FUSIONARSE
Toma el sol. Colócalo
en tu corazón.
Toma la luna. Colócala
en tu barriga.
Baja la Osa Mayor.
Fusiónate con la
Estrella del Norte.
Hemos transitado desde
consideraciones distantes sobre dioses a una más orientada
al interior. En el
pasado, nuestra relación era vista verticalmente: La gente
estaba en una posición
subordinada y los dioses eran supremos. Sin mucho esfuerzo,
podemos ver que este
punto de vista era un reflejo de definiciones feudales y
emociones infantiles.
En contraste, quienes
siguen el Tao declaran que los dioses no existen.
Pensar que esto es
blasfemo es no captar el punto. Mas bien, quienes siguen el Tao
buscan una relación con
lo divino en la cual no hay división. Están buscando un
estado de unicidad.
Si la gente es una con
su dios, entonces por lógica no hay división entre ellos. Si
no hay división entre
ellos, entonces ellos son dios y dios es ellos. Esto no
quiere decir que una
persona pueda hacer todas las cosas que los dioses
supuestamente son
capaces de hacer. En cambio, alcanzan un estado de existencia y
comprensión donde no
hay distinciones, miedos o incertidumbres acerca de lo que es
divino.
Es por eso que a veces
contemplamos el traer las estrellas a nuestra existencia
misma. Queremos
fusionarnos con el Tao. En esencia, nos volvemos Tao y el Tao se
vuelve nosotros.
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