ANTE LAS PUERTAS DE LA CONSCIENCIA DE UNIDAD


Una nota sobre los movimientos masivos, sobre el despertar de poblaciones enteras reclamando sus derechos, y sobre sus dolores, pasiones y propuestas.
Se ha roto la apatía, el sopor, y la energía colectiva se pone en movimiento. El coraje es siempre más evolutivo que la apatía del sillón.

Lo que se está moviendo ahora es muy profundo, se están moviendo energías ancestrales de separación, porque, justamente, muchos, muchos de nosotros estamos con el corazón desplegado, entrando en las puertas grandes de la consciencia de Unidad.

Y, justamente porque estamos ya tan cerca de terminar con la ilusión de separación, nuestras memorias ancestrales de enemistad se activan.

Pronto, muy pronto, muchos vamos a dejar de ser “personas”, “individuos”, con una historia pegada que nos hace saltar los botones. Estamos comenzando a vibrarnos como campos de energía.

Cómo sería tu vida si comenzaras a percibirte a ti mismo como un aspecto de la Fuente manifestado, emanando con tu sola Presencia uno o más tonos vibratorios?

Cómo sería tu vida si te vieras a ti mismo como un campo de libertad, de compasión, de poder, o de creatividad?

Esa es la salida de todas las polaridades, porque, cada uno en su llamada, en el despliegue de su propósito, deja de ver al otro como el enemigo.

Cómo se vería la solución de estas polaridades desde esta perspectiva?,
Qué soy?, soy argentino?, soy italiano?, soy español?, soy catalán?.
Qué soy?, cuál es el principio por el cual me defino?

En la Gran Visión, probablemente este intercambio de sentires y opiniones, nos conduzca, quizás, a través del camino de la prueba y el error, de vuelta a la realidad de lo que somos.

Un solo campo, una energía única volviendo a la consciencia de lo que realmente ES.

Más allá, y por encima de todos los relatos y todas las historias.

Mientras tanto, vamos avanzando en el Despertar, cada uno a su Tiempo, adueñándonos del Tiempo…

Fuente: El Portal de Alana




1* DE AGOSTO DIA DE LA PACHAMAMA




DIA  DE  LA  MADRE  TIERRA

Dicen los guaraníes: "La tierra es nuestra madre, es nuestra vida y es nuestra libertad". También las comunidades collas expresan un sentimiento que se resume en la siguiente frase: "En nuestra mente, en nuestros labios y en nuestro corazón está nuestra Pachamama". Pero "la tierra no nos pertenece sino que nosotros pertenecemos a ella porque somos sus hijos" decía un anciano de la tribu Seattle, de Norteamérica.

"¿Tiene dueño la tierra? ¿Cómo así? ¿Cómo se ha de vender? ¿Cómo se ha de comprar? Si ella no nos pertenece, pues. Nosotros somos de ella. Sus hijos somos.

Así siempre, siempre. Tierra viva. Como cría a los gusanos, así nos cría. Tiene huesos y sangre. Leche tiene, y nos da de mamar. Pelo tiene, pasto, paja, árboles. Ella sabe parir papas. Hace nacer casas. Gente hace nacer. Ella nos cuida y nosotros la cuidamos. Ella bebe chicha, acepta nuestro convite. Hijos suyos somos. ¿Cómo se ha de vender? ¿Cómo se ha de comprar?"

Eduardo Galeano


Fuente: Cronicas de la Tierra sin Mal

MEXICO-COFEPRIS APRUEBA 18 PLANTAS MEDICINALES PARA VENTA



Las plantas medicinales son aquellas que, sea enteras o por partes específicas, pueden utilizarse para tratar alguna enfermedad, ya que tienen una acción terapéutica debido a sus principios activos.

Si bien el uso de la medicina tradicional se remonta a muchos años atrás, los científicos han logrado identificar esos principios activos de las plantas para aislarlos y producir fármacos. No obstante, el uso de hierbas medicinales sigue siendo muy común.
El problema del uso de las plantas medicinales y su falta de regulación radica en que la calidad de los productos y su eficacia están en duda; además, claro, de su idoneidad terapéutica y la ausencia de un seguimiento médico. De hecho, existen plantas que están declaradas por la FDA como opiáceos peligrosos para la población.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 99 de 142 países encuestados, los productos medicinales tradicionales o alternativos son de venta libre; es decir, no se necesita una prescripción para su venta. Por esos motivos, la OMS coordina una red que incentiva el uso seguro y racional de la medicina tradicional.

El objetivo de las directrices de la OMS en este tema es que los consumidores cuenten con información suficiente para acceder a tratamientos adecuados, seguros y eficaces.

Cofepris aprueba plantas medicinales
La OMS define como medicamentos herbarios a: hierbas; material herbario; preparaciones herbarias; y productos herbarios acabados, que contienen como principios activos partes de plantas u otros materiales vegetales.

En el caso de las hierbas, comprenden vegetales brutos como; hojas, flores, frutos, semillas; tallos, madera, corteza, raíces, rizomas, y otras partes de la planta; sean fragmentados o enteros.

El uso tradicional de esos productos es reconocido y puede ser aceptado por las autoridades nacionales, señala la OMS. Tal como está sucediendo recientemente en nuestro país; pues la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) anunció la liberación de 18 plantas medicinales herbolarias para uso legal en tés, infusiones o suplementos alimenticios.

Con esta iniciativa, los productos hechos a base de plantas medicinales tendrán que cumplir con un etiquetado adecuado según las normas oficiales de producción. En otras palabras, se ha generado una regulación sanitaria para los productos utilizados y elaborados por el sector herbolario y de medicina tradicional del país.

De acuerdo con el comunicado de la institución, esta medida se logró después de 4 años de trabajo conjunto con la Federación Nacional de la Industria Herbolaria, Medicina Alternativa, Tradicional y Naturista A. C. (FNIHMATN). Durante ese tiempo se realizaron investigaciones y análisis para determinar las dosis adecuadas; así, se evitarán efectos adversos en los usuarios de estos tratamientos.

