La
resiliencia es la capacidad para afrontar la adversidad y lograr adaptarse bien
ante las tragedias, los traumas o las amenazas…. sobreponerse a períodos de
dolor emocional y situaciones adversas. Aunque no sepas exactamente lo que era
la resiliencia, seguro que lo practicas y tienes claros ejemplos de personas
cercanas que también lo hacen. Hay quienes, ante este tipo de situaciones, les
resultan fortalecedoras y se encuentran mejor que antes.
¿No te
parece fundamental enseñarles esta habilidad a nuestros pequeños? Los expertos
piensan que cuanta más resiliencia practiquen, mejor salud física y mental
tendrán.
La
resiliencia, o la capacidad de adaptación
Ser
resiliente no significa no sentir malestar, dolor ante las emociones o dificultad ante las adversidades. La muerte
de un ser querido, una enfermedad grave, la pérdida del trabajo, problemas
financiero serios, etc., son sucesos que tienen un gran impacto en las
personas, produciendo una sensación de inseguridad, incertidumbre y dolor
emocional.
Aún así,
las personas logran, por lo general, sobreponerse a esos sucesos y adaptarse
bien a lo largo del tiempo. Estoy convencida de que el ser humano es capaz de
adaptarse a situaciones realmente difíciles y reponerse de ellas, lo se porque
lo he presenciado, no siempre es así, pero la gran mayoría de las veces…
El camino
que lleva a la resiliencia no es un camino fácil, las personas sacan la fuerza que les permite
seguir con sus vidas frente la adversidad o la tragedia.
Pero,
¿cómo lo hacen?
La
resiliencia no es algo que una persona tenga o no tenga, sino que implica una
serie de conductas y formas de pensar que cualquier persona puede aprender y
desarrollar.
Características
de las personas resilientes
Las
personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la
realidad tal y como es; tienen una profunda creencia en que la vida tiene
sentido; y tienen una irrompible e inquebrantable capacidad para mejorar.
Además,
presentan las siguientes habilidades:
Son
capaces de identificar de manera precisa las causas de los problemas para
impedir que vuelvan a repetirse en el futuro.Son capaces de controlar sus
emociones, sobre todo ante la adversidad y pueden permanecer centrados en
situaciones de crisis.Saben controlar sus impulsos y su conducta en situaciones
de alta presión.Tienen un optimismo realista.
Es decir,
piensan que las cosas pueden ir bien, tienen unavisión positiva del futuro y
piensan que pueden controlar el curso de sus vidas, pero sin dejarse llevar por
la irrealidad o las fantasías.Se consideran competentes y confían en sus
propias capacidades.Son empáticos. Es decir, tienen una buena capacidad para
leer las emociones de los demás y conectar con ellas.Son capaces de buscar
nuevas oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción
en sus vidas.
Si
las personas son resilientes:
Tienen
una mejor autoimagen
Se
critican menos a sí mismas
Son más
optimistas
Afrontan
los retos
Son más
sanas físicamente
Tienen
más éxito en el trabajo o estudios
Están más
satisfechas con sus relaciones
Están
menos predispuestas a la depresión
¿Qué es
lo que contribuye a que una persona sea más resiliente?
El apoyo
emocional es uno de los factores principales. Tener en tu vida personas que te
quieren y te apoyan y en quien puedes confiar te hace mucho más resiliente que
si estás solo.Conseguir permitirte sentir emociones intensas sin huir de ellas, y al mismo tiempo reconocer
cuándo necesitas evitar sentir alguna emoción y conseguir centrar tu mente en
alguna distracción.No huir de los problemas sino afrontarlos y buscar
soluciones. Implica ver los problemas como retos que puedes superar y no
como amenazas.Tomarte tiempo para
descansar y recuperar fuerzas, sabiendo lo que puedes exigirte y cuándo debes
parar. Conocerte.Confiar tanto en ti mismo como en los demás.
La
resiliencia, una capacidad importantísima a cultivar
Tal y
como apuntamos en este post, publicado aquí en Cuaderno de Valores, cuanto más
sepas sobre tu hijo, mejor. Nos referimos a entender su temperamento y sus
necesidades antes ciertas situaciones o contextos. Al igual que nosotros, los
niños sienten miedo cuando se ven enfrentados a una situación que no comprenden
o que está fuera de su control. Un claro ejemplo de una situación de estrés y
ansiedad es la que produce el cambio de colegio o el primer día de cole.
Sabemos
que todos los niños necesitan atención, cariño y buenos modelos a seguir pero
también adultos que les ayuden a cultivar intuición, creatividad, empatía y
optimismo.
¿Sabías
que la resiliencia es una característica humana como la empatía o el optimismo
y que además se aprende? En este
artículo, aseguran que “ser optimista es un as en la manga, sobre todo frente a
situaciones difíciles y lo mejor de todo es que el optimismo puede entrenarse
(si eres adulto) y sobre todo aprenderse”.
Ahora que
sabemos lo importante que es la resiliencia, ¿cómo la podemos desarrollar y
ayudar a nuestros hijos a hacer lo mismo? De esta guía, sacamos los consejos
más prácticos.
Las
relaciones personales fortalece la resiliencia de los niños y les brinda con
apoyo social.
Anima a
tu hijo a ayudar a los demás y dale responsabilidad en casa. Esto les permite
sentirse útiles y valorados.
Manejar
los contratiempos. Enseña a tu hijo a concentrarse en sus propósitos pero
también a descansar y hacer cosas diferentes, sobre todo cuando se ven
enfrentados a una situación adversa. A veces solo hace falta unos minutos a
solas o en silencio para ver las cosas de otra manera.
Marcarse
objetivos. Es importante que los niños se fijen metas y que tú les ayudes a
cumplir. De esa manera, aprenderán el valor del logro y a poder sobrepasar
desafíos.
Saber
vivir con los cambios. Los cambios pueden suponer estrés en niños y
adolescentes. Por eso es importante ayudarles a ver que forma parte de la vida.
Habla con ellos sobre qué cambios han tenido impacto sobre ellos y qué han
aprendido.
Una buena
autoestima. Humor, capacidad de reírse de uno mismo y recordar cómo salió de
alguna situación difícil, aumenta su autoestima. Desde esta página web, hemos
descubierto otros consejos muy válidos, entre otros el de enseñarles a hacer
preguntas porque,“en ocasiones es más importante elaborar preguntas ya que
invitan a la reflexión, a la introspección y ello puede ser determinante en el
caso de que tu hijo pase por un momento personal difícil”.
Potencia
sus habilidades. Una vez que los niños descubran lo que más les gusta hacer,
nuestro deber es potenciarlo porque cuando ejercen sus habilidades, pueden
resultar claves para poder superar experiencias negativas o traumáticas.
Un buen
modelo a seguir y apoyo. Es básico ofrecerles apoyo y una buena red de
compañeros, amigos, familiares y vecinos que se convierten en una red de
seguridad, dándoles un nuevo impulso y consejos de cómo sobrellevar una
situación delicada. Lo importante es crear una comunicación abierta y fluida con nuestro hijos para que
cuenten con nosotros siempre.
Seamos
pues personas con resiliencia, seamos adaptables, fuertes y con capacidad de
superación… ¿Crees que tus hijos practican la resiliencia?
Educo.org
/ Mercedes Medin Torrejon
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