Ver lo que es, como decía Buda, y no
lo que uno quiere o teme ver, sino lo que es. No es un ejercicio fácil, pero sí
conveniente y transfomativo. Algunas personas me han comentado que he sido muy
contundente en mi análisis titulado “Los hombres-cafre”. Pero ¿cómo calificar
al que incendia intencionadamente un bosque, ejerce brutales maltratos contra
los animales, explota, abusa, esquilma y deja un reguero de destrucción a su
paso? Proximamente tendrá lugar ese ignominioso espectáculo del Torneo del Toro
de la Vega en Tordesillas.Ya escribí sobre esta práctica cruel, vergonzosa y
solo digna de auténticos cafres en una localidad a la que prometí nunca volver.
¡Hacer daño por diversión; hacer daño por hacer daño!. Y todo ello amparándose
en las “gloriosas” tradiciones, del mismo modo que se ha distinguido la Fiesta
Nacional (o sea la matanza nacional de animales inocentes) como un bien
cultural.
Habría que buscar en el diccionario,
con paciente minuciosidad, para encontrar una palabra más dura que la de
“cafre” con la que definir lo que pueden llegar a hacer determinados seres
in-humanos, inescrupulosos y amorales, que dan la espalda sistemáticamente a la
compasión y la benevolencia. Ahora se ha conseguido la extinción de una especie
de leopardo. En su avaricia, el ser in-humano no tiene fin. Ha asesinado
rinocentes para utilizar el cuerno porque se considera afrodisiaco y ha matado
gran número de elefantes para traficar con sus colmillos. También se ha
asesinado a un número no despreciable de ciervos almizcleros para quitarles las
glándulas donde conservan el azmilcle y comerciar con el perfume obtenido.
Mientras va liquidando
sistemáticamente especies de seres inocentes, el ser-inhumano, el cafre, el más
bárbaro de las criaturas, sigue afirmando su peligroso poder. Que cada persona
de corazón sensible y noble, a su modo, rece una plegaria por otra especie
extinguida, otra más. Yo he recordado y recitado varias veces, al enterarme de
la noticia, unas palabras que aparecen en un texto antiguo y que asonsejan:
“Irradiareis benevolencia incluso hacia ellos (los bandoleros, los cafre, los
in-humanos) e inundareis el mundo entero con pensamientos de infinita amistad,
sin odio, sin mala voluntad”.
Ramiro Calle
Si los que tienen mucho dinero no
compraran los productos de las acciones del cafre, del in-humano, no se extinguirían
las especies. Es tan responsable el que compra las glándulas del ciervo almizclero,
como el que festeja los espectáculos de muerte del pomposamente llamado Torneo
del Toro, como el que compra aves del caribe para tener en jaulas en sus departamentos,
todos los que participan en el macabro negocio de apagar la vida de las
especies de los distintos reinos, son
tan responsables, tan cafre, como el que ejecuta las muertes.
En el Plan Cosmico cada uno tiene su
parte, nadie esta de mas. Todos somos parte de la Vida. Cuidemos con amor a
todas las especies, sin olvidarnos de los humanos. Vivamos un SI A LA
VIDA, viviendo en armonía, en amor, con todas las expresiones de la
Vida.
Olga Susana Benavidez
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