COLA DE MILANO - Meditacion N° 332 del 29 Mayo 2018 - 365 Meditaciones TAO




COLA DE MILANO
“Mide dos veces antes de cortar,” decía el viejo artesano.
Sólo la cuidadosa planificación y la paciente habilidad hacen una cola de milano.
Los primeros mueblistas se enfrentaron al problema de unir dos piezas de madera en
el ángulo correcto, para que pudiesen resistir la tensión no sólo del uso sino
también del clima. Especialmente en lugares donde los veranos son calurosos y
húmedos y los inviernos fríos y secos, una plancha de madera puede cambiar sus
dimensiones entre un cuarto y media pulgada. Lo suficiente para hacer que las
uniones se separen y los cajones se atasquen!
El ensamblaje de cola de milano sujeta porque las dos piezas de madera entrelazada
se expanden y contraen en la misma proporción. La dirección en que tiran es contra
el cierre de la juntura. El subproducto de toda esta magnífica artesanía es una
juntura encajada con tanta precisión que es algo bello en sí mismo.
Cortar una juntura de cola de milano es de una habilidad demandante. Las líneas
deben ser trazadas con gran cuidado, y el corte debe ser realizado cuidadosamente
usando una sierra delgada. El material sobrante debe ser recortado lentamente con
un formón afilado hasta que ambos lados se ensamblen ceñidamente. Hacer una juntura
de cola de milano requiere planificación, habilidad y paciencia.
Hoy en día, los materiales sintéticos baratos no respiran con las estaciones. Eso
puede reducir los inconvenientes, pero ha reducido también la oportunidad para otra
relación con el Tao. Porque cuando los mueblistas buscaban fabricar muebles que
fuesen compatibles con la madera, las estaciones, y su propio ingenio, estaban en
perfecta sintonía con el Tao.



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