TODA ENFERMEDAD PROVIENE DE UNA FALTA DE AMOR



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 Afirmación: «Estamos dispuestos a abrir nuestro corazón».

¿Por qué existe la enfermedad en el mundo? Yo creo que está aquí para mostrarnos que estamos arruinando nuestra vida y nuestro planeta. Nuestro cuerpo y el mundo físico tienen una gran necesidad de curación. Se contamina el aire; se envenena a los peces con productos químicos; muchas zonas se ven despojadas de su vegetación; aún creamos guerras y nos torturamos mutuamente. Atiborramos a nuestro cuerpo de alimentos sintéticos y lo maltratamos con cigarrillos, alcohol y otras drogas. Todos estos males son como enfermedades, y por ello pienso que todo el planeta padece una forma de enfermedad.

No hemos estado atentos a la multitud de señales que tanto el planeta como nuestro cuerpo nos han estado enviando. Seguimos adelante sin hacer caso, vertiendo más basura y drogas en nuestro cuerpo, empujándolo a excesos que sobrepasan toda resistencia. Así, es natural que tratemos de forma similar al planeta, maltratándolo hasta extremos increíbles. Los miembros de Alcohólicos Anónimos saben que algunas personas necesitan «tocar fondo» antes de ver la luz y hacer algunos cambios.

Enterémonos de una vez de que cuando creamos una enfermedad grave ya hemos «tocado fondo», que no tenemos necesidad de generar algo aún más terrible para escuchar y cambiar nuestras costumbres tan destructivas y carentes de amor.

La catástrofe es el resultado de nuestra mala disposición a escuchar las señales de aviso de nuestro cuerpo. Si no le hacemos caso, poco a poco irá creando un desastre lo suficientemente grande para forzarnos a mirar lo que estamos haciendo, individual y colectivamente. Cada experiencia que pasamos nos sirve para aprender. Tenemos la oportunidad de curarnos a nosotros mismos y curar al planeta. No la desaprovechemos. El tiempo es ahora.

Para mí la enfermedad es una falta de amor. Nos muestra lo increíblemente poco amorosos que podemos llegar a ser. Fíjate en la forma en que tratamos a los enfermos de sida. Se los rechaza, se los abandona, se los aísla, e incluso se les niega la atención sanitaria que tanto necesitan.

A mí me parece que siempre existe una opción entre el amor y el miedo. Si elegimos el miedo y el alienante comportamiento que éste conlleva, nos destruiremos. Lo que suceda depende de nosotros, el futuro es nuestro. Si escogemos el amor y las oportunidades que nos ofrece, llegaremos a sanar a todo el planeta.

 ¿Cuáles son tus opciones día a día? -Van a contribuir a destruir o a sanar el planeta?

Estas opciones son las mismas que nos hacen amar o dañar a nuestro cuerpo. Creo que, por muchas razones que a menudo difieren de uno a otro individuo, muchas personas se han dedicado a maltratar su cuerpo. En ciertos círculos se ha hecho habitual beber en exceso, tomar drogas de todo tipo, alimentarse mal, complacerse en prácticas sexuales dolorosas y abusivas, y en la crueldad mental.

Creo que una de las razones por las cuales tantos seres humanos consumen alcohol y otras drogas es el miedo a estar solos. A muchas personas les aterroriza la soledad, porque las enfrenta con sus propios sentimientos. Hemos aprendido a acallar y encerrar nuestros sentimientos. Nos drogamos con fármacos para librarnos de los dolores corporales, y comemos basura y consumimos cigarrillos, alcohol y otras drogas para librarnos de los sentimientos.

Cualquiera de estas prácticas, y no digamos si se dan combinadas, debilita el sistema inmunitario. Es normal y natural que el cuerpo con un sistema inmunitario debilitado esté abierto a las enfermedades. Y esto no tiene nada que ver con la moralidad. De modo que disolvamos los juicios y la culpa. Disolvamos las prácticas dañinas, sean cuales fueren. Cuidemos con cariño nuestro cuerpo y nuestras emociones.

