La luna
nueva de tauro nos presenta un aprendizaje. Es momento de adquirir estabilidad
y solidez mediante la perfección de nuestras habilidades.
Y no solo se
trata de perfeccionar lo que uno tiene, también no malgastar aquello que a uno
tanto esfuerzo le cuesta conseguir.
De ahí la
necesidad de tener autocontrol y disciplina en la toma de decisiones. También
ser capaz de separar lo esencial de lo superfluo.
Y deshacerse
de todo lo que no nos da un resultado real. Puesto que esta lunación nos pide
contactar con lo tangible.
La luna
nueva de tauro estará muy enfocada a la practicidad, lo real, lo terrenal.
¿Qué es
aquello que realmente podemos tocar? ¿Qué es aquello que nos procura una
seguridad real?
Para ello no
podemos dejar de tener en cuenta al planeta regente de Tauro, Venus.
¿En qué
podemos apoyarnos para alcanzar esa seguridad?
De ahí la
creatividad, la versatilidad de cada uno. Puesto que venus se encuentra en el
dual signo de Géminis.
Puede que
sea necesario otro enfoque de vista y no quedarnos solo con una respuesta.
Aquello que nos da tranquilidad/seguridad no tiene que ser una cosa, puede que
sean más. También nos ayudará nuestra adaptación y flexibilidad ante el
entorno. Así como saber identificar que necesita el entorno de nosotros.
Es un
momento de integración. El propio autoperfeccionamiento y trabajo sobre uno
mismo influirán directamente sobre nuestros objetivos. Y para ello nos ayudará la
entrada de Urano en tauro que sucederá a las pocas horas de la lunación.
Enfrentar
las tareas con autodeterminación y coraje. Estar activos pero con un paso muy
sostenido y concreto. No es momento para desbordes de energía sino de estudiar
de forma meditada cada paso dado.
Para
alcanzar los objetivos que ambicionamos serán necesarios trabajo, orden,
organización, constancia y competencia. Manejarse con lo real.
¿Cuál es
nuestra aptitud real? ¿Cuánto estamos dispuestos a esforzarnos por ello?
Si nos
quedamos en la comodidad y en el letargo puede que acaben saliendo las vocecillas
de la crítica hacia los demás. Envidiando el éxito de aquel otro que si alcanza
lo que deseamos.
Como escuché
una vez a alguien, “los envidiosos son fans desorientados”…. No permitamos
alimentar esa desorientación en nosotros. Sino reconocer la ambición que
deseamos y no desfallecer ante el esfuerzo procurado para alcanzarlo.
Impregnarnos
de coraje y no temer ante los desafíos que se nos presenten. Porque solo
gracias a ellos podremos reconocer nuestras propias cualidades.
Ana
Calderón, Astróloga Psicológica y Terapeuta Gestalt
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