RENACER




“El que no nace de nuevo, no puede ver el Reino de los Cielos” Jesús de Nazaret
Por momentos las perspectivas e ilusiones parecieran desvanecerse al mismo tiempo que se contrae el mundo de las posibilidades. La motivación y el esfuerzo se encuentran con que el viento sopla en contra y el panorama se muestra sombrío…

Sin embargo, la oscuridad puede ser el anuncio del nuevo amanecer, la sombra que da cobijo a la renovación o la alquimia que proclama a un Nuevo Ser. Puede ser también la invitación a retirar la nube que impide apreciar la magnificencia de lo creado o la subliminal sugerencia para cerrar ciclos y reinventarnos con entusiasmo, aprendiendo de todo lo que fue puesto en evidencia y ver lo fácil que es caer en el abismo si la luz se oculta.

Renacer es mostrar el potencial adaptativo que habita en nosotros. Es permitir la magia de la fantasía, más allá de la razón. Es dejar que la chispa del fuego nos toque para que el ave fénix extinga su viejo plumaje y en adelante nos vistamos con el traje del respeto y la honra por todo lo que existe para renunciar al deseo engañoso e iniciar así la conversión hacia el genuino despertar en el que la esperanza derrote la tormenta y el Espíritu asista al Alma. Es brindar de nuevo desde el compartir alegremente para que retornen los abrazos, las miradas cercanas y broten a borbotones las palabras edificantes que dicta el corazón. Es recuperar la esencia bondadosa y la compasión. Es un segundo toque que sensibiliza y da pureza a cada acto como premisa de servicio. Es abrir las puertas a la plenitud y el gozo para crear el destino en lo cotidiano, en lugar de tratar de profetizarlo.

Renacer es también, desatar la cuerda que nos liga a lo que algún día fue y poder así, abrir las alas a la inspiración que expía las culpas y da paso a la dignidad para registrar la dicha desde la creatividad y la valentía del que se atreve. Es romper cánones o prototipos que son las rejas de la libertad. Es avanzar en el camino del entendimiento para que, al unísono, podamos iniciar el cambio de piel de nuestro planeta y que éste nos acune a todos desde la diversidad para que la sabiduría, la intuición y el misticismo hablen a una sola voz y nos muestren la nueva dimensión de esa tierra prometida que clama por nuestro cuidado.

Que muy pronto podamos estrechar nuestras manos y disfrutar de la proximidad del otro, de las caricias y de las expresiones de amor. Que por fin comprendamos la generosidad de todo lo que nos fue dado y que la vida nos permita asumir el compromiso real y verdadero de conservarlo. Que cada día sea vivido con alegría y que la certeza de la Fe nos permita continuar dejando huella sin titubeos y cumpliendo con nuestra parte…



Alejandro Posada Beuth




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