Vivimos en una época en
la historia de nuestra civilización, en la historia de este mundo sobre la que
los expertos nos dirían que es una época diferente a cualquier otra en los 5000
años de historia humana.
Nunca nos hemos enfrentado
a tantas crisis importantes que deben resolverse a corto plazo: desde el
hundimiento del sistema económico mundial que ocurre ahora, a la forma que
tratamos el cambio climático, a la desaparición de los recursos vitales que
debe compartirse entre la gente; desde como resolvemos nuestros problemas en
Oriente Medio y otros lugares del mundo sin utilizar la guerra, a las otras
muchas crisis con las que nos enfrentamos ahora.
La manera que tenemos
de resolver nuestros problemas cómo comunidades, como naciones realmente no es
tan diferente.
Las hipótesis falsas de
la ciencia nos han llevado a creer que estamos separados de nosotros mismos
Tendemos a resolver
cada problema de nuestra vida por medio de la gente que decidimos qué describe
nuestra relación con el mundo. Todos tenemos una manera de mirar al mundo, y
cuando miramos a través de la lente de nuestra experiencia en el mundo
establecemos como resolvemos nuestros problemas, por eso esto es importante.
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la sección de actualidad donde encontrarás artículos y entrevistas a terapeutas
que podrán resolver muchas de tus dudas.
Si vives en el mundo
moderno gran parte de esa lente proviene de la ciencia de los últimos 150 años.
Los nuevos descubrimientos muestran ahora que la ciencia de los últimos 150
años es incorrecta en ciertos casos, que en algunos casos la ciencia se
equivoca.
Si no podemos asimilar
los descubrimientos nuevos en la forma en que pensamos, nos vemos a nosotros
mismos y al mundo,
¿cómo podemos resolver
los problemas que contemplamos hoy?
La gente me pregunta:
«Gregg, el mundo cambia, ¿qué significa eso para nuestros trabajos, para
nuestras profesiones, a la forma en que tratamos a nuestras familias?, ¿y dónde
aplicamos nuestra pasión, cómo tratamos al nuevo mundo que surge?
Esta es mi respuesta
para todos ellos.
Las hipótesis falsas de
la ciencia nos han llevado a creer que estamos separados de nosotros mismos;
que no tenemos poder sobre nuestros cuerpos; que estamos separados unos de
otros y del mundo que nos rodea.
Que la civilización es
lineal, ha sucedido una vez y que somos la cima, la civilización más compleja
que haya existido jamás y que la competición violenta es la manera de resolver
nuestros problemas. Esas falsas hipótesis son antiguas.
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Nuestros propios
científicos nos dicen ahora que todas ellas son erróneas. La nueva ciencia nos
muestra que estamos profundamente conectados con nuestros cuerpos, que estamos
en conexión profunda unos con otros y con la tierra; que la civilización es
cíclica y que si tenemos la sabiduría de reconocer los ciclos del pasado
podremos aprender de ello y aplicar al mundo de hoy lo que nuestros antepasados
aprendieron.
Esto podría ser lo más
importante de todo. La mejor ciencia de nuestra época nos muestra que la
naturaleza no se basa en la idea de Darwin de la supervivencia del más fuerte
sino en lo que los biólogos denominan «cooperación y ayuda mutua».
La lucha competitiva
ocurre, todos lo hemos visto pero sucede como respuesta a condiciones y
circunstancias especiales, no es la regla de la naturaleza.
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Vale, por esto es
importante; si podemos acoger los nuevos descubrimientos de la mejor ciencia de
hoy que nos dice que estamos conectados con nosotros mismos, que estamos en
conexión unos con otros y con la tierra, que vivimos en un mundo de cooperación
… Eso cambia la forma en que nos han enseñado a pensar de nosotros mismos y en
el mundo.
Así que cuando nos
preguntamos, qué puedo hacer, qué puedo hacer con mi vida, cómo elijo un
trabajo o una profesión …
El mundo está
cambiando, lo que yo solía hacer ya no puedo hacerlo, y ¿ahora qué hago?. Estas
son grandes preguntas.
