XXX
Contra la guerra.
El que está en el
camino del Tao, no refuerza el imperio de las armas.
Toda acción provoca
reacciones.
Sólo zarpas y espinos
nacen en el lugar donde acampan los ejércitos.
Después de la guerra,
siguen años de hambre.
El buen general vence,
y allí se queda.
No abusa de su poder,
no se sobreestima.
Vence y no se jacta,
vence porque es su deber.
Cuando las cosas
alcanzan su extremo, comienzan a declinar.
Eso es oponerse al Tao.
Y lo que se opone al
Tao camina rápidamente a su fin.
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