B. Franklin decía que existían tres
tipos de hombres:
• Los móviles
• Los inmóviles
• Y los que se mueven y consiguen lo
que buscan.
"Conócete a ti mismo y conocerás
a Dios"
(Antiguo oráculo de Delfos).
¿Quién soy en verdad?
¿Que es la vida? ¿Quien es dios?
¿Cuan basto es el universo? ¿De donde venimos? ¿Hacia donde vamos? ¿Hubo un
comienzo? ¿Debo hacer algo en esta existencia?
Aunque nos resulten asombrosamente
diferentes todas estas preguntas pueden ser respondidas por una misma
respuesta. Con esta sencillez y belleza trabaja todo en el universo.
Una vez leí en un libro la siguiente
frase: "Dios es simple todo lo demás es complejo" por si mismo estas
palabras produjeron en mi interior algo que traduciré como un chispazo de luz.
No sabia bien porque pero es lo que sentí. Después comprendí que así sucede
cuando nos encontramos con la verdad, que es una parte de nosotros. Se
experimenta en el cuerpo y aunque a la mente le cueste aceptarlo, algo en
nuestro cuerpo, algo en nosotros cambio. Frente a la luz no somos los mismos.
Así también existen preguntas cuya respuesta solo puede ser respondida desde un
estado de conciencia superior, iluminado, que los antiguos conocían como
"el recuerdo de si".
En verdad lo que hacen estos encuentros
y preguntas cuando nos producen tal sensación es enfrentarnos a nuestra
verdadera naturaleza, a quienes somos y ese solo suceso nos transforma y revela
algo nuevo aunque no estemos preparados para comprenderlo o recordarlo en ese
momento.
¿Qué es exactamente el recuerdo de
si?
Es un estado de conciencia real de
quienes somos y que olvidamos debido al excesivo estado de atención que pusimos
sobre las cosas del mundo. Produciendo una división/fractura de nuestra
percepción que trae aparejado nuestro consecuente debilitamiento (divide y
vencerás).
De este modo el hombre es un ser que
camina rengo, parcial, fragmentado y vulnerable en la vida, preso de la
dualidad se olvida de si.
Este olvido es lo que no nos permite
volver a pensar, sentir y actuar de una formo totalmente en pro de nuestro
bienestar y evolucionar como seres espirituales y raza cósmica. Es un saber
sobre nuestra identidad y ¿donde precisamente, sino en uno mismo, puede estar
esta respuesta?
Aunque a veces encontrarla puede
estar muy en lo profundo. Por eso es necesario limpiar el camino hacia ti
mismo, debes antes desintoxicarte y esto requiere como todo tratamiento médico
de un cambio en los hábitos. Así como los monjes al elegir un cambio de vida
cambiaban sus vestimentas como primer signo de esta decisión, nosotros debemos
colocarnos el hábito de una mente, conducta y emociones sanas, limpias,
blancas. Una renuncia que esta sobreestimada en su dificultad y que no es nada
difícil si tomas como referencia lo que obtendrás a cambio.
El tratamiento es el proceso de
tiempo de los intentos, de practicar el cambio para transformar nuestros modos
de pensar y actuar y de este modo se modificara nuestro sentir que restaurara y
reparara la percepción que tenemos del mundo. A esto se llama limpiar la
mirada.
Correr el velo que oculta las
respuestas de quienes somos en realidad es un acto de coraje, una estocada de
muerte al enceguecedor ego. Cuando recordamos quienes somos, el ego, en ese
momento, casi ha dejado de existir. Pues dejamos de creer en el para creer en
nosotros mismos.
Existen cientos de tratamientos de
limpieza emocional y mental para despertar el recuerdo de si. Básicamente todos
los que recurren a ciertos principios prácticos y sencillos son buenos.
Aquí te propongo uno que me ayuda.
Primera parte: limpieza del paisaje
exterior.
En el entorno casa; dedicar un
momento para: Escuchar música agradable, observación de una bella imagen,
sentir un aroma. Ver una película que nos haga sentir bien, leer un buen libro,
comer algo rico, saboreándolo.
