El OZONO y los CFC - Cronica de una infamia




El concepto del respeto por la “autoridad científica”, es un arma de doble filo que corta a creyentes y escépticos por igual.

Se nutre del arraigado sentimiento de respeto a la autoridad política, y otras autoridades como la paterna, la de maestros de escuela y la de un amigo mío que “sabe mucho”. Quienes no se han librado de tan peligroso concepto están librados a su propia suerte y seguirán siendo víctimas de políticos, influyentes, y científicos inescrupulosos por igual.

Cuando en una discusión científica los argumentos propios y las evidencias que proveen las observaciones, además de las leyes fundamentales de la física, la química y las matemáticas no son lo bastante convincentes, se hace necesario recurrir a la referencia del tipo “ me lo dijo un amigo que sabe mucho”, que termina siendo alguna referencia a los dichos de algún reconocido personaje de las ciencias (o de la farándula, para el caso es lo mismo), los estudios científicos publicados en revistas especializadas (por desgracia, hoy de dudosa credibilidad) o, como golpe de gracia, referencia al Sagrado Verbo de las Academias de Ciencias de cualquier país, o a organismos de gobiernos o de las Naciones Unidas – como si todas estas organizaciones estuviesen integradas por seres divinos ajenos a la corrupción y a los errores propios de los humanos.

El tema de hoy, para variar un poco, es la capa de ozono y los famosos CFC, o cloro-fluoro-carbonos, los halones, y demás sustancias acusadas de destruir a la capa de ozono y permitir que los rayos ultravioletas causen estragos en la gente, cánceres de piel, cataratas, extinción de especies y otras tantas sandeces como se han escuchado por allí, y que culminaron con el otorgamiento de un Premio Nóbel.

Como dijo en su momento el renombrado volcanólogo y científico francés, ex ministro deGrandes Riesgos Naturales y Tecnológicos de Francia, director del Centro Nacional de Investigación Científica, Haroun Tazieff comentando el Premio Nóbel de química de 1995 a los inventores del fraude del ozono:
“Es muy lamentable comprobar la velocidad a la que está desapareciendo la honestidad científica.”
Como ven, yo también he tenido que recurrir a la costumbre de referir mis dichos a personas “que saben mucho”, pero cuando se dirige uno a quienes no están en posesión de todos los detalles y los conocimientos sobre algún asunto, es necesario mencionar las fuentes de la información y alentar al interlocutor a comprobar las cosas por sí mismo.

Como ya lo he expresado aquí en otras muchas oportunidades, la tarea de la búsqueda y recopilación de información es larga, complicada y se hace a veces penoso – y luego viene el terrible trabajo de comparar las opiniones y trabajos de unos con los de los demás, y los de todos ellos con las leyes fundamentales de todas las ciencias. Uno queda de cama, cuando no se tiene el entrenamiento suficiente.

Por ello es que se abandona toda precaución y se acepta la “autoridad” en la materia de muchos que tienen intereses personales o comerciales, o políticos en el asunto que se discute (como sucede con todas las organizaciones oficiales, incluidas las Academias de Ciencia, que deberían ser el último refugio de las sabios y honestos – pero que en gran cantidad de oportunidades se convirtieron en un reducto de granujas.

Me pregunto ¿qué habría sido del destino de la humanidad si en algunos momentos se hubiere aceptado la “autorizada” palabra de personajes influyentes en cada materia?

¿Qué habría pasado si se hubiese prestado atención a opiniones como las que siguen?:
"No parece que el hombre pueda jamás dominar al poder del átomo"
Robert Milliken,
Premio Nobel, 1923

La energía producida por la ruptura del átomo es una cosa muy pobre.
Cualquiera que espere obtener energía de la retransformación
de estos átomos está hablando cosas sin sentido."
Rutheford,
Premio Nobel 1908

Se ha hablado mucho acerca del cohete de 3.000 millas. En mi opinión,
tal cosa es imposible... podemos dejarla fuera de nuestra imaginación.
Vannevar Bush,
físico del MIT, Premio Nobel 1945

