La alfalfa es una
planta muy usada como forraje, siendo una excepcional e histórica fuente de
alimento para el ganado, aunque gracias a su valor nutritivo y sus virtudes
curativas según la medicina tradicional, también ha sido aprovechada por parte
del hombre…
¿Qué es la alfalfa?
Nombre científico:
Medicago sativa
La alfalfa, conocida en
inglés como lucerne, es una hierba que crece hasta un metro de altura, con
hojas en forma ovalada color verde y un racimo de flores violetas, a veces
azuladas.
Nativa de Medio
Oriente, hoy se cultiva en todo el mundo como especie forrajera, es decir para
el pasteo de ganado, siendo un alimento habitual de los caballos, así como de
vacas, ovejas y cerdos.
La alfalfa pertenece a
las leguminosas, familia botánica de otras legumbres, como son los frijoles,
garbanzos, arvejas, cacahuates, soja, …
Originada en el
suroeste de Irán, el Cáucaso, Persia y este de Asia Menor, la planta luego
viajó a otras regiones de Asia, Europa y África, llegando a México durante la
conquista española. En el siglo XIV se extendió a Perú, Chile y otras tierras
de América.
En Medio Oriente, su
uso como alimento para animales data desde la Edad de Bronce (1000-2000 a.C.).
Actualmente, se la considera la «reina de los forrajes» a nivel mundial, por
generar más proteínas por hectárea que otros cultivos usados para el ganado.
¿Por qué se llama así?
La palabra alfalfa
proviene del árabe al-fac-facah y significa «padre de todos los alimentos». Por
su contenido de proteínas, la alfalfa goza de gran reputación como alimento
para el ganado.
Los propios árabes la
usaban para los caballos y afirmaban que se hacían más fuertes y rápidos.
Creían que su consumo aumentaba el vigor y rendimiento de los animales.
En parte, esta cualidad
nutritiva se debe a que la raíz de la alfalfa penetra a casi 10 metros de
profundidad en el suelo, alcanzando un rango de minerales y otros nutrientes no
accesibles para otras plantas.
¿Para qué sirve la alfalfa?
Planta forrajera –
Fuente de alimento para animales en muchas regiones del mundo.
Brotes de alfalfa y
tallos tiernos – Comida para humanos
Hoja de alfalfa
deshidratada – Suplemento dietético de uso humano (tabletas, té y polvos)
Uso medicinal – Planta
con propiedades medicinales según diferentes tradiciones
¿Para qué sirve como
planta medicinal?
Si bien falta evidencia
científica sobre los beneficios de la alfalfa para la salud humana, la hierba
se ha utilizado en prácticas de la medicina tradicional de diferentes culturas.
Los árabes atribuían a
sus hojas una acción diurética, que hacían de esta planta una aliada para el
tratamiento de trastornos renales, problemas de próstata y vejiga.
Las semillas de
alfalfas se han usado en la India en forma de cataplasma refrescante para los
forúnculos.
Hoy las hojas se usan
ampliamente como suplemento nutricional, ya que son ricas en proteínas,
vitaminas y minerales, siendo una fuente natural de estos compuestos.
También se ha aprovechado
para combatir otros variados males, incluyendo el malestar estomacal, asma, la
artritis, el colesterol alto o la diabetes.
A fines de los 80′ un
estudio sugirió el potencial medicinal de las semillas de alfalfa «para ayudar
a normalizar las concentraciones de colesterol en suero en pacientes con HLP
tipo II», tras una prueba realizada en pacientes con hiperlipoproteinemia,
trastorno caracterizado por altos niveles de los lípidos en la sangre,
considerado uno de los principales factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares relacionadas con la ateroesclerosis.
En el libro ‘Plantas
Medicinales de los Andes y la Amazonia’, se indica su uso para la bronquitis
(con la mezcla de hojas y flores con agua) y para enfermedades renales.
Por su parte, una revisión
de bibliografía de una publicación cubana de profesionales de la salud resalta
estos y otros supuestos usos medicinales:
Antihemorrágico –
Gracias a su contenido de vitamina K.
Antianémico – En parte,
por ser una fuente de vitaminas y minerales.
Estimulante del apetito
y bueno para la digestión.
Hipolipemiante – Podría
reducir los niveles de colesterol total
Remineralizante –
Gracias a su contenido de minerales como calcio, fósforo, magnesio y otros
Antiartrítico
Antiulceroso
Esta planta se ha usado
para la anemia, ya que puede ayudar a compensar la falta de vitaminas o
minerales, así como en casos de hemorragias (nasales, capilares, gástricas,
etc.), aterosclerosis (fracturas, osteoporosis), astenia (debilidad, fatiga).
Beneficios en el cuerpo
humano
Además de los
beneficios de la alfalfa para la nutrición del animal, esta planta se
caracteriza por presentar una amplia gama de nutrientes y compuestos, cuyos
efectos pueden colaborar en la salud del hombre:
Sales minerales:
hierro, potasio, calcio, fósforo, manganeso, sodio, magnesio, etc.
Vitaminas: vitamina C,
Beta carotenos (pro-vitamina A), vitamina K, vitamina D, vitamina E, vitaminas
B1, B2, B6 y B12, ácido fólico, etc.
Proteínas
Fitoestrógenos
Enzimas: lipasa,
amilasa, pectinasa, emulsina, peroxidasa, invertasa, coagulasa y erepsina.
Taninos
Saponósidos
Fitosteroles
Fosfolípidos
Rastros de alcaloides
(semillas)
¿Qué son los brotes de
alfalfa?
