El
objetivo de la Sadhana es llegar a conocer por vía de experiencia aquello que
de real hay en uno. Para ello se hace necesario apartar el velo de lo irreal a
través de la luz de la consciencia. A este proceso se le viene a conocer con el
nombre de autorrealización.
“Quien
con toda su alma busca la verdad
y no quiere perderse por caminos tortuosos,
habrá
de dirigir la luz de su mirada interior hacia sí mismo”
Boecio
Dirigir
la mirada hacia sí mismo para conocerse, para llegar a saber quién y qué se es,
para descubrir la auténtica naturaleza esencial de cada uno. Aquella que es
única y singular, al tiempo que es la misma y común para todos.
El
término Sadhana significa “camino”, y viene a ser una propuesta de trabajo
interior para realizar el camino espiritual que lleva a la realización. Se
aplica a la teoría y práctica que realiza el sadhaka, el buscador espiritual,
durante un tiempo concreto y con un fin determinado.
¿Cuál
puede ser este fin? No puede ser otro que lograr el milagro de vivir despierto.
Despertar la consciencia en primer lugar para conseguir después su
acrecentamiento y, por supuesto, su integración en la vida cotidiana.
De
forma habitual, se entiende que la Sadhana es una enseñanza dirigida a personas
que ya tienen un cierto nivel de práctica, como pueden ser profesores o
practicantes avanzados que desean profundizar en el Yoga.
Nada
queda más lejos de la realidad, aunque bien cierto es que como fruto de una
práctica profunda y comprometida se puede llegar a sentir la necesidad de
profundizar más en aquello que la intuición comienza a dar claros destellos de
cuál puede ser la dirección a seguir.
A
través de la Sadhana, el Yoga queda plenamente integrado en la vida cotidiana
gracias a una práctica progresiva y sistemática donde cuerpo, mente y espíritu
quedan armonizados a través del eje que viene a ser Sakshi, la consciencia
testigo, desde el cual es posible vivir la vida con la intensidad y plenitud
que merece.
Emilio
Gomez
Fuente:
Yoga en Red
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