Hay
un ser nebuloso nacido antes que el cielo y la tierra.
Inmóvil,
insondable, permanece sólo y jamás se modifica.
Lo
llena todo y jamás se extingue, girando
perpétuamente,
sin peligro, madre de todas las cosas.
Desconozco
su nombre, pero obligado a llamarlo
de
alguna manera, lo llamo Tao, el trascendente.
Que
trasciende significa que avanza; avanzar es llegar lejos;
y
el que llega lejos vuelve al lugar de origen.
Luego
el Tao es supremo, el cielo es supremo,
la tierra es suprema y el rey es supremo.
Hay
cuatro cosas supremas en el Universo,
y el hombre es una de ellas.
El
hombre acata las leyes de la tierra.
La
tierra acata las leyes del cielo.
El
cielo acata las leyes del Tao.
Y
Tao, las de su propia naturaleza.
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