Núcleo
¿Cuál
es la diferencia entre un monje y un esposo?
¿Cuál
es la diferencia entre un sacerdote y un laico?
Acepto
que este mundo es terrible y lleno de sufrimiento.
Y
también disfruto de la felicidad cuando viene a mí.
Mientras
esté con el Tao, las distinciones son superfluas.
Los
espiritualmente iniciados no deberían ser engreídos. No tienen mayores
posibilidades
de iluminarse que la gente común y corriente. Una persona ordinaria
no
debería despreciar al aspirante a santo; la vida cotidiana está tan llena de
distracciones
que encontrar la espiritualidad no es fácil. Francamente, ni el estar
iniciado
espiritualmente ni el ser un laico es el factor decisivo de si una persona
encuentra
el Tao o no. Las identidades sólo estorban.
No
necesito pretender que soy otro que yo mismo. No necesito sentirme inseguro de
mis
percepciones. El auto cultivo que emprendo es para perfeccionar quien soy, no
para
convertirme en otro distinto del que soy.
Persigo
la espiritualidad porque me da una tremenda satisfacción. No la persigo por
las
amenazas del infierno, de la ignorancia o del sufrimiento.
La
vida tiene sus momentos tristes y sus momentos felices. Los acepto todos. La
vida
tiene sus tiempos libres de desapasionamiento y completa serenidad. Esos son
los
momentos que busco. Señalan mi senda a través de la miríada de fenómenos de
esta
existencia. No me comparo con ascetas ni sacerdotes. Que ellos tengan sus
vidas.
Yo disfruto de la mía.
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