A tan sólo dos dedos a la derecha del
corazón, músculo cardiaco, y según cita el Sita Upanishad, se encuentra
Hridrayam, el corazón espiritual. Ese lugar donde te señalas a ti mismo con los
dedos de la mano viene a ser la morada de tu alma. Escribe Emilio J. Gómez.
De alguna manera siempre lo has
sabido. Pero la mente, al proyectarse en la belleza del mundo exterior, se ha
olvidado de ello, quedando anclada en deseos y aversiones.
Aquiétate y siente el Sí-mismo en tal
zona. Siente la sensación de ser, mientras reflexionas: ¿cómo puede ser que lo
haya olvidado? Quizás es lo habitual, pero no por ello es lo natural. Ahora se
te ha recordado.
Has recordado el Ser, el Sí-mismo, es
decir: tu auténtica naturaleza, la cual está íntimamente ligada a la divinidad.
Eres sin separación. Tal división sólo se ha producido en la mente. Ha sido el
burdo fruto de una ilusión.
Es cierto, nunca te separaste, lo
imaginaste. Vuelve a ti. Regresa al origen de donde un día todo emergió.
Retorna a tu presencia de Ser, al Sí-mismo que la tradición del Yoga denomina
Atman.
Siente. No pienses, no imagines, no
supongas… Siente… Siente cómo todo emana de Hridrayam, el corazón espiritual.
Haz de ese estado tu morada, tu refugio. ¿Qué otro refugio puede haber?
Emilio Gomez
Fuente Silencio Interior
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