WEN TZU – 160 LAO TSE DIJO:

 


¿Cómo podría tener el mundo leyes permanente­mente fijas? Trata apropiadamente con los tiempos, encuentra pautas razonables de humanidad, armoníza­te con el cielo y la tierra y comprende a espectros y espíritus; entonces es posible gobernar correctamente.

 

En la antigüedad, los Tres Augustos no tenían regulaciones ni directivas, pero el pueblo les seguía; los Cinco Señores tenían regulaciones y directivas, pero no castigos ni sanciones. El rey Yu de la dinastía Hsia no se retractaba de su palabra; el pueblo de la dinastía Yin hacía promesas; el pueblo de la dinastía Chou jura­ba fidelidad. Con el deterioro de las últimas eras, hubo menosprecio y desdeño para las clases inferiores; hubo codicia de ganancia y poca vergüenza.

 

Las leyes y órdenes deben ajustarse a las costum­bres de la gente; los instrumentos y las máquinas deben ajustarse a los cambios de los tiempos. Por ello, las personas obligadas por las leyes no pueden partici­par en la planificación de nuevos proyectos, y las per­sonas que se apegan al ritual no son aptas para respon­der a los cambios. Es necesario tener la luz de la per­cepción individual y la claridad del aprendizaje indivi­dual antes de que sea posible dominar el Camino en la acción.

 

Quienes conocen de dónde provienen las leyes se adaptan a los tiempos; quienes no conocen la fuente de las maneras de ordenar pueden seguirlas, pero más adelante se agitan en el caos. Los eruditos actuales practican su trabajo de manera rutinaria, con libros en sus manos y vigilando las reglas de la gramática, que­riendo realizar el orden social de esta manera. ¿No es esto lo mismo que atenerse a una receta que no ha curado o intentar poner un poste cuadrado en un agu­jero redondo? Será difícil que ajuste.

 

Sostener lo que corre riesgo y aportar orden al caos no es posible sin sabiduría. En lo que respecta a hablar de precedentes y citar a los antiguos, hay muchos ignorantes que lo hacen. Por ello, los sabios no actúan sobre las leyes que no son útiles ni escuchan palabras que no han demostrado ser eficaces.


Fuente: Osho Gulaab

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