Horizonte
Una sola línea dibujada
de una esquina ocular a la otra.
Blancas nubes
firmemente atadas a las sombras.
Lo que está al alcance
de la mano debe aparecer primero sobre el horizonte.
Lo lanzado sobre
nosotros siempre tiene una fuente.
La vida no necesita ser
la parodia de confusión y desorganización que parece ser
para tanta gente.
Cuando uno se siente así, es casi siempre debido a dos cosas: o
no estamos siquiera
mirando, o nuestro mirador está en un punto demasiado bajo.
Quienes siguen el Tao
se posicionan en puntos aventajados. La vida nunca los
sorprende. Lo que sea
que haya en sus vidas hoy, lo previeron muchos días atrás. Se
toman el tiempo de
prepararse para cualquier cosa que haya en el horizonte. La
gente así es llamada
sabia, no porque tengan habilidades especiales, sino porque
tienen cuidado de ver
las cosas desde un lugar en altura.
Los seguidores del Tao
también se dan cuenta que todo fenómeno tiene una fuente de
origen. Tal como las
sombras son proyectadas en el suelo porque las nubes flotan
entre el sol y la
tierra, también los eventos que están fuera de nosotros son
lanzados en nuestra
mente. Una reacción en nuestras mentes es como una sombra
proyectada por un
evento externo.
Podemos entender
claramente tales fenómenos si nos paramos en un lugar desde donde
podamos ver venir las
cosas. Tenemos que recordar el enfrentarlos no solo por cómo
nos sentimos, sino
también examinando su forma e incluso investigando su fuente de
origen. Si tenemos el
cuidado de hacer esto, nunca nos veremos impedidos.
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