No hay esperanza alguna para la fantasiosa idea de alcanzar la Luna,
a causa de la barrera insuperable de la gravedad terrestre.
Dr. F.R. Moulton,
astrónomo, Universidad de Chicago, 1932

Aunque teórica y técnicamente la televisión sea posible,
considero que es una imposibilidad comercial y financiera.
Es un desarrollo en el que no debemos perder tiempo soñando con él.
Lee de Forest,
pionero de la radio de EEUU, 1926

¿Qué me dice, señor? ¿Hará usted navegar a un barco en contra del viento y la corriente poniendo una caldera con fuego bajo la cubierta? Le ruego que me excuse, pero no tengo tiempo para escuchar tales tonterías.
Napoleón Bonaparte,
a Robert Fulton, inventor del barco a vapor
Vista la manera en que grandes personajes de la historia se han equivocado de manera garrafal en sus apreciaciones sobre el futuro de alguna cosa, sería muy prudente si revisamos ese asunto de confiar en las “Sagradas Palabras” de científicos famosos y Academias de Ciencia con mandamases un tanto granujas.

No olvidemos que aquellos que llegan a una posición, en cualquier terreno que sea, tienen una “quintita que cuidar”, de la que depende la comida que lleva a su casa, y tienen que regarla de continuo con declaraciones sobre cualquier cosa.
 


La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos

Durante muchos años ha sido, sin lugar a dudas, una de las Academias más respetadas en el mundo, junto a la de Francia. Las demás no cuentan, aunque una de ellas, al de Suecia, se le ha confiado el privilegio de otorgar los Premios Nóbel – desvirtuando los postulados de Alfred Nobel para el otorgamiento de la distinción,
“para quienes hayan contribuido durante el año anterior al progreso y desarrollo de la industria, y le hubiesen conferido los mayores beneficios a la humanidad” a través de la física, química, medicina y literatura… “y al mejor trabajo para la fraternidad entre las naciones”.
Y ¿qué hizo F. S. Rowland para ayudar a la humanidad?

Además de privarla de una de las más grandes maravillas del siglo 20, junto al DDT, y a los antibióticos, Rowland había firmado en 1991 la Declaración Morelia, un manifiesto a favor de la igualdad de todas las especies. Rowland y la Morelia propulsaban la creación de unaCorte Internacional del Ambiente para perseguir criminalmente a quienes estuviesen involucrados en “actividades ambientales criminales” en cualquier lugar del mundo.

Comer un pollo sería considerado un crimen, ya que después de todos los movimientos de liberación que triunfaron en el siglo 20, era factible que “un día alcancemos una genuina igualdad entre todas las cosas vivientes.” También se lo grabó diciendo que el mundo tenía demasiada gente y que había que reducir la población por los medios que fuesen necesarios.

La prohibición de los CFC obtenida por su fraude científico está impulsada por su filosofía, vistos los efectos mortales que causó la prohibición de los CFC en muchos países pobres que no podían costear una cadena de frío más cara de la que ya apenas podían mantener con los CFC.

Pero el tema de los Premios Nóbel son motivos de otra discusión apasionante.

Pero en los últimos diez años, o un poco más, la seriedad y autoridad de la Academia de Ciencia de USA está siendo cuestionada ‘soto voce’ por muchos miembros respetables de la comunidad científica, incluidos algunos ex miembros de esa Academia. Y todo el asunto de la degradación de la calidad científica de la Academia comienza cuando F. Sherwood Rowland, el autor de la teoría de la destrucción del ozono por los CFC, es nombrado presidente de la Academia de Ciencias, empujado políticamente por la notoriedad que había venido alcanzando por la masiva publicidad dada a su falsa hipótesis.

Como presidente de la Academia de Ciencias también lo era de la AAAS, o American Asociation for the Advancement of the Sciences, la editora de la revista científica Science, que tanto prestigio había ganado – hasta entonces, y que tanto ayudó para promocionar la falsa teoría.

También fueron presidentes de la Academia Nacional de Ciencias Robert Watson, otro de los impulsores del fraude del ozono y más tarde del calentamiento global, quien alcanzó la posición de presidente del panel Intergubernamental del Cambio Climático, IPCC, como representante de los EEUU, hasta que fue destituido por su gobierno y reemplazado por otro adicto al calor: Rakendra Pachauri.

