UNICIDAD - Meditacion N° 301 del 28 Abril 2018 - 365 Meditaciones TAO



Si derribo las murallas, estaré rodeado
Por el jardín.
Si rompo el dique, el agua me inundará.
La meditación no ha de estar separada de la vida.
La tarea de seguir el Tao es la de cesar las distinciones entre uno mismo y el
mundo exterior. Es sólo por conveniencia el que etiquetemos cosas internas y
externas, subjetivas y objetivas. En verdad, es sólo en las etapas elementales que
deberíamos hablar de un Tao que seguir. Porque la verdadera iluminación es darse
cuenta de no de que hay un Tao para seguir, sino que nosotros mismos somos Tao.
Esa comprensión llega después del simple quiebre de una pared, la demolición de la
noción equivocada de que hay algo inherente en esta vida que nos separa del Tao.
Una vez que la pared se ha roto, somos inundados por el Tao. Somos Tao.
¿Continuamos meditando una vez que hemos llegado a entender esto? Lo seguimos
haciendo, pero ya no es una actividad aislada y solitaria. Es una parte de la vida,
tan natural como respirar. Cuando puedes llegar a la comprensión de que no hay
diferencia entre tú y el Tao y que no hay diferencia entre la meditación y las
actividades “comunes”, estás entonces bien encaminado para ser uno con el Tao.


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