¡Apuesta por la Vida!
En estos días he tenido el enorme
placer de tratar con una maravillosa persona, la dra. María Teresa Ilari. Ella
es divulgadora teórica y práctica de la Nueva Medicina Germánica (NMG),
bautizada así por su descubridor el emérito dr. Ryke Geerd Hamer, así como de
los poderosos beneficios del agua de mar.
¡Cuánta información sinsentido se
promueve para mantener el miedo entre la humanidad!
¡Cuánta información se quiere obviar
para mantenernos dormidos!
¿Cómo sino la élite podría
enriquecerse a costa de la salud de los seres vivos, incluida nuestra querida
Madre Tierra?
La Naturaleza nos Ama
Este es mi pequeño grano de arena con
el que pretendo contribuir al despertar tan necesario de la Humanidad. ¿Hasta
cuándo vamos a permitir que nos consideren ovejas indefensas, carentes de voz,
de lucidez de pensamiento, y sobre todo de corazón?
Puesto que se nos considera los seres
más evolucionados, o al menos eso se dice, en nuestras manos está dejar que
nuestro hermoso barco llamado planeta Tierra, junto con todos los seres que lo
habitamos, termine irrevocablemente hundiéndose.
Porque tenemos otra opción: hacer uso
de nuestra responsabilidad y poder de elección para promover la liberación y la
sanación ya no mundial, sino universal. El cambio tiene su origen en cada uno
de nosotros.
Dejemos de mirar hacia afuera, de
quejarnos por cómo va el mundo, de intentar adjudicar a otros nuestro malestar,
de pretender que alguien haga por nosotros lo que únicamente a nosotros nos
incumbe… y pongámonos al frente, bandera blanca y corazón abierto, para que lo
que tanto anhelamos llegue a todos los rincones del planeta.
La salud no da beneficios, la
enfermedad sí.
Como ciudadanos del mundo, es nuestro
deber sanar esta sociedad enferma que de alguna forma todos hemos creado, aunque
haya sido desde la intoxicación inconsciente que nos ha sido introyectada
incluso antes de nacer.
Porque para algunos somos válidos
mientras no pensemos y no sintamos, comportándonos como autómatas. De eso trata
el miedo que, subliminalmente, difunden la mayoría de los medios de
comunicación.
Merecemos nacer y vivir
saludablemente
Ni que decir tiene lo aconsejable de
recurrir a los estudios de la Nueva Medicina Germanica, o en su defecto a los
acompañantes que nos encargamos de llevarla a cabo en las consultas, para reconocer
el DHS o, lo que es lo mismo, instante en el que se produce el bioshock que da
lugar a lo que conocemos como enfermedad. De esta manera:
Se adquiere la comprensión del
sentido biológico de la misma.
Se libera la emoción visceral no
expresada.
Y se extrae del inconsciente la
creencia generadora de la interpretación errónea, con el fin de evitar tropezar
nuevamente con la misma piedra.
Llegados a este punto quiero
enfocarme en el título que da pie a este artículo, puesto que el agua de mar es
el complemento perfecto para concluir la sanación. Ese agua que conforma el 70%
de este planeta, y que de la misma manera y en el mismo porcentaje, está
presente en nuestro organismo.
La dra. María Teresa Ilari y el dr.
Angel Gracia, entre otros, llevan muchos años volcados en promover este método
natural y gratuito de sanación, en detrimento de aquellos para los que tan solo
somos entes generadores del dinero con el que engrosan sus arcas.
Dónde conseguirla y dosificación
Gracias a la divulgación de estos doctores
hoy podemos encontrar el agua de mar en comercios a un precio módico… quienes
no tengamos la satisfacción de vivir próximos a la costa. El agua de mar que
podemos adquirir en estos centros puede ser hipertónica o isotónica:
Hipertónica: Es el mismo agua que la
tomada directamente del mar, en una proporción de 36 gramos de los minerales de
toda la tabla periódica por litro de agua. Nosotros tenemos 9 gramos por litro,
motivo por el cual al ingerirla nos resulta salada. En este caso habría que
reducirla en un porcentaje de una parte de agua de mar por tres de agua dulce.
Isotónica: Viene diluida en la
proporción adecuada para su uso.
La dosis recomendada es de medio
litro (500 ml.) de agua de mar al día en los países con alto índice de humedad,
y por lo tanto de deshidratación entre
sus habitantes, y de cuarto de litro (250 ml.) si no la hubiere, como puede ser
por ejemplo España.
Siempre tenemos motivos por los que
sentirnos agradecidos
Redacción: Mari Ángeles Cámara –
Volviendo a Nacer
Fuente: Volviendo a Nacer
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