Poco a poco, las críticas a la falta de seriedad científica de la Academia comenzaron a hacerse escuchar, primero por un ex presidente de esa Academia, el Dr. Frederick Seitz, quien en su momento se opuso tenazmente al fraude del ozono, y quizás ello le valió perder el puesto. Luego, otros ex miembros de la Academia la han acusado de hacer más propaganda política que ciencia, y se recuerdan todavía las acusaciones de Richard Lindzen, quien también era uno de los autores contribuyentes a los informes del IPCC sobre el estado del clima global.

Y llegamos así a comprobar que en el sitio Web de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, existe todavía publicado un largo trabajo, en varias páginas del sitio, sobre el tema de la capa de ozono y sus “salvadores”, Sherwood Rowland, Mario Molina, y Paul Crutzen. El trabajo data de 1996, es decir poco después de que Rowland ganase su Nóbel.
 Los créditos al pie de la página nos dice algo revelador:
 
 Créditos
“Este artículo es una adaptación de Ron Cowen de un artículo elaborado por el Dr. F. Sherwood Rowland para Beyond Discovery :The Path from Research to Human Benefit [Más allá del descubrimiento: El camino desde la investigación hasta el beneficio humano], un proyecto de la National Academy of Sciences (Academia Nacional de las Ciencias)”

“La Academia, con sede en Washington, D.C., es una sociedad de distinguidos eruditos comprometidos con la investigación científica y de ingeniería, dedicada al uso de la ciencia y la tecnología para el bienestar común. Durante más de un siglo, la Academia ha proporcionado asesoramiento científico objetivo e independiente a la nación.”
“1996 de U.S. National Academy of Science”
El trabajo, si alguien tiene interés en comprobar la manera en que se desarrolla un fraude, está en El Fenómeno de la Reducción del ozono donde podrá ser consultado en castellano.
 Extractaré algunas partes para comentarlas, pero todo el resto no es más que auto-bombo y bla, bla, bla de Sherwood Rowland.
 
 El fenómeno de la reducción del ozono

Al igual que una infección que se vuelve cada vez más virulenta, el agujero de la capa de ozono, de dimensiones similares a las de un continente, es cada vez más y más grande.

Recuérdese que el artículo era de 1996. Las cosas ni eran como las decían, ni siguieron siendo como las profetizaban. Se ha comprobado ya que el “agujero” existía desde siempre, que se hace muy grande algunos años, y en otros se reduce a tamaños increíbles, demostrando que los CFC no influyen en el tamaño del agujero.
“Cada año desde finales de la década de 1970, gran parte de la capa protectora de ozono estratosférico situada sobre la Antártica desaparece durante el mes de septiembre, creando lo que popularmente se conoce como el agujero de ozono."
Se sabe que el Agujero existía ya en 1957, cuando Dobson y los franceses lo descubrieron, y Dobson lo describió en su libro de 1966, Explorando la Atmósfera.

¿Será posible que la Academia de ciencias de los EE.UU. mantenga publicada una falsedad científica (para no decir mentira fraudulenta), desinformando a los jóvenes que, cándidamente acceden a sus páginas para aprender algo de ciencia provista por una organización “seria” y “respetada” por su veracidad científica?
“En otros lugares del planeta también se ha detectado una reducción importante, aunque no tan considerable, de los niveles de ozono.“
Este es un ejemplo de cómo se puede transmitir información falsa sin mentir!

Se inscribe dentro de la categoría de “medias verdades = mentiras completas”, es decir, cuando se dice sólo la parte de un asunto que apoya la teoría y se oculta la otra que la contradice, se está desinformando, se está mintiendo. Las reducciones importantes que se han observado en todo el mundo se deben a las variaciones normales, anuales, estacionales, mensuales, semanales, diarias y hasta horarias, de la concentración de ozono en diversos niveles de la estratosfera.

Este aspecto ha sido profundamente estudiado por el satélite conjunto de la NASA y de la Universidad de Wuppertal, Alemania, el llamado Proyecto Crista-SPAS, que demostraba ya en 1995 que el asunto de los CFC y el ozono era un fraude. Cuando tenga un tiempo libre, lea el artículo sobre Crista-SPAS en este mismo sitio.

