Nuestra Esencia Espiritual






EN NUESTRO ESTADO ESENCIAL, SOMOS CONCIENCIA PURA. LA CONCIENCIA PURA ES POTENCIALIDAD PURA; ES EL CAMPO DE TODAS LAS POSIBILIDADES Y DE LA CREATIVIDAD INFINITA.

LA CONCIENCIA PURA ES NUESTRA ESENCIA ESPIRITUAL. SIENDO INFINITA E ILIMITADA, TAMBIÉN ES FELICIDAD PURA.

Otros atributos de la conciencia son el conocimiento puro, el silencio infinito, el equilibrio perfecto, la invencibilidad, la simplicidad y la dicha. Ésa es nuestra naturaleza esencial; una naturaleza de potencialidad pura. El campo de la potencialidad pura es nuestro propio yo. Y cuanto más desarrollemos nuestra propia naturaleza, más cerca estaremos de ese campo de potencialidad pura.

Vivir de acuerdo con nuestro yo, en una cons¬tante auto-referencia, significa que nuestro punto interno de referencia es nuestro propio espíritu, y no los objetos de nuestra experiencia. Lo contrario de la auto-referencia es la referencia al objeto. Cuando vivimos según la referencia al objeto, estamos siempre influidos por las cosas que están fuera de nuestro yo; entre ellas están las situaciones en las que nos involucramos, nuestras circunstancias, y las personas y las cosas que nos rodean.

Cuando vivimos según la referencia al objeto, buscamos constantemente la aprobación de los demás. Nuestros pensamientos y comportamientos esperan constantemente una respuesta. Nuestra vida, por tanto, se basa en el temor.

Cuando vivimos según la referencia al objeto, también sentimos una intensa necesidad de controlarlo todo. Sentimos intensa necesidad de tener poder externo. Cuando experimenta¬mos el poder del yo no hay temor, no hay necesidad de controlar, y no hay lucha por la aprobación o por el poder externo. 

CUANDO VIVIMOS SEGÚN LA REFERENCIA AL OBJETO, EL PUNTO DE REFERENCIA INTERNO ES EL EGO. SIN EMBARGO, EL EGO NO ES LO QUE REALMENTE SOMOS. EL EGO ES NUESTRA AUTOIMAGEN, NUESTRA MÁSCARA SOCIAL; ES EL PAPEL QUE ESTAMOS DESEMPEÑANDO. A LA MÁS¬CARA SOCIAL LE GUSTA LA APROBACIÓN; QUIERE CONTROLAR, Y SE APOYA EN EL PODER PORQUE VIVE EN EL TEMOR.

Nuestro verdadero yo, que es nuestro espíritu, nuestra alma, está completamente libre de esas cosas. Es inmune a la crítica, no le teme a ningún desafío y no se siente inferior a nadie. Y, sin embargo, es humilde y no se siente superior a nadie, porque es consciente de que todos los demás son el mis¬mo yo, el mismo espíritu con distintos disfraces.

D.CHOPRA - Las Siete Leyes Espirituales del Éxito 


No hay comentarios:

Publicar un comentario