Según la antigua forma
de pensar nos haríamos esa pregunta que dice: ¿qué puedo sacar yo del mundo que
existe?. Consciente o inconscientemente, eso forma parte de nuestra manera de
pensar.
Los nuevos
descubrimientos científicos nos dan ahora una razón para cambiar esa pregunta,
y esa pregunta nueva es esta:
¿Qué puedo dar, qué
puedo compartir,
¿con que puedo
contribuir?
¿qué puedo ofrecer al
mundo que surge?
Cómo respondamos a esta
pregunta lo cambia todo
Cómo respondamos a esa
pregunta abrirá la puerta a nuevas posibilidades que no están limitadas por el
título académico que hayamos conseguido, ni por nuestros conocimientos, ni por
el dinero que tengamos.
Eso abre la puerta a la
posibilidad de ver a donde nos lleva nuestra pasión, porque ya no decimos,
¿Qué recompensa
obtendré?
Sino que decimos,
¿Con qué puedo
contribuir?
Y gracias a esa
contribución, la vida nos recompensa. Eso ocurre una vez y otra.
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poder de la Ley de Atracción”
Quiero poner un ejemplo
muy claro.
Yo vivo en el campo con
mi esposa en una zona agrícola al norte de Nuevo México, en los E.E.U.U. El
hundimiento económico de 2008 golpe o muy fuerte a todos en nuestra zona. Un
amigo mío que es constructor me contó que 2008 fue el primer año el que no hubo
licencias de construcción de casas nuevas, ninguna en absoluto en el norte de
Nuevo México.
Me dijo, «y ahora, ¿qué
voy a hacer? …»
«Soy constructor,
trabajo con mis manos, construyó casas, buenas casas pero ahora la gente no las
necesita». Así que se hizo a sí mismo la pregunta, «¿qué puedo compartir en el
mundo que surge, qué necesita la gente?» Me dijo, «ya sabes que la gente no
necesita casas ahora mismo porque ya las tienen».
La gente tiene que
aprender a cultivar sus propios alimentos. La gente no aprendía, no sabían
cultivar alimentos, los inviernos eran duros, los alimentos estaban caros …
Entonces me dijo: «Voy
a juntar las habilidades que aprendí construyendo casas y voy a construir
invernaderos. Toda clase de ellos, voy a hacer algunos más pequeños para que la
gente pueda tenerlo en la encimera de sus cocinas.
Y haré algunos más grandes
que uno mismo pueda montar y que pueda tener tantos como quiera. Voy a hacerlos
de modo que la gente pueda usarlos los 12 meses del año ya que estarán cerrados
para que no importe la temperatura que haga.»
Y esto es lo que hizo
mi amigo construyendo invernaderos para ayudar a la gente y ahora tiene mayor
éxito. Ni siquiera sé si volverá a construir casas porque ahora esto es su
pasión.
Todo lo que hizo fue
plantearse la pregunta:
¿Qué puedo compartir
con el mundo?
¿como puedo respaldar
con mi pasión y mis habilidades lo que el mundo necesita ahora?
Para hacerlo tuvo que
abandonar la idea de lo que había hecho en el pasado, a la que se aferraba.
Es una invitación para
todos nosotros, para que nos hagamos esta pregunta a diario, al menos una vez o
más veces más: ¿Qué puedo aportar en esta situación, cómo puedo contribuir? Y
no decir, ¿qué puede interesarme de ello?
Reforzar la idea de
comunidad.
Tanto que sea de mi
familia, mis vecinos o entre naciones. Una comunidad de apoyo, donde aprender a
cooperar y ayudarse unos a otros a transcurrir por uno de los momentos más
difíciles de la historia mundial.
¿Cómo puedo servir, qué
puedo aportar, cómo puedo contribuir en este mundo? Esa es la pregunta correcta
que puede cambiar tu vida.
LA PREGUNTA QUE
CAMBIARÁ TU VIDA
Tu puedes cambiar el
mundo. Solamente has de hacerte la pregunta correcta.
Gregg Braden
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