Lo que permite sobrevivir a una
nación es el logro del Camino; lo que origina que una nación perezca es la
obstrucción de la razón. Por ello, los sabios ven el desarrollo de la sociedad
observando sus signos. La virtud florece y decae, siendo las modas los primeros
indicativos de ello.
Así, quienes alcanzan el Camino de la
vida, inevitablemente se vuelven grandes aunque sean pequeños; quienes tienen
signos de morbosidad inevitablemente fracasan aunque por el momento tengan
éxito. Cuando una nación está moribunda, la grandeza no es suficiente para
basarse sólo en ella; pero si allí dentro se sigue el Camino, incluso una
pequeña nación no debe de ser menospreciada.
Así, la supervivencia se encuentra en
el logro del Camino, no en la pequeñez; la ruina se encuentra en la pérdida del
Camino, no en la grandeza. Los gobernantes de un país confuso se esfuerzan por
ensanchar el territorio, no por la humanidad y la justicia; luchan por
conseguir elevadas posiciones, no por el Camino y la virtud. Esto es abandonar
los medios de sobrevivir y crear las causas de la destrucción.
Si perturban las luces del sol, la
luna y las estrellas arriba, y pierden los corazones de las masas del pueblo
abajo, ¿quién no podría culparles? Por ello, quienes examinan el ser no lo atribuyen
a otros.
Cuando quienes actuaban como
dirigentes en antiguos tiempos lo practicaban profundamente, a esto se llamaba
el Camino y virtud; cuando lo practicaban superficialmente, a esto se le
llamaba humanidad y justicia; cuando lo practicaban ligeramente, a esto se le
llamaba cortesía y conocimiento.
Estas seis cosas constituyen el
entramado de una nación. Cuando se practican profundamente, se reciben
bendiciones abundantes. Cuando se practican superficialmente,
las bendiciones se reciben ligeramente. Cuando se practican al máximo,
todo el mundo camina junto a uno.
En los antiguos tiempos, cultivar el
Camino y su virtud podía aportar orden a todo el país; cultivar la humanidad y
la justicia podía aportar orden a un estado; cultivar la cortesía y el
conocimiento podía aportar orden a una región. Aquéllos cuya virtud era
abundante eran grandes, y aquéllos cuya virtud era escasa eran pequeños.
Así, el Camino no es para
establecerse a sí mismo mediante la agresividad, ni para conquistar por la
fuerza, ni para obtener mediante la competítividad. La posición consiste en
ser promovido por el mundo, la victoria consiste en el acuerdo espontáneo del
mundo, y la ganancia consiste en que el mundo te la otorgue, no en tomarla para
ti mismo.
Por tanto, llegarás a estar
establecido si no eres agresivo, serás victorioso si eres flexible y te
adaptas, y ganarás si eres humano y justo. Si no luchas, nadie puede luchar
contigo. Esta es la razón por la que el Camino es para el mundo como los ríos y
los océanos.
El Camino de la Naturaleza es
arruinado por quienes planean estratagemas, perdido por quienes intentan
agarrarlo. Mira a aquellos que quieren tener una gran fama, y por consiguiente
buscan y luchan por conseguirla: vemos que no pueden detenerse, pero que incluso
si la obtienen aferrándose a ella, ésta no permanece.
La fama no puede ser obtenida
mediante su búsqueda, debe ser dada por el mundo. Quienes la dan recurren a
ella. A lo que recurre el mundo es a la virtud. Por ello se dice que el mundo
recurre a aquéllos de elevada virtud, el país recurre a aquéllos de elevada
humanidad, un estado recurre a aquéllos de elevada justicia, y una región
recurre a aquéllos de elevada cortesía.
El pueblo no recurrirá a nadie que
carezca de estas cuatro cualidades. Armar y desplegar al pueblo que no tiene
confianza en su gobierno es una acción peligrosa.
Por esto se dice que las armas son
instrumentos de mal agüero, que deben utilizarse únicamente cuando son
inevitables.
Cuando obtienes la victoria matando e
hiriendo a gente, no te vanaglories por ella. Así, se dice que las zarzas
crecen en un terreno donde la gente ha muerto; en donde se ha llorado por ellos
con tristeza, se les ha dejado descansar con los ritos del duelo. Ésta es la
razón por la que las personas superiores se esfuerzan por obtener la virtud del
Camino y no acumulan grandes reservas mediante el uso de la fuerza militar.
Fuente: Osho Gulaab
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