Las 18 plantas medicinales aprobadas son las siguientes:



Fuente: Nacion Farma



Informacion importante, para fundamentar el uso de hierbas que en algunos paises no se aprueban por presiones del poder economico. Pero que si estan aprobadas por la humanidad a traves del uso para la salud, durante miles de años. Esta apobacion se realizo en octubre de 2018 en Mexico. 

LA BÚSQUEDA DE LO ESENCIAL





  «Lo esencial es invisible a los ojos».
                                                        “El Principito” - SaintExupery

Sí, lo dijo el Principito y llevaba razón, porque cuanto más miras menos ves. Ello ocurre porque cuando miras con los ojos olvidas escuchar con el Corazón, que es el que ve. Por eso, cuando intentas encontrar lo esencial en la realidad que miras, más te proyectas hacia el exterior, olvidando el interior, olvidándote de ti. Y es que tú eres lo esencial, tú eres lo buscado.

Te buscas a ti. Siempre has estado buscándote, pero lo has hecho en el lugar equivocado. Tienes sed de ti, anhelo de sentirte, de estar contigo, de vivir desde tu presencia de Ser. Quieres la plenitud de la vida, pero la buscas en lugares equivocados, en pequeños e insignificantes objetos materiales, placeres efímeros.

En lugar de redescubrirte, continúas buscándote entre las páginas de libros de auto–ayuda y filosofías antiguas, pero que parecen nuevas. ¿Es que es más fácil mirar hacia fuera que hacia dentro? No, pero estamos acostumbrados a proyectarnos hacia el exterior e identificarnos con todo aquello que vemos.

Los seres humanos necesitan de ídolos, héroes a los que idealizar y seguir. Esto lo saben muy bien aquellos que ostentan el poder, y nos lo ofrecen a través de los medios de comunicación. Demasiado bien saben que si el ser humano descubre su potencial interno puede llegar a no interesarse en llevar una vida convencional, estereotipada, y puede que hasta diseñada en el despacho de algún director de marketing. Una vida dormida.

Sin embargo, es posible descubrir quién eres, y qué eres. Y, tal descubrimiento puede llegar a convertirte en alguien feliz. ¡Ten cuidado! porque según la “normativa vigente” la felicidad puede y debe de buscarse, pero mucho ¡ojo!, no encontrarse.

Está bien que busques ser feliz, todo el mundo asentirá y consentirá en tu búsqueda. Ahora bien, si te has encontrado a ti mismo y te concedes la felicidad ya es otro asunto. Los demás podrían ver con envidia, e incluso sospecha, la alegría que exhalas por todos los poros de la piel.

Descubrir lo esencial es un darse cuenta que acaba siendo iniciático, ya que permite iniciar un nuevo modo de ver y entender la vida. Descubrir lo esencial es vivir la vida desde la autenticidad de la espontaneidad. Descubrir lo esencial es descubrir nuestra auténtica naturaleza conformada de silencio, paz y amor.

Descubrir la presencia de lo oculto es el mayor reto que la mente puede intentar. Y a la mente le gustan los retos. Pero, desistirá de continuar el proceso de búsqueda, ¿por qué? Ha oído o leído que no es posible ver lo esencial, y se lo ha creído.

Ello es argumento más que suficiente como para abandonar la investigación. Así pues, la mente renunciará tan siquiera a intentarlo. Sin embargo, en este caso la mente lleva razón: no es posible ver lo esencial. Por eso desistirá.

Lo esencial sólo es posible serlo



Gracias a lo esencial se percibe lo material, pero no es posible ver aquello que posibilita la visión. Es como llevar gafas, se ve a través de ellas, pero no se las puede ver.

Además, lo esencial está siempre presente. Se trata de una presencia, pero de una presencia oculta a la vista. No obstante, es posible sentirla como presencia de la cual formamos parte.

Yo formo parte de esa presencia, y tú también. Seamos conscientes o no, todos formamos parte de Eso. Si la percepción se realiza desde el Corazón, lo percibo con claridad. Ahora bien, en cuanto intento verla o comprenderla a través del intelecto, desaparece.

Podré disponer de profundos y amplios conocimientos en cientos, miles de materias, pero si no me tengo a mí, si no dispongo del contacto íntimo con mi esencia, con mi alma, todos esos conocimientos librescos estarán ubicados en el centro intelectual, que será igual a no tener nada.

Sólo cuando me tengo, tengo el universo entero, porque sé que formo parte de él. Experimento que no estoy separado, que nunca lo he estado. Esto es una experiencia. Una experiencia viva que a su vez me da la vida misma.

Darse cuenta de todo ello es aumentar el nivel de vibración y entrar en un portal dimensional donde todo es diferente sin que, al mismo tiempo, nada haya cambiado. Se trata de un estado donde la paradoja es permanente, pues la mente intenta dar sentido a lo que no lo tiene.

A raíz del autodescubrimiento de la esencia todo un universo de posibilidades se abre ante el buscador sincero y auténtico, porque en el fondo todos los seres humanos buscamos lo mismo. A unos, la traducción que su mente haga del mundo les llevará por unos caminos, y a otros por otros.

Ningún sendero es mejor que otro. El camino siempre es íntimo y personal. Ahora bien, el común denominador que guía tal búsqueda es el amor. Amor hacia uno mismo y hacia el resto de la creación. Si hay amor, el riesgo de extraviarse en la búsqueda es mínimo o ninguno. Y, las posibilidades de éxito es máximo, por no decir que total.

Ciertamente, cuando el amor guía al buscador el éxito está garantizado. Pero ¿qué ocurre cuando ha encontrado su esencia? Normalmente, viene a suceder que una atmósfera de humildad aparece hasta hacerle casi desaparecer del mundo social.

El buscador ha trascendido el ilusorio ego y evitará el protagonismo, pasando discreto y desapercibido entre el común de sus congéneres. Desaparecen los deseos de figurar. En su lugar aparecen los signos de una profunda humildad y sincera autenticidad.

