100gr de Ajonjolí (Sésamo) tiene
1160mg de Calcio
100gr de hoja de coca tiene 2097mg de
Calcio
Además muchos científicos han
comprobado que el consumo en exceso de la leche, produce Cáncer de Mamas,
Cáncer de Próstata, Quistes en los Ovarios, Tumores, desarreglos hormonales y
en la menstruación.
Actualmente en todo el mundo, las
vacas reciben altas dosis de Lactotropina, lo cual provoca agrandamiento de las
ubres y un aumento de la producción lechera en un 40%. La Lactotropina aumenta
la cantidad de hormonas animales y sintéticas en la leche de un 75%, lo cual
genera a los humanos un sinfín de desarreglos hormonales y metabólicos.
Fuente: Dr. Sacha Barrio Healey
"Muchas personas son ya
conscientes de que la leche de vaca produce más mucosidad que cualquier otro
alimento, un moco espeso que obstruye el sistema respiratorio y que favorece
ciertas enfermedades. La fiebre del heno, el asma, la bronquitis, la sinusitis,
los resfríos, la secreción nasal y las infecciones de oído pueden ser
favorecidas por esta mucosidad, como así también causa de alergia. Este hecho
puede comprobarse dejando de consumir lácteos por un tiempo.
"Un grupo estadounidense de
médicos independientes, el PCRM (Comité de Médicos por una Medicina
Responsable), aporta grandes razones basadas en estudios científicos para
eliminar los lácteos de la dieta.
· Los productos lácteos aportan
cantidades importantes de colesterol y grasa a la dieta, que pueden aumentar el
riesgo de diversas enfermedades crónicas incluyendo las enfermedades
cardiovasculares.
· Diversos tipos de cáncer han sido
relacionados con el consumo de lácteos, como el de ovario (por la incapacidad
de descomponer la galactosa) y los de mama y próstata (presumiblemente
asociados al aumento de una sustancia que contiene la leche, llamada IGF-1).
· La intolerancia a la lactosa es
común en muchas personas, especialmente entre los de razas no caucásicas. Los
síntomas, que incluyen molestias gastrointestinales, diarrea y flatulencia,
suceden porque estos individuos no poseen los enzimas que digieren la lactosa.
· El consumo de leche puede no
proporciona una fuente fiable de vitamina D en la dieta. En muestreos de leche
se han encontrado variaciones significativas del contenido de vitamina D