En su mayoría los enfermos almacenan una gran cantidad de indignación y rabia inexpresadas hacia su familia y hacia la sociedad en su conjunto. Puede que estos sentimientos vayan acompañados de una sensación de desamparo y desesperanza. No creen que puedan hacer ningún cambio positivo en su vida. Aún no conocen el enorme poder de su mente.

Nuestra mente es un instrumento muy poderoso. Muchas veces se ha dicho que sólo utilizamos un diez por ciento de nuestro cerebro. ¿Te has preguntado alguna vez para qué está el noventa por ciento restante? Yo creo que tenemos capacidades latentes que ni siquiera podemos imaginar en estos momentos. Algunas personas son capaces de ver auras, otras son clarividentes, clarioyentes o canalizadoras, o tienen otras capacidades denominadas «psíquicas». También hemos oído hablar de los viajes astrales. Si yo pudiera explotar los grandes recursos de mi propio cerebro, creo que podría viajar de costa a costa sin utilizar el avión; podría desmaterializarme en un lugar y volverme a materializar en otro, si pudiera comprender totalmente mi propio potencial.

Creo que la telepatía y las demás capacidades psíquicas serán accesibles a todos cuando tengamos los conocimientos que nos permitan ponerlas en práctica. Pienso que hay capacidades que escapan con mucho a la imaginación de todos nosotros, y que tendremos acceso a esas capacidades cuando estemos preparados para ello.

 Ahora tenemos vedado el acceso a ellas porque no estamos preparados. Probablemente haríamos un mal uso de estas capacidades: nos dañaríamos mutuamente y dañaríamos a la Tierra y al universo entero. Observemos la forma en que nos tratamos. Tenemos que dejar atrás el dolor y el sufrimiento. Tenemos que aprender realmente a amarnos a nosotros mismos y amar a los demás de forma incondicional.

El amor incondicional

Todos los grandes maestros del pasado y del presente nos hablan del valor del amor incondicional, es decir, amarnos y aceptarnos a nosotros mismos de forma total, y amar y aceptar a los demás exactamente como son. Todos hacemos lo mejor que podemos en cada punto del tiempo y del espacio. Todos haremos nuestros cambios positivos con mayor rapidez y facilidad si nos damos a nosotros mismos y ofrecemos a los demás un amor sin condiciones, restricciones ni limitaciones. Cuando la mayoría de nosotros haya aprendido esta lección y sea capaz de practicarla diariamente, estaremos preparados para el siguiente paso cósmico.

No podemos estar separados y distanciados unos de otros. No podemos hacernos daño a nosotros mismos y a los demás. El amor es la fuerza curativa, y el camino del amor es el perdón.

Las heridas y la rabia

Nada ni nadie puede hacernos daño cuando estamos centrados en nuestro espacio y nos amamos a nosotros mismos. Sólo nos pueden dañar nuestros propios pensamientos.

No te asustes de tus propios pensamientos. No reacciones con temor. No traiciones tu poder. Vive centrándote en tu propio espacio, en donde sabes que la vida es para vivirla.

¿Qué es el amor incondicional? Expresado con palabras sencillas, es la capacidad de amarnos a nosotros mismos y amar a los demás sin normas ni reglamentos. El amor incondicional es un estado ideal hacia el cual tiende todo el planeta. Es la principal lección que debemos aprender, y hemos de comenzar por nosotros mismos. Significa aceptarnos a nosotros mismos y aceptar a los demás sin emitir juicios. Una flor es, un cachorrito es, una tormenta es, una experiencia es. Si decimos una flor hermosa, un cachorro precioso, una tormenta dañina, una experiencia terrible, hemos emitido un juicio. Igualmente otra persona puede decir una flor fea, un cachorro insoportable, una tormenta benigna o una experiencia maravillosa. Todo esto son juicios y proceden de la actitud que adoptamos ante las cosas y los acontecimientos.

