TRIUNFO - Meditacion N° 306 del 3 Mayo 2018 - 365 Meditaciones TAO




Gatea para comenzar.

Triunfa para completar.

Renuncia para marcharte.

¿Cuál es la anatomía de cualquier fase de la vida? Primero viene una etapa de

aprendizaje llena de torpe lucha por la maestría. Luego viene la fase de probarte a

ti mismo en competencias. Finalmente, la elegante retirada del campo, puesto que la

constante competencia no es una forma de vida duradera.

La competencia es siempre un problema espinoso. Cierto, te desafía a ser lo mejor

que puedas ser. Cultivar una habilidad y no usarla es como aprender un idioma

extranjero y nunca salir de tu casa. Si pensamos en ganar en el limitado sentido de

derrotar a otros, caemos en un peligroso egotismo. El ganar puede pensarse como un

logro. Por ejemplo, si aprendes a nadar, eso es ganarle a tu propia ignorancia y

pereza. Si entras a una competencia y ganas, entonces no es ganarle a otros, sino

lograr tu mejor marca. Los otros competidores son secundarios; es más importante el

que tú sepas dónde te encuentras, el que consolides tu posición, y que busques

mayores logros. Ese es el verdadero triunfo.

El triunfo en las cantidades correctas es el mejor tónico para el alma. El triunfo

llevado a los extremos corroe el alma. Una vez que hayas tenido tu cuota de

triunfos, has de saber cuándo retirarte. Una vez que hayas alcanzado la cima,

renuncia a la competencia. Luego comienza de nuevo. Ese es el secreto de moverse de

fase en fase en la vida.



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