Verá que no le mentimos.
“Esta reducción del ozono en la atmósfera permite que una mayor cantidad de radiaciones ultravioletas lleguen a la Tierra, aumentando con ello los casos de cáncer de piel, las lesiones oculares y los daños en las cosechas. “
Aparte de la falsedad que significa el recitado de parte de la Letanía Verde, la radiación ultravioleta que llegaba hasta la Tierra no disminuyó jamás ni un ápice más de los valores registrados en sus numerosas variaciones normales de la capa de ozono.

El científico Joseph Scotto, del National Cancer Institute publicó en Science un estudio llamado “Radiación Ultravioleta Biológicamente Efectiva: Mediciones de Superficie en los Estados Unidos, 1974-1985,” 2 Feb 12, 1988, donde mostraba los registros de todas las estaciones de medición de los EE.UU. y se llegaba a la conclusión de que en ese período entre 1974 y 1985, la radiación UV había disminuido 75 en todo el territorio americano.
El estudio hizo “roncha”, dado que a Scotto se le cortaron todos los fondos para seguir investigando, y se clausuraron todas las estaciones que medían la radiación UV, reemplazándolas por “modelos computarizados” de medición. Modelos!

La información sobre el asunto la hallará en el Capítulo 2 de Ecología: Mitos y Fraudes, en este mismo sitio, “El Fraude del Ozono.”

Sigue diciendo la página de la Academia.
“¿Qué es el ozono? ¿Cómo llegaron los investigadores a descubrir el papel que desempeña en la atmósfera de la Tierra y las devastadoras consecuencias de su reducción? El artículo siguiente, que es una adaptación de un artículo del Dr. F. Sherwood Rowland, uno de los pioneros en este campo que compartió el premio Nobel de química en 1995 por su trabajo, trata de responder a éstas y otras preguntas.”
Esta es la primera muestra del “autobombo” de Rowland. ¿Pionero Rowland en el tema del ozono?

Seguro que fue quien más provecho económico le sacó, pero de allí a que haya contribuido con algo de validez científica a la química atmosférica, es algo que muchos, muchísimos químicos, han puesto en duda.
 
 El problema
“Con la primavera llega un nuevo tipo de luz a la Antártica, una luz que es más perjudicial que beneficiosa. En esta época en la que todo comienza, el agujero de la capa de ozono se forma de nuevo, permitiendo el paso a través de la atmósfera de las perjudiciales radiaciones ultravioletas.”
Cuando se miente, hay que mentir sin que a uno lo pesquen. De otra manera, se corre el riesgo de perder toda la credibilidad para el resto del discurso. Esta afirmación de Rowland es pura basura propagandística. El Sol aparece sobre la Antártica el 21 de septiembre de cada año, y lo hace como un pequeñísimo punto en el horizonte, que a medida que avanza la primavera, comienza a elevarse cada vez más sobre el horizonte hasta llegar en 23 de diciembre a ubicarse a 23,5º sobre el horizonte.

Es el momento en que el Sol está vertical sobre el Trópico de Capricornio, de manera que recién a principios de diciembre es cuando algunos rayos solares podrían colarse por los bordes del “agujero de ozono”, que algunas veces llega hasta los 55º S, pero que por lo general se mantiene dentro de los 66.5º S del Círculo Polar antártico.

A menos que los rayos del Sol tengan la capacidad de curvarse por encima de los bordes del agujero (entre 16 y 30 Km. de altura sobre el Polo), es difícil imaginar que “se permite el paso a través de la atmósfera de las prejudiciales radiaciones ultravioletas.” Habría que preguntarle a los médicos que tratan a los pacientes de osteoporosis, o raquitismo, si los rayos UV son prejudiciales, o beneficiosos.
 En este, como en cualquier otro tema de la peligrosidad de las exposiciones a radiaciones o a toxinas, la regla de oro sigue siendo,"la dosis es el veneno".

Fuente: Biblioteca Pleyades - http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_ozono02.htm



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