Ojalá que tu sincero anhelo te lleve a conectar con el silencio interior, la paz y el amor que constantemente emergen desde tu esencia. Y que, instalado en ella, te permitas vivir la vida con la intensidad y plenitud que merece.

Publicado en la revista “Universo Holístico” – Noviembre 2.009




RECETAS SÚPER SANAS CON CHAMPIÑONES, SABOR A GLORIA



¿No sabes qué comer hoy? No dudes en ver estas deliciosas recetas súper sanas con champiñones que podrás disfrutar ya sea en el desayuno, merienda o comida, y podrás además con ellas ayudar a curar tu cuerpo y aumentar tu bienestar físico con las recomendaciones dadas en cada una de ellas.  Las recetas son una aportación de nuestra chef Gloria, quien nos comparte sus secretos y logros en la cocina y salud con estas recetas.

SANDWICH VEGETARIANO CON CHAMPIÑONES (Para comer hoy)
Ideal para personas con colitis, gastritis y problemas de tensión arterial. Este sandwich refuerza defensas.

Ingredientes:

*Pan de centeno, o seis granos o el de tu preferencia, pero integral
*Champiñones
*Espinacas (las vamos a usar crudas)
*Queso panela al gusto
*1 cebolleta pequeña
*1 cucharada de aceite de oliva extra virgen
*1 cucharada de brandy
*1 cucharada de salsa de soya
*2 ajos tiernos bien picaditos.
*Pimienta al gusto
Elaboración:

Lavamos bien las espinacas y las dejamos escurrir.
Lavar y limpiar muy bien los champiñones, con un cepillo de preferencia tallarlos suavemente y con cuidado.  Luego, cortamos en laminas finas y reservamos.
Picamos muy bien la cebolleta, y la salteamos en la sarten con una cucharada de aceite de oliva. Cuando esta transparente, le ponemos los champiñones, removemos, y dejamos un par de minutos. Añadimos una cucharada de brandy, este ultimo opcional, pero le da un toque super delicioso. También podemos añadir una cucharadita  de salsa de soya, una pizca de pimienta, y dejamos cocinar cuatro a cinco minutos removiendo. y listo.
Ponemos a calentar el pan, y ponemos encima, una tajada de queso,luego las hojas de espinacas y después los champiñones. Si se desea se pone queso parmesano por encima. Se le pone la otra rebanada de pan integral encima y listo. Se puede acompañar con un jugo vegetal de zanahoria.



CHAMPIÑONES PORTOBELLOS RELLENOS
Excelente para reparar tejidos dañados, aumentar defensas y ayudar a sanar piel y pulmón debido a que el pimiento es muy rico en vitamina C y el ajo es un estupendo antiinflamatorio, anti bacteriano, fungicida (combate hongos) y deportivo de toxinas en intestino y sangre.

Ingredientes:

*2 champiñones Portobello, frescos
*1 taza de Frijoles cocidos y hechos puré o refritos
*1 pimentón verde
*1 pimentón rojo
*3 dientes de ajo crudos bien picaditos.
*Granos de maíz tierno al gusto.
Preparación:

Se limpian muy bien los portobellos con un paño de cocina limpio y húmedo para limpiarlos de la tierra que puedan tener. Tambien se pueden meter al chorro del grifo de agua y cepillarlos con cepillo suave. Mas con el agua podrían coger mucha humedad y para esta receta que van rellenos no seria buena opción.
Una vez limpios le retiramos el borde, para luego sacarles con una cucharita pequeña, toda la parte oscuro que es la parte fibrosa que hay al interior del champiñón, cuidando de no raspar demasiado fuerte, pues se puede romper. Luego se retira el tallo que tiene en el centro. Si se desea se pica finito para el relleno.
Una vez limpios los champiñones, se rellenan con frijoles en puré, y encima se le coloca pimentón rojo y verde picado muy finito, y granos de maíz tierno dulce o común que hemos cocido o salteado un poco en aceite de oliva extra virgen y el ajo, sin cocinar mucho el ajo, que quede más bien crudo. Luego ponemos queso panela desmenuzado, por encima.Lo ponemos en una bandeja, y  metemos al horno por 15 a 20 minutos a una temperatura de 200 grados.

NOTA:
Puedes cambiarles a ingredientes de tu preferencia. Poner puré de papá o de lentejas n lugar de frijoles, por ejemplo. Y si le quieres poner tomate, preferible hornear primero los champiñones y luego ponerle el tomate crudo por encima pues el agua del tomate al hornear o cocinar humedece mucho el champiñón.

PASTA DE CALABACÍN CON CHAMPIÑÓN ¡Sin harina!
Esta pasta vegetal es estupenda para celíacos y personas con intolerancia a las harinas o pan, como en el caso de la urticaria. Con esta pasta no sólo te deleitaras sino ayudaras a sanar tu cuerpo y a evitar que se irrite tu estómago.

Ingredientes para una persona:

*2 tazas de champiñones bien lavados y picados.
*Un calabacín
*Un cuarto de cebolla bien picada.
*Tres ajos tiernos bien picados.
*Aceite de oliva extravirgen.
*Hierbas de olor al gusto, como laurel, toronjil, etc.
*1 aguacate en cubitos.
*1 jitomate rojo en cubitos, sin semillas.
*Pimiento verde y rojo sin semilla en tiritas.
*Aceite de oliva extravirgen.
*Aceitunas sin hueso al gusto.
Preparación:

Sazonar los champiñones en aceite de oliva extra virgen con el ajo, cebolla, sal de mar, hierbas de su  preferencia y el jugo un de limón.
Lavar muy bien el calabacín y hacer forma de spaguetti en un procesador o con un cuchillo en bastoncitos delgados.
Poner a calentar un wok y poner ahí una cucharadita de aceite de oliva extravirgen.
Poner los champiñones ya sazonados y agregar entonces el calabacín que hemos hecho en forma de spaguetti.
Cocinar o por 3 minutos máximo y agregar sal y pimienta al gusto.
Después de cocinar 4 o 5 minutos la calabaza con los champiñones,sobretodo esperando que se consuma el agua de la calabaza, la transfiero a un plato de presentación, para ponerle allí, el resto de ingredientes.
Lo dejo reposar, para que el calor de este cocimiento no dañe los demás ingredientes que estan con otra temperatura.
Una vez reposada sobre el plato, le agrego el aguacate picado en cubos, luego el tomate asi mismo en cubos sin semillas, lo mismo pimiento rojo que le retiro semillas y piel.
Por último para resaltar textura y sabor, aceitunas negras o las de tu preferencia.puede ser verdes, sin semilla o rellenas de anchoas.