Decir que alguien tiene el pelo rojizo es la afirmación de una realidad. Decir que tiene un hermoso pelo rojizo o un horrible pelo rojizo es hacer un juicio. Los juicios que hacemos provienen de nuestra opinión sobre cualquier tema o acontecimiento. ¿Te has fijado en cómo te juzgas? Decimos cosas como: «Tengo la nariz demasiado larga», «Mis pantorrillas son demasiado gruesas», «No soy lo bastante listo», «Mi manera de ser no me hace simpático» o «No soy lo bastante capaz».

«Tengo la nariz demasiado larga»: ¿para quién o para qué? ¿Cuál es la nariz perfecta? ¿Dónde está el modelo? ¿Te has fijado en que la forma de la nariz cambia en las diferentes regiones del planeta? ¿Realmente colocas tu valor personal en la forma de tus pantorrillas? Si crees que no eres una persona simpática es porque no te amas. ¿Y quién dice que no eres lo bastante capaz? ¿De dónde sacaste ese juicio?

Todo esto no son más que tonterías. Tu nariz sirve y tus pantorrillas también, tengan la forma que tengan. Sí, puedes hacerte la cirugía estética, pero eso no tendrá nada que ver con tu valía personal ni con el amor que sientas por tí. Serás una persona simpatiquísima si así lo crees, y sólo tú puedes decidir si eres lo bastante capaz.

Nos preguntamos cómo podemos aceptar todas las cosas difíciles que nos ocurren en la vida. Esas cosas nos suceden porque practicamos el desamor hacia nosotros mismos y nos juzgamos. Cuando, como individuos, nos tratemos con amor incondicional, no habrá experiencias negativas. No las crearemos. Podemos aprender a aceptar a los demás sin ponerles condiciones, dejándolos ser como son, aprendiendo de sus experiencias al mismo tiempo que aprendemos de las nuestras, amándolos a medida que aprenden a amarse a sí mismos.

Si todos practicáramos el amor incondicional tanto como nos fuera posible, estoy segura de que en dos generaciones podríamos transformar este planeta en un lugar lleno de amor y seguro para vivir.

De una u otra forma todos sufrimos de la falta de amor incondicional, algunos desde que nacimos. Si cuando éramos niños rara vez se nos permitió amarnos y respetarnos a nosotros mismos, es muy probable que ahora nos neguemos ese amor. Si se nos educó en la idea de que éramos poco dignos de cariño, entonces a menudo optamos por tratarnos como a personas despreciables, y expresamos esta indignidad de muchas formas, por ejemplo convirtiéndonos en drogadictos para no pensar, y castigando así nuestro cuerpo a diario.

Tratamiento

Hoy es otro precioso día sobre la Tierra y vamos a vivirlo con alegría. Aceptamos este don con gratitud y gozo. Comprendemos que no tenemos tiempo para perder viviendo en el pasado. Así que entramos en nuestro interior y con ojos amorosos escudriñamos todos los rincones en donde habitan el dolor y el temor. Ya no queremos aguantar más estos viejos obstáculos. Nos trasladamos a nuestro espacio del corazón, adonde llevamos la abundante luz del amor que habita en nuestro interior. Hacemos que este amor, que ve sin juicios ni expectativas, fluya por nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestra conciencia. La luz del amor sigue brillando y disuelve todo lo que no se le parece. Estamos dispuestos a deshacernos de toda la basura. No tiene vida propia, no hay verdad en ella. Es sólo un viejo recuerdo que ya no existe, que desaparece de nuestra vida. Somos uno con el Poder que nos ha creado. Estamos seguros y a salvo, y todo está bien en nuestro mundo.

Tomado del libro: Amar sin condiciones de Louise L. Hay

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