REBROTAR, RESURGIR




Por José Antonio Cordero.- Para resurgir no es necesario morir físicamente. Para llegar a tener paz eterna no es necesario morir, incluso las personas acostumbradas a pelear, a enfrentarse y a entretenerse en conflictos y negatividad, la muerte no es más que una continuación de sus hábitos, aunque luego tendrán tiempo para reconocer sus erróneas tendencias.

Resucitar en la misma vida es posiblemente la decisión más inteligente que se pueda tomar.

Ver cómo rebrota un árbol es muy bonito. Es sorprendente cómo surgen rebrotes en ramas que parecen muertas y luego rebrotan con fuerza, como es el caso de la parra donde sus ramas se secan y se oscurecen y luego comienza a resurgir y crecer día a día. Una pequeña ramita seca puede generar metros y metros de ramas nuevas y muchos kilos de uvas. Aquello que parecía estar muerto resurge de forma sorprendente.

Parece que todos hemos pasado por momentos donde la noche oscura parece no encontrar la luz, pero ésta llega siempre. Momentos de sufrimiento, dolor, depresión profunda, en ciclos cortos o largos llegan a dominar hasta tal punto que más lágrimas no pueden salir. Pero la oportunidad de resurgir viene, tarde o temprano viene. Las oportunidades que da la vida son frecuentes, aunque algunas veces tarden tiempo, pero no debería perderse la oportunidad de cambiar. La mejor forma de quitarse el pasado no es romperlo, es resurgir o rebrotar.

Una buena actitud es vital en los tiempos secos y oscuros. Empezar el día con la idea de ‘soy un gran pecador’ o ‘no puedo más’ realmente no beneficia ni motiva para el nuevo amanecer, tampoco es cuestión de imaginarnos ser millonario o todopoderoso. La naturalidad siempre es buena compañera de viaje, especialmente para la hora de dormir como para despertar. Ahora bien, recrearse en nimiedades y estupideces, en chismes, en dimes y diretes, no es lo mismo que poner la atención en metas altas y hablar de cosas positivas y generadoras de vida. Se desperdicia mucha vida cuando se piensan ridiculeces o nos entretenemos en cosas absurdas.

Estamos viendo cómo las sociedades en crisis pasan más tiempo en comentar los problemas que en buscar las formas de resolverlos. Los momentos de gloria siempre vienen precedidos de decisiones bien encaminadas y no de pensamientos bajos o problemáticos.

Cada amanecer viene precedido de una oscuridad. Dormir puede ser considerado como otra forma de morir, y levantarse como una forma de renacer. La actitud que se tenga antes de dormir influirá mucho en la actitud al abrir los ojos, pero si por error o cualquier otra circunstancia la actitud no fue buena al dormir, no hay por ello que tirar el día y pasarlo mal, hay que encontrar la forma de reconducir el día, porque son muchas horas que se pueden malgastar, saber redirigir el día valdrá incluso para futuros amaneceres.

No tener prisa para irse a la cama para dormir tiene la misma relación que no tener prisa en levantarse, hay una relación entre la desgana al dormir con la desgana al levantarse. Las noches tristes se enlazan con días tristes.

Todo puede cambiar, nada debería ser imposible para un ser humano y más si usa su alto poder inherente de inteligencia y creatividad.

En cada decisión o iniciativa se abre un nuevo camino.

Encontrarse perdido, desamparado, hundido o querer morir por no ver una salida digna, es algo que por cultura debe ser erradicado del pensamiento humano, porque nadie debería sentirse así, sea cual fuere la situación vivida. Las adversidades pueden venir, pero es una torpeza seguir ciertas costumbres, culturas o doctrinas que se alimentan del sufrimiento.

Ningún sabio abogó por el sufrimiento como elemento elevador. La falta de conocimiento hizo perder el sentido real de la vida.

La parra seca y oscura, de mal aspecto, se convierte en algo maravilloso y regala algo tan bueno, nutritivo, rico y dulce como las uvas. La parra necesitó unos meses para cambiar; se necesita cierto tiempo para salir de una situación reseca, áspera y oscura. El punto clave en el resurgir de la parra estuvo en su reencuentro con la savia, eso hizo que la parra rebrotara.

La savia es a la parra como el Ser que habita en nuestro interior, en su forma de silencio profundo, es a nuestra propia vida.

Un reencuentro con aquello que hay profundamente en el interior hace cambiar la vida completamente. Al rebrotar todo cambia, y desaparece lo inservible.
No importa cómo sea la situación actual, lo que importa es hacia dónde debemos enfocar la vida. Lo más importante es fructificar todos los valores humanos, que no son ni son pocos ni muchos, simplemente son ilimitados.

CITAS CON LOS GRANDES

“He cometido el peor pecado que uno puede cometer. No he sido feliz”. – José Luis Borges

“Ser el hombre más rico del cementerio no me interesa… Lo que me importa es irme a la cama cada noche sabiendo que hemos hecho algo maravilloso”. – Steve Jobs

“El comienzo es más de la mitad de la totalidad”. – Aristóteles



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