Al ver el supremo valor de una madre
se ve también el valor de la Ley Natural en su poder creativo. La Todopoderosa
Naturaleza se deja ver a través del corazón de una madre.
El valor de una madre es inmenso,
tanto como para decir que para una mujer nada debe ser imposible.
El bebé se tranquiliza en los brazos
de la madre, su hambre desaparece y después llega el placer de descansar en su
regazo. Ahí se llega a la gloria, y el sentimiento de protección aparece. La
madre educa a que seamos autosuficientes, primero nos enseña a caminar, después
aprendemos ‘la separación-ligada’ y que se da cuando el niño juega en su
habitación y sabe que la madre está en casa, así se siente feliz, seguro y
protegido. Un niño llora y sufre, si no encuentra a su madre. Las teorías que
buscan el desapego del niño hacia la madre no evitarán que de mayor sea experto
en insensibilidad. Al romper la sensibilidad hacia la madre también se rompe la
sensibilidad hacia la madre tierra.
Las sociedades insensibles sufren por
su embrutecimiento, viven alocadamente y de delinque o se malversa con tanta
facilidad y falta de escrúpulo como se ignoró a la mujer. La humanidad sufre
por su desvinculación con la Madre Naturaleza.
Un niño sin una madre no será feliz,
un joven sin su madre tampoco, una persona mayor tampoco. ¿Es que la madre nos
enseñó a estar colgados de su teta continuamente? No, pero ningún ser humano
sentirá plenitud sin haber encontrado el apoyo maternal y en los casos de
deficiencias notables en madres que no asumieron bien su papel, por ignorancia
o por motivos traumáticos, se hace más necesario la alianza con la madre
naturaleza. No deberíamos desligarnos nunca de ninguna de ellas.
La mujer es como la tierra, después
de dar una cosecha es capaz de crear muchas más. Una mujer puede dejar de
ovular a una edad avanzada pero su cualidad de mujer estará siempre presente.
Cuanto más evolucione una mujer más evolucionará la vida. Cuántos más castigos
reciba más castigos recibirá su sociedad. La humanidad se rompe cuando herimos
o lapidamos la dignidad de la mujer.
Maltratar a cualquier mujer es un
karma que se paga considerablemente, independientemente de la actuación de la
justicia, la vuelta del karma será inevitable. Las culturas que no dignifican a
la mujer son culturas muy brutas, con poca sensibilidad y un dato muy curioso:
son muy carnívoras.
Difícilmente encontraremos a
sociedades que no respetan a las mujeres y que respeten a los animales. Menos
respeto a las mujeres y más grande serán los mataderos de animales.
Todos nacimos para ser libres y
alcanzar la plenitud de la vida. Aprendimos a hablar con la madre como debimos
aprender a comunicarnos con la madre Natura, la primera cosa que aprendimos fue
sentir a la madre, después empezamos a olerla, saborearla, verla y por último
entender su lengua. El primer paso con la madre Naturaleza es igual, hay que
aprender a sentirla, de otra forma no se sabrá verla ni apreciar la importancia
de sus alimentos. La conexión con la Madre Natura nutre más que sus propios
alimentos.
¡¡Una alianza plena con la naturaleza
sacia toda necesidad!!
La comida saciará el hambre de hoy
pero no evitará el hambre al madrugar. Buscarse para saciar los apetitos
personales no dejarán de ser ‘actos insaciables’.
Tener una alianza plena es mejor que
una alianza en el dedo.
A una mujer no se puede ir con
engaños, ni con falsas apariencias, ni con tantas fantasías dialécticas que tan
de moda están hoy en el mundo espiritual. No hay acercamiento sin naturalidad,
sin simplicidad, sin inocencia. Debemos expresar el lenguaje del corazón porque
es lo único que nos hará comprender la naturaleza de la vida que permite hacer
nuestros viajes por los mundos de Dios, sin romper lazos.
La unidad es la negación de la
separación. Un kilómetro es la misma separación que un millón de kilómetros, la
separación se da hasta con un milímetro. Un pensamiento de separación o un acto
de maltrato es como un cristal que acaba de romperse, difícil es recomponerlo.
La mujer debe alcanzar pronto la
Unidad para que la humanidad alcance pronto la Unidad. La insuficiente educación
y baja cultura que recibe una mujer es la consecuencia del caos social y del
hambre en el mundo.
El dirigente que invierte mucho para
evitar daños y muertes por violencia de género es el prototipo de dirigente que
no supo invertir en educación basada en la consciencia. Más vale un gramo de
prevención que toneladas de medidas que no evitarán muertes. ¡Dirigentes:
aprended cómo evitar las desgracias. Dad valor a la vida, dad valor a la mujer!
El dirigente que menosprecia el
desarrollo de la consciencia es un derrochador de fondos públicos.
¿Y el hombre dónde debe estar?
Demuestra tu orgullo varonil y tu fuerza caminando y abriendo los duros
caminos, harás un gran favor a las mujeres y a toda la humidad. Construye el
dulce hogar para tu mujer, construye la escuela para tus hijos, construye salud
para no tener que construir más hospitales, ármate de paz para no tener que
armarte con fusiles. Dejad las peleas del hogar y desaparecerán las peleas en
las calles. “Porque la vida no debe volver a ser nunca más una lucha”.
¡¡Madre de mi Corazón!! ¡¡Mujer en mi
corazón!! ¡¡ Amada Madre Natura!! Mi vida en ti está bien asegurada.
¡¡Hay que reconstruir el mundo
sabiendo que la mujer está ahí!!
Jose Antonio Cordero
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