Es
estar despierto y aceptarlo todo: no como ley, ni como sacrificio, ni como
esfuerzo, sino por evolución.
Aceptarlo
todo porque lo ves claro y ya nada ni nadie te puede engañar. Es despertar a la luz. El dolor existe; y el
sufrimiento surge cuando te resistes al dolor. Si se acepta el dolor, el
sufrimiento no tiene cabida, no existe. El dolor no es inaguantable porque
tiene un sentido comprensible en donde se remansa.
No
se debe buscar la felicidad donde no está; ni tomar la vida por lo que no es
vida, porque entonces estaremos creando un sufrimiento que solo es el resultado
de nuestra ceguera y, con él, el desasosiego, la congoja, el miedo, la
inseguridad... Nada de esto existe sino en nuestra mente dormida: es tiempo de
despertar a la nueva vida de una vez.
El
ir contra la realidad, creando problemas de las cosas, es creer que tú
importas; y lo cierto es que tú, como personaje individual, no importas nada.
Ni tus ni tus decisiones, ni acciones; no importas nada en el desarrollo de la
vida. Es la vida la que importa. Y ella sigue su curso, como lo está
demostrando todo lo que estamos viviendo en nuestro planeta.
Solo
cuando comprendes esto y te acoplas a la unidad, tu vida cobra sentido de ser.
La
paz verdadera solo puede ser alcanzada desde nuestro interior. Despierta a lo
nuevo: es tiempo para volverse más fuerte. La evolución del ser humano es la
evolución de su consciencia; y la consciencia no puede evolucionar
inconscientemente.
La
evolución del ser humano es la evolución de si mismo y de su voluntad; y la
voluntad no puede evolucionar involuntariamente.
¡DESPIERTA:
LA FELICIDAD ERES TÚ!
Paqui Vinuesa
Fuente:
El Cielo en la Tierra
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