría
una
madre. Nos protege, nos nutre,
hace
posible nuestras vidas. Estamos
literalmente
atados a la vitalidad del Tao.
Latentes
en nuestro interior se encuentran puntos
de
concentración. La mayoría de
la
gente ignora que la concentración en esos puntos producirá fuerzas específicas,
curará
achaques, alterará la consciencia
y
aquietará la mente. Como un tesoro
enterrado
en las ruinas de un lugar sagrado,
estos
puntos sólo esperan
ser
descubiertos para entregar
a
su dueño poderes maravillosos.
Uno
de dichos puntos es el área del ombligo.
Cuando
te concentras allí, encontrarás
que
viene a ti una gran vitalidad.
Será
como si todavía estuvieras conectado
a
tu madre a través del ombligo,
y
un gran poder y un tremendo bienestar
físico
vendrán a ti.
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