Fuente: Vivir Sabiamente



ARROZ PLÁSTICO ESTÁ INVADIENDO LATINOAMÉRICA APRENDE CÓMO IDENTIFICARLO



El almidón de la papa se mezcla con plástico (resina sintética, por ejemplo) y después se le da la forma de granos de arroz. Posteriormente, a los granos se les impregna el típico aroma del arroz mediante la vaporización. Los médicos han alertado insistentemente sobre los peligros de consumir este producto artificial: tres porciones podrían contener tanto plástico como una pequeña bolsa de este material. ¡Alarmante!
Con estos simples trucos puedes hacer la prueba para saber si el arroz que consumes es saludable y está libre de plástico:

La prueba del agua
Pon una cucharada de arroz crudo en un vaso con agua fría y agítalo vigorosamente. Si todo el arroz se hunde en el fondo del vaso, entonces es saludable. Si los granos flotan en la superficie, ¡ten cuidado!

La prueba del fuego
Trata de poner un poco de arroz al fuego con un fósforo o un mechero. Si se quema de inmediato y huele a plástico quemado, ¡entonces, ya sabes lo que tienes que hacer! (¡No lo consumas!).

La prueba del mortero y el pilón
Cuando trituras algunos granos de arroz en un mortero, los granos se reducen fácilmente hasta convertirse en un polvo fino, blanco y con apariencia de almidón. Pero con el arroz artificial verás, en cambio, como los granos se tiñen levemente de color amarillo.

La prueba del moho
Si quieres estar seguro de que tu arroz cocido es completamente natural, coloca una pequeña cantidad dentro de un recipiente hermético y déjalo en un lugar tibio. En pocos días debe tener moho. Solo el arroz de imitación permanece sin moho.
Así es como puedes mantenerte a salvo. Muéstrales estos trucos a todos tus amigos a los que les encanta el arroz ¡para que nadie tenga que comer un plato de plástico a mediodía!

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Fuente: Ecoportal

EL LIBRO DE LOS SECRETOS - OSHO - TOMO I II III IV V VI


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AL HERIR, ME HIERO



No lo digo yo solamente. Lo dijo mucho antes que yo Gurdjieff: «Empiece por amar a los animales; es más fácil que a las personas«. Pero el amor a los animales nos abre el corazón hacia las personas, como del mismo modo que si realmente amáramos a las personas, como seres sintientes que sufren, también querríamos más a los animales y, al darnos cuenta de que padecen como nosotros, evitaríamos causarles dolor en cualquier forma.

Empiece por amar a los animales; es más fácil que a las personas
He aprendido mucho de Emile, como los que tengáis animales de compañía habréis aprendido mucho de ellos y sobre todo habréis hecho una hermosa labor si los habéis recogido y no comprado para seguir alimentando el impúdico tráfico de criaturas vivientes, que debería estar absolutamente prohibido en todos los países del mundo.

Cada día existe más la opinión unánime, y que nace de la experiencia directa, de que para los niños, incluso con alguna discapacidad física o mental, es altamente lenitivo, saludable e incluso terapéutico tratar con animales, siempre que no sean comprados, para que así el muchachito perciba y sepa que a ese animal doméstico se le ha evitado una vida infame. El animal permite una comunicación supraverbal que llega mucho más al sentimiento sin ser filtrada por el corto entendimiento intelectual. El niño, incluso antes de saber hablar, encuentra en el animal ese compañero con el que se comunica de igual a igual y que puede convertir en un almacén de caricias, en un amigo que no juzga ni reprocha, en un compañero que conforta, anima, divierte, sosiega y alegra.   Hay pocas estampas tan emotivas y bellas como la que nos brinda un niño jugando con su animal de compañía. Ellos se dicen cosas que los adultos, embrutecidos demasiado a menudo, no somos capaces de comprender.

Hay un relato indio muy hermoso:

Un día, el hijo de la Diosa llega a casa y al ir a besar a su madre, ve que esta tiene rasguños en el rostro.

Angustiado, el adolescente pregunta a la Diosa qué le ha pasado, y ella responde: «Que esta mañana jugando con un cervatillo le arañaste y le heriste, y al herirle a él, me has herido a mi, querido hijo«.  

Ramiro Calle

Escritor. Director del centro Shadak




DESMONTANDO (CIENTÍFICAMENTE) A DARWIN




En numerosas ocasiones me he referido aquí al evolucionismo, dejando patente que se trata más bien de un dogma de fe y no de una teoría científica demostrada. Lamentablemente, esta especie de verdad religiosa ha sido impuesta a la sociedad como algo incuestionable, pues no en vano representa uno de los núcleos duros del actual paradigma. A estas alturas, el darwinismo está sostenido por una mayoría de científicos que no osan revisar o desafiar sus principios teóricos. Antes bien, se han dedicado a construir en los últimos 150 años un complejo edificio para proteger el dogma, en el cual intervienen desde las matemáticas hasta la biología, pasando por la química o la física.