Los brotes de alfalfa
son los germinados de la hierba, recogidos antes de que produzca sus hojas. Un
alimento rico de sabor y a la vez muy nutritivo.
Se consideran una
versión concentrada de la planta adulta, dado que buena parte de sus nutrientes
presentes en la semilla se diluyen un poco a medida que crecen.
Beneficios
nutricionales de los brotes
Entre otras virtudes,
los brotes de alfalfa pueden tener un efecto remineralizante, ayudando contra
la debilidad y la fatiga.
Vitamina B (B1, B2, B3)
– contribuye en el funcionamiento del sistema nervioso
Vitamina K – valiosa
por sus propiedades coagulantes
Beta carotenos
(pro-vitamina A) – vitamina clave para el desarrollo, el aparato reproductor y
la vista, cuyo contenido en la alfalfa es aún mayor que en el tomate.
Vitamina E –
antioxidante celular y protector del corazón
Clorofila
Hierro
Calcio
Potasio
Magnesio
¿Cómo hacer brotes de
alfalfa en casa?
Para hacer un germinado
de alfalfa, las semillas no deben haber sido congeladas ni tostadas y se
necesita:
1 Frasco de vidrio de 1
litro para conservarlos.
Legumbres, granos o
semillas de alfalfa
1/2 litro de agua.
Un espacio de ambiente
cálido y oscuro para la germinación de las semillas.
Preparación
Paso 1
Lavar las legumbres,
granos o semillas y ponerlas a remojar en un frasco con medio litro de agua.
Cubrir el frasco con una gasa delgada.
Paso 2
Dejar el frasco en un
sitio cálido y oscuro de 12 a 15 horas.
Paso 3
Escurrir el agua,
enjuagar con agua tibia y dejar reposar en el mismo lugar que antes, colocando
el frasco de forma horizontal con lo granos a lo largo del frasco
Paso 4
Enjuagar 2-3 veces
durante los primeros 3 días y luego 1 vez al día.
Es fundamental
conservar las semillas húmedas y bien oxigenadas para evitar la formación de
hongos.
Paso 5
Los primeros brotes
salen a los 4-5 días. Una vez alcancen los 2-3 centímetros de largo, exponerlos
a la luz solar indirecta durante 2 horas para que las pequeñas hojas se vuelvan
verdes, lo cual aumentará el contenido de vitamina C, además de dar un mejor
gusto.
Paso 6
Finalizada la
germinación, escurrir los brotes. Cuando ya estén secos, es posible
conservarlos refrigerados, donde pueden estar 1 semana aproximadamente.
El proceso de
germinación cambia según la temperatura, debiendo acortar el tiempo de remojo y
hacer enjuagues más seguidos en climas calientes y húmedos.
Temperatura aprox.: 20º
grados.
¿Cómo consumir la
alfalfa?
Si se quiere preparar
(o comprar) brotes de alfalfa, se sugiere especialmente que sean semillas,
granos y legumbres de origen orgánico, no vapuleadas por productos químicos.
Para el colesterol
alto, la dosis habitualmente indicada es de 5-10 gramos de la hierba por vía
oral o esa misma cantidad en infusión de alfalfa colada, que se toma 3 veces al
día.
Contraindicaciones de
la alfalfa y posibles interacciones farmacológicas
Por los posibles
riesgos, o mejor dicho ante la falta de estudios al respecto, no se recomienda
su uso durante el embarazo y la lactancia.
No comer semillas de
alfalfa por periodos largos, ya que podría provocar reacciones similares a las
de la enfermedad auto inmune lupus eritematoso.
De hecho, la unidad The
European Medicines Agency’s Veterinary Medicines Division no recomienda su uso
en pacientes con historial de esta enfermedad crónica.
Tampoco se sugiere su
consumo en personas con otros trastornos “auto-inmunológicos”, como la
esclerosis múltiple, ya que podría aumentar la actividad del sistema
inmunológico y agravar síntomas de enfermedades auto inmunes.
Dado su potencial
efecto como estrógeno, se desestimula su utilización en casos de fibromas
uterinos, cáncer de ovarios, de mamas, cáncer uterino y otros males que puedan
empeorar debido a su posible acción estrógena.
A su vez, pacientes con
diabetes que consuman alfalfa deben mantener un control mayor de sus valores,
ya que la hierba puede reducir los niveles de azúcar en la sangre.
Respecto a sus
eventuales interacciones farmacológicas, preferiblemente no combinar el uso de
alfalfa con:
Warfarina (Coumadin)
Estrógenos
Píldoras
anticonceptivas
Además, se cree que la
alfalfa podría volver más sensible la piel frente a la exposición al sol.
Por tal motivo, se
sugiere no consumir en combinación con fármacos fotosensibilizadores que
podrían aumentar aún más la sensibilidad al sol e incrementar el riesgo de
quemaduras solares y formación de ampollas o erupciones, como: Cipro, Maxaquin,
Septra, Noroxin, Trioxalen, etc. –
Tampoco utilizar junto
a inmunosupresores, medicamentos que debilitan el sistema inmunológico, como
prednisona, azatioprina o cortiscosteroides, entre otros, dado que la alfalfa
podría reducir la eficacia de esos fármacos.
¿Para qué sirve la
alfalfa en cápsulas?
Diferentes fabricantes
venden las cápsulas de alfalfa como un complemento alimenticio y por su
preciado contenido de vitaminas y minerales.
Se promociona, por
ejemplo, para revitalizar uñas, cabello y la salud de los huesos, para mantener
ciertos niveles en sangre, entre otros usos basados en el respaldo de la
medicina tradicional.
Fuente: Dr YUYO
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