En el entorno exterior: Observar por
unos minutos el sol, tocar la corteza de un árbol (abrazarlo si puedes),
caminar descalzo en el pasto o tierra. Observar jugar a los niños. Para esto
las plazas son los mejores lugares. No permitas durante este tiempo de
desintoxicación que el ego quiera disuadirte con las culpa (pérdidas de tiempo,
falta de sentido, vergüenza, incapacidad para hacerlo, etc.). Ten presente que
esta fue la estrategia que uso para traerte hasta aquí y hacerte perder el
recuerdo de quien eres en verdad.
Hacer bien esto induce a algo
denominado: auto- percepción superficial o inconsciente, la cual lleva a una
auto-atención de si, debido al sentimiento agradable que se experimenta. Este
paso ya es importante, porque lo que hicimos fue cambiar el foco atencional al
volcar un poco la percepción sobre nosotros. Algo que en esta sociedad
acelerada y demandante esta mal visto y desnaturalizado. Recordemos que la
iluminación es un proceso de equilibrio de la atención puesta en nosotros desde
el amor (amarnos) para generar luz y luego volcarla en el mundo para iluminarlo
(amarlo).
Segunda parte: El paisaje interior.
La auto-percepción superficial es
solo una primera parte de este viaje hacia el recuerdo de si, la mitad y si nos
quedamos en él corremos el riesgo de estancarnos en sensaciones y estados que
pueden crear dependencias, vicios, egoísmo y finalmente mas vacío. Perder el
camino. Este es el motivo de porque las personas caen en tantas adicciones. En
verdad estaban buscando algo que sentían les faltaba, pero por no tener una
guía, fueron victimas de sus sensaciones ciegas y cayeron en esta peligrosa
parte del camino.
Para superar este estado es preciso
realizar un nuevo trabajo.
El siguiente paso del despertar el
recuerdo de si, es sentirse, percibirse, pero de un modo más profundo. A esto
que se denomina auto-percepción conciente o expansiva. Es posible acceder a él
mediante un viejo y conocido método: las técnicas de meditación o contemplación
(centrarse en una imagen, música o paisaje por un tiempo mayor). Solo de este
modo se podrá superar el riesgo de quedar preso en la auto-percepción
superficial o inconsciente.
Esto es algo que de algún modo u otro
debemos practicar toda la vida. Porque solo así podremos resistir las
embestidas de la dualidad y el ego.
Tercera parte: el Autodescubrimiento
y la práctica.
La práctica de la auto-percepción
conciente lleva al auto-descubrimiento de si (Recuerdo de si). Esto es, darnos
cuenta de que somos seres libres y experimentar ese gozo, mas allá del encierro
aparente en un cuerpo y una mente. Para alcanzar esto al menos una vez por
semana debes hacer algo que realmente te guste mucho y hacer algo que te centre
como la meditación o contemplación para mantener el equilibrio. Ocúpate de
tener tus ambientes cotidianos bellos a los sentidos. El medio en que vives es
como un útero que te dará luz de vida o sombra de dolor cada día.
Es este autodescubrimiento al
comienzo es un trabajo de cada día pero con el paso del tiempo lo incorporaras
y harás inconscientemente. Así llegaras a una instancia que los maestros
denominan "La autocuración y estado natural de si". Para todo esto el
cuidado amoroso del cuerpo es fundamental. El cuerpo es la llave y puerta hacia
el recuerdo de si, por eso trabajamos tanto en el. Es necesario despertarlo
porque esta dormido y aturdido por la mente. En el existe un saber
irremplazable que necesitamos para poder ver, recordar y recorrer el camino de
regreso.
Entonces recordarás que el hombre es
un ángel que olvido su naturaleza pero nunca el anhelo de volar y ese sueño es
lo que le permite seguir avanzando.
Trabajando sobre el equilibrio de
estos planos (mental, físico, emocional) podremos acceder a despertar el
recuerdo de si y de esta forma liberarnos de la mayor enfermedad que padece el
hombre actual: El miedo a todo por olvidar su condición divina.
Cuan lejos lleguemos en el camino del
recuerdo de si, depende de la capacidad de renunciar a todo lo que busca
detener nuestro avance y de perseverar en el trabajo diario con entusiasmo y
optimismo. Volver a encontrarnos requiere de algunas renuncias que no se pueden
alcanzar del día a la noche. De este esfuerzo nacerá tu libertad.
Todos somos uno, porque todos vamos
por el mismo camino, con el mismo fin.
Despertar el recuerdo de si para
volver al hogar.
Federico Acosta
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