No obstante, cabe recordar que siempre ha existido una minoría de científicos que han puesto de manifiesto la falta de consistencia científica del darwinismo. Dicha minoría ya existía a mediados del siglo XIX y entre esos pocos críticos hubo científicos de gran talla y prestigio. Pero el darwinismo se fue blindando rápidamente y basó su defensa en que la oposición a sus tesis era puro creacionismo, religión o superstición. Cualquier cosa menos ciencia. En este punto ya sería hora de recordar que la crítica a la evolución por selección natural no se reduce a furibundos fundamentalistas sino que ha tenido entre sus filas a muchos científicos metódicos y rigurosos que han desestimado el darwinismo simplemente porque no se ajusta a los criterios reconocidos y aceptados del método científico moderno.

Como muestra de esta posición firme, me complace adjuntar seguidamente un artículo del biólogo español Emilio Cervantes, del CSIC (Centro Superior de Investigaciones Científicas), en el cual se deja bien claro que no hay forma de validar el darwinismo porque no admite experimentación ni es refutable, y lo que es peor, ha tratado de violentar el conocimiento del mundo natural, esperando que la biología se adapte dócilmente a los principios sagrados del evolucionismo, cuando en realidad eso es empezar la casa por el tejado. Como dice el propio Cervantes: “La biología no puede someterse a las teorías especulativas de la evolución, sino al contrario.”

El Traje Nuevo de Darwin: Una opinión personal y otros puntos de vista sobre la Teoría de Evolución por Selección Natural

“Son vanas y están plagadas de errores las ciencias que no han nacido del experimento, madre de toda certidumbre.” (Leonardo Da Vinci).

“El principio de la ciencia, casi la definición, es el siguiente: La prueba de todo conocimiento es el experimento. El experimento es el único juez de la "verdad" científica.” (Richard P. Feynman)

1. Un cuento chino

Hay un viejo cuento chino titulado en inglés “The emperor’s new clothes” y en español, “El traje nuevo del emperador”, que aun siendo bien conocido, no por ello deja de suscitar en quien lo escucha una sensación como de familiaridad o de “déjà vu”. Encontramos en el cuento algo que nos trae a la puerta de la memoria una situación familiar, pero a veces resulta difícil dar el último paso, definir cuál es esa situación y describirla; cerrar el círculo completamente y establecer la correspondencia exacta entre elementos de la ficción y sus correspondientes en la realidad. Para quien no recuerde el cuento, comenzaré por hacer un breve resumen.


El emperador desnudo

El emperador parte del palacio a un desfile con su séquito. Va desnudo, pero tanto entre su séquito como en la población de su imperio, se ha hecho correr la voz de que va vestido con un maravilloso traje nuevo. La voz ha corrido por las calles de tal manera que, aún viendo al emperador desnudo al paso de la comitiva, todo el mundo comenta cuán maravilloso es su nuevo traje. El desfile va transcurriendo con el emperador desnudo entre las multitudes que lo aclaman, admiradas, hasta que un niño rompe el encanto al exclamar: “El emperador está desnudo”. Entonces, todo el pueblo ve la realidad y reconoce que había sido víctima de un engaño.

El relato nos conmueve. Todos hemos sido víctimas, alguna que otra vez, de engaños, ora directos y malintencionadamente premeditados, ora más leves, parecidos a espejismos. Todos encontraríamos algún ejemplo. Pero, pienso yo, que la historia del emperador nos conmueve más que por el hecho de reconocernos víctimas de algún engaño en el pasado, por sugerir que el engaño es continuo; que, en cualquier momento, el niño que hay dentro de cada uno de nosotros puede saltar y advertirnos de “otro nuevo caso”, porque nuestra educación y, de alguna manera, nuestra civilización y cultura, podría consistir en alguna medida en respetar y guardar silencio ante, algunas de estas situaciones “engañosas”, sostenidas por consenso, por tradición, pero difícilmente defendibles.

A mi entender, la extensión, difusión y reafirmación de la Teoría de Evolución por Selección Natural constituye un magnífico ejemplo que ilustra este punto de vista. Se nos ha dicho: “He ahí una gran teoría científica”, “He ahí una genial idea que cambió la historia”... Lo admitimos y nadie se toma la molestia de analizar estas afirmaciones. Pero, tal vez, la hora llegada permite otro análisis...

He mencionado dos conceptos, ambos importantes, pero diferentes: “Gran teoría científica”, “Genial idea”. Para empezar, existen diferencias enormes entre ambos. ¿A cuál de ellos se aproxima más la teoría darwinista de Evolución por Selección Natural? ¿Es, en realidad, una genial idea? ¿Constituye una Teoría Científica? No me preocupa saber si es genial o no. En esto cada uno será libre de opinar, pero en cuestiones de ciencia, no, aquí no se trata de opinar. Por eso, como científico sólo estoy interesado en responder adecuadamente a la segunda pregunta.

Como tantas palabras, Teoría tiene hoy dos acepciones, dos significados bien diferentes. La primera es general, la segunda se aplica exclusivamente al ámbito científico en las modernas ciencias experimentales. En su acepción general, Teoría es todo conjunto de conocimientos o de ideas. En este sentido, diremos que “La Teoría” se refiere al conocimiento en sentido amplio y no tiene, necesariamente, que poseer aspectos que sean experimentalmente demostrables. En su segunda acepción, “Una Teoría” es la explicación científica de un fenómeno natural. Por el hecho de ser científica, esta teoría debe poder someterse a experimentación. Su veracidad podrá ser refutada, si la experimentación no confirma lo esperado (predicho). Si, por el contrario lo confirma, la teoría se mantendrá como la mejor explicación posible, pero en cualquier caso su veracidad no quedará nunca absolutamente demostrada y permanecerá como la mejor explicación posible en tanto en cuanto no surjan nuevas aproximaciones al problema, momento en el que llegará su refutación, destino final e inevitable de toda teoría (Popper, 1963).

Sólo en este sentido hablaremos de Teoría Científica y lo haremos teniendo en cuenta el Método Científico tal y como se aplica hoy en las ciencias experimentales. Si la teoría no implica a elementos bien conocidos o mesurables, entonces su comprobación será imposible y por lo tanto no será una Teoría Científica en el sentido estricto del término. Si, por el contrario, nuestra teoría pone en juego relaciones entre elementos bien descritos y cuantificables, entonces podrá terminar en forma de una ley expresable por un enunciado matemático en el que intervendrán las representaciones de dichos elementos. Por todo ello, antes de responder taxativamente a las preguntas arriba planteadas, conviene entrar en detalles acerca del Método Científico.

2. El Método Científico


Galileo Galilei

Aproximadamente desde Galileo, se propone un método nuevo para conocer los mecanismos que operan en la naturaleza y las leyes que los rigen. Como todo el conocimiento precedente, el Método Científico se basa en la observación de los fenómenos. Conociendo algo acerca de cómo ocurren las cosas, se identifican y aíslan elementos variables que operan en los hechos. Se tiende a identificar y definir nuevas relaciones entre dichos elementos que, a partir de ahora, puedan ser comprobadas mediante la experimentación. A diferencia de la Teología, que marcó en buena medida la pauta del conocimiento medieval, en Ciencia no se parte de verdades establecidas, sino de elementos, cuya existencia está demostrada por los sentidos y perfectamente consensuada (el sol, la tierra, el tiempo, la distancia). De la cuidadosa y repetida observación del comportamiento de dichos elementos se pueden deducir nuevas relaciones, surgiendo teorías que contradicen lo establecido.

Las teorías serán aceptables si su contenido se confirma mediante la experimentación. En este caso, Galileo, propone no entrar en el terreno teológico. En definitiva, indica Galileo que lo que muestra la experiencia es cierto, y las escrituras pueden bien tener motivos para expresar las cosas de otro modo. Se crea así un cisma, una división entre lo “Científico” y lo que no lo es (Teología, fe, adivinación, especulación…).

La ciencia, viene a proponer así, el método para ir más allá de los nombres e investigar en las relaciones comprobables entre las cosas. Galileo muestra su disconformidad, por ejemplo con que la gravedad sea la causa de la caída de los cuerpos:
“Te equivocas, Simplicio; debías decir que todos saben que se llama gravedad. Pero yo no te pregunto por el nombre, sino por la esencia de la cosa. De ésta tu no conoces ni un ápice más de lo que conoces sobre la esencia del motor de los astros que giran. Excluyo el nombre que se le ha atribuido y que se ha hecho familiar y corriente por las malas experiencias que tenemos de él mil veces al día. Realmente no comprendo cuál poder o qué principio sea el que mueve una piedra hacia abajo, ni comprendemos lo que la mueve hacia arriba una vez que ha dejado al proyector o lo que hace girar a la luna...”
La gravedad es un nombre. Pero, ¿En qué consiste? Se tardó muchos años en llegar hasta el punto en que hoy nos encontramos en esta cuestión, ciertamente más avanzado que en tiempos de Galileo; pero, en el cual, la cuestión no ha quedado ni mucho menos zanjada, agotada. La ciencia no agota cuestiones, sino que aporta nuevas interpretaciones cada vez más acordes con la actualidad en una realidad cambiante. Los avances se basan en dos puntos: 1) Una correcta definición de los elementos que intervienen y 2) El establecimiento de las relaciones entre ellos, verificables mediante la observación y la experimentación. Finalmente, en el caso de la gravedad, las matemáticas han contribuido a dar una formulación adecuada. ¿Estimamos la cuestión resuelta hoy? No del todo. Para recorrer el camino fue necesario, en primer lugar, distinguir lo que es un nombre de lo que es una nueva relación entre elementos conocidos y definidos. A continuación, fue necesaria buscar esa relación, que se encontraría con Newton y la fórmula de la ley de atracción gravitatoria, pero hoy el camino sigue y pueden surgir nuevas interpretaciones. Vemos así, en éste y podríamos ver en otros ejemplos, cómo el Método Científico se fue aplicando a partir de Galileo a lo largo de los siglos XVII, XVIII, XIX y XX. Sus éxitos fueron notables en física y química y, sobre todo a partir del siglo XX, también en biología.

No existen muchos ejemplos de la aplicación del Método Científico en las Ciencias Naturales durante los siglo XVIII y XIX: Joseph Priestley, Claude Bernard, Gregor Mendel, y, muy a finales de siglo, Buchner. Existen más ejemplos, incluyendo tal vez algunos experimentos de Charles Darwin en relación con los movimientos de las plantas, pero ninguno de ellos en relación con el estudio de la evolución de las especies.

La Teoría de Evolución por Selección Natural no responde a los criterios básicos del método Científico. Varias razones sostienen esta afirmación:

1. Los elementos que intervienen en ella no están bien definidos. En particular, las especies. La biología moderna muestra lo difícil que es la definición de especie.
2. Es imposible someter a experimentación la evolución. Cualesquiera que sean los resultados de laboratorio no son extrapolables a los tiempos geológicos.

Por lo tanto, comparando el término Selección Natural con gravedad, decimos, con Galileo que la Selección Natural es una palabra, un nombre y que la teoría darwinista de Evolución por Selección Natural no aporta ninguna explicación, nada nuevo. Se trata de una tautología, una verdad de Perogrullo, una manera de ver las cosas, más próxima a una explicación de la naturaleza propia de la era pre-científica que del Método Científico.



Georges Cuvier

La idea de transformación en la naturaleza aparece en distintas formas muchos años antes de Darwin (Diderot, D’Alembert, Maupertuis, Goethe, Cuvier...) que no habían sido muy difundidas, probablemente por ser contrarias con el dogma religioso del relato bíblico de la creación. Quizás Darwin estuvo en el lugar apropiado y en el momento apropiado para que su visión de la naturaleza, de gran relevancia en la creciente concepción materialista del mundo, fuese ampliamente difundida. En este caso lo que triunfó no fue la teoría científica, de la cual Darwin hubiese sido responsable, sino la difusión de una teoría metafísica de la que Herbert Spencer, el filósofo de Darwin, fue también responsable (Hodge, 1874). Así, el nombre de evolución, cuyo uso fue promovido por Herbert Spencer, autor contemporáneo de Darwin y responsable del “darwinismo social y metafísico”, se asocia con progreso y también con descendencia lineal, de unas especies a partir de otras, como en una genealogía continua, conceptos ambos asociados en una interpretación muy limitada y de difícil comprobación experimental.

El paleontólogo alemán Karl von Zittel expresó: “La ciencia aspira ante todo a la verdad. Cuánto más convencidos estemos de la fragilidad de nuestro conocimiento teórico, más deberemos consolidarlo mediante hechos y observaciones nuevas.” Y, en su obra “Les transformations du monde animal”, Charles Déperet comenta así esta frase:
“Sages conseils que feraient bien de méditer et de suivre les paleontologistes a l’esprit aventureux, enclins a construire, avec une hâte febrile, des arbres genealogiques sans nombre, donc les troncs pourris, suivant l’expression imaginée de Ruteimeyer, aussitôt demolis que dressés, jonchent le sol de la fôret et en rendent l’accés plus difficile pour les progrés de l’avenir.”

[“Sabios consejos que harían bien de meditar y seguir los paleontólogos con el espíritu aventurero, inclinados a construir, con una prisa febril, innumerables árboles genealógicos, por lo que los troncos podridos, según la expresión imaginada de Ruteimeyer, tan pronto demolidos como erigidos, se esparcen por el suelo del bosque y hacen el acceso más difícil para el progreso del futuro.”]
Por circunstancias históricas y sociales, la teoría darwinista tuvo un importante éxito que fue potenciado todavía más en el siglo XX y hoy constituye la base del paradigma neo-darwinista en biología. Una teoría con una base dogmática más propia de la filosofía medieval que de la ciencia moderna, rige hoy, en buena medida, los experimentos que conciernen la sanidad, la herencia, la agricultura y la alimentación y en los que intervienen elementos genéticos que pueden ser transferidos entre especies diferentes. Curiosa, pero no excepcionalmente, la teoría tuvo críticas mucho más severas en el pasado que en la actualidad. Veamos algunas.

3. Comentaristas críticos de Darwin

Es de destacar que, entre los contemporáneos de Darwin, muchos de los críticos con su teoría lo fueron desde un ámbito religioso, lo cual dio pie a numerosas defensas que, en realidad, no defendían la Teoría de Evolución por Selección Natural que es la aportación original de Darwin, sino la evolución considerada en general, la transformación de los seres vivos con el tiempo o aspectos puntuales como la edad de la tierra. Muchos de los argumentos de Huxley en defensa de Darwin, en realidad defienden la evolución frente a argumentos dogmáticos y religiosos y no defienden la Selección Natural. Su réplica va dirigida frente a argumentaciones en contra de Darwin procedentes de puntos de vista teológicos y por eso Huxley cita a San Agustín, Santo Tomás o Suárez. Nada tiene que ver esto con la teoría propuesta por Darwin. Huxley, llamado el bulldog de Darwin, nunca se definió a si mismo ni se manifestó como defensor de la Teoría de Evolución por Selección Natural. Uno de los críticos más divertidos y menos citados de Darwin es Karl Marx. En una carta a Lasalle del 16 de Enero de 1861 hace un comentario que hemos reproducido del texto de Manuel Cruz citado abajo y que no es anecdótico:
“Naturalmente, hay que dejar a un lado la tosca manera inglesa de exposición” (citado en Cruz, 1989, p. 160)
En una carta a Engels:


Thomas Malthus

“Me divierto con Darwin, al que he echado una nueva ojeada, cuando afirma aplicar la teoría de Malthus tambien a las plantas y a los animales, como si el jugo del señor Malthus no estuviera precisamente en el hecho de que esa teoría no se aplica a las plantas y a los animales, sino –con geométrica progresión– sólo a los hombres, en contraste con las plantas y animales. Es notable el hecho de que en las bestias y en las plantas, Darwin reconoce a su sociedad inglesa, con su división del trabajo, la competición, la apertura de nuevos mercados, los inventos y la maltusiana lucha por la existencia. Es el bellum omnium contra omnes de Hobbes y hace pensar en la Fenomenología de Hegel cuando se configura la sociedad burguesa como “reino animal ideal”, mientras que en Darwin el reino animal se configura como sociedad burguesa” (citado en Cruz, 1989, p. 162).
En su introducción a la dialéctica de la naturaleza, Engels tampoco se quedó corto con una frase que invita a la reflexión:
“Darwin no sabía qué áspera sátira de la humanidad y especialmente de sus conciudadanos escribía al demostrar que la competencia libre, la lucha por la vida, celebrada por los economistas como la conquista más alta de la historia, es el estado moral del reino animal.” (Tomado de “La comedie inhumaine” de André Wurmser)
Nietzsche fue también crítico con Darwin. En su libro “El crepúsculo de los ídolos”, en el capítulo titulado “Incursiones de un intempestivo” (pp. 122-123), Nietzsche opinaba así acerca del darwinismo:
“Anti-Darwin. En lo que respecta a la famosa “lucha por la vida”, me parece que de momento está más afirmada que demostrada. Se da, pero como excepción; el aspecto global de la vida no es el del estado de necesidad, el de la hambruna, sino más bien el de la riqueza, el de la exuberancia, incluso el del absurdo derroche: donde se lucha, se lucha por poder... no se debe confundir a Malthus con la naturaleza. Ahora bien, suponiendo que exista –y en verdad, se da– esa lucha transcurre, por desgracia, de modo inverso al deseado por la escuela de Darwin, al que quizá sería lícito desear con dicha escuela: a saber, en contra de los fuertes, de los privilegiados, de las excepciones felices. Las especies no crecen en perfección: Los débiles se enseñorean siempre de los fuertes, y esto es porque son el mayor número y también porque son más listos... Darwin se ha olvidado del espíritu (¡qué inglés es esto!), los débiles tienen más espíritu... Hay que necesitar espíritu para obtener espíritu, y se pierde cuando ya no se necesita. Quien tiene la fuerza se desprende del espíritu...”

Otros críticos de Darwin fueron reputados profesionales de la Ciencia, entre ellos naturalistas, como Karl Ernst von Baer y Louis Agassiz; paleontólogos como Richard Owen; geólogos como Charles Lyell y Adam Sedgwick. Von Baer (1792-1876) pasó sus últimos años dedicado a la crítica del darwinismo. Su crítica de Darwin está basada en principios morales, filosóficos y científicos. Entre estos últimos, destacó la complejidad de los procesos evolutivos. Louis Agassiz (1807-1873), un reputado naturalista y paleontólogo nunca admitió la evolución, sino que más bien fue creacionista. Escribió:
“The combination in time and space of all these thoughtful conceptions exhibits not only thought, it shows also premeditation, power, wisdom, greatness, prescience, omniscience, providence. In one word, all these facts in their natural connection proclaim aloud the One God, whom man may know, adore, and love; and Natural History must in good time become the analysis of the thoughts of the Creator of the Universe…”
[“La combinación en el tiempo y el espacio de todas estas concepciones reflexivas no solo muestra el pensamiento, sino que también muestra premeditación, poder, sabiduría, grandeza, presciencia, omnisciencia, providencia. En una palabra, todos estos hechos en su conexión natural proclaman en voz alta al Único Dios, a quien el hombre puede conocer, adorar y amar; y la Historia Natural debe convertirse a su debido tiempo en el análisis de los pensamientos del Creador del Universo...”]

Charles Lyell

Richard Owen (1804-1892) fue favorable al evolucionismo, pero se opuso firmemente a la teoría de la Selección Natural. Charles Lyell (1797-1875) era evolucionista, pero nunca aceptó la teoría de Evolución por Selección Natural. Adam Sedgwick (1785-1873), fue profesor y mentor de Darwin. Nunca apoyó la Teoría de Evolución por Selección Natural y escribió a Darwin en una carta el 24 de Noviembre de 1859:
“If I did not think you a good tempered & truth loving man I should not tell you that… I have read your book with more pain than pleasure. Parts of it I admired greatly; parts I laughed at till my sides were almost sore; other parts I read with absolute sorrow; because I think them utterly false & grievously mischievous. You have deserted –after a start in that tram-road of all solid physical truth– the true method of induction…”
[“Si no le considerara un hombre de buen temperamento y amante de la verdad, no debería decirle que... He leído su libro con más dolor que placer. Partes de él admiré grandemente; partes de las que me reí hasta que mis costados estaban casi adoloridos; Otras partes las leí con absoluta tristeza; porque las considero absolutamente falsas y gravemente dañinas. Ha abandonado –después de un comienzo en ese camino de toda verdad física sólida– el verdadero método de inducción...”]
No sorprende entonces, que, un año después de la publicación de su obra en una carta al respetado profesor Lyell, Darwin dijese:
“I have heard by round about channel that Herschel says my book is the law of higgledy-pigglety” (Tomado de Peter Dear, 2006).

[“He oído por medios indirectos que Herschel dice que mi libro es la ley del sin ton ni son.”]
Finalmente, una opinión rotunda. El filósofo de la ciencia Karl Popper, en su libro titulado “Conjectures and Refutations: The Growth of Scientific Knowledge” dice:
“No existe ninguna ley de la evolución, sino sólo el hecho histórico de que las plantas y los animales cambian, o, más precisamente, que han cambiado. La idea de una ley que determine la dirección y el carácter de la evolución es un típico error del siglo XIX que surge de la tendencia general a atribuir a la “Ley Natural” las funciones tradicionalmente atribuidas a Dios.” (p. 408)

4. Conclusión

Si se mira desde un punto de vista estrictamente científico, experimental, entonces la Teoría de Evolución por Selección Natural de Darwin no es una teoría científica, porque no es demostrable mediante experimentación y no es refutable (Popper, 1963). No pone de manifiesto nuevas relaciones entre elementos bien descritos de la naturaleza, sino que, por el contrario, en ella intervienen elementos que la biología actual ha demostrado que son muy complejos y difíciles de describir (las especies). La Evolución de las especies no es fácilmente reducible al método experimental. Sus mecanismos implican elementos que la bioquímica, la genética y la biología molecular intentan ahora describir. La definición de virus, transposones, multitud de ARN catalíticos, y la posible participación de éstos elementos en procesos de epigenética, poliploidización, reorganizaciones del genoma, silenciamiento génico, etc. son algunas de las tareas en que se ocupa la biología actual.

Cualquier teoría evolutiva deberá contar con la participación de estos elementos, porque la frase de Dobzhansky: “En biología nada tiene sentido si no se considera bajo el prisma de la evolución” debe hoy ser justamente convertida en: “En evolución nada tiene sentido si no se considera bajo el prisma de la biología”. La biología es la ciencia experimental poderosa y predominante en nuestro tiempo. Por lo tanto, la biología no puede someterse a las teorías especulativas de la evolución, sino al contrario.

5. Referencias

Cruz, M. 1989. Por un naturalismo dialéctico. Anthropos, Barcelona 
Dear, P. 2006. The Intelligibility of Nature: How Science Makes Sense of the World. The University of Chicago Press 
Depéret, Ch. 1929. Les transformations du monde animal. Eds Flammarion, Paris 
Hodge. 1874. What is Darwinism? Scribner, Amstrong and co. New York.
Huxley, TH. Collected essays. http://aleph0.clarku.edu/huxley/guide4.html
Nietzsche. 2002. El crepúsculo de los ídolos. Biblioteca EDAF. Madrid 
Popper, K. 1963. Conjectures and Refutations: The Growth of Scientific Knowledge.
Wurmser, A. 1965. La comedie inhumaine. Gallimard. Paris.
© Emilio Cervantes (IRNASA-CSIC)
Fuente original: Digital CSIC
Fuente imágenes: Wikimedia Comm

Fuente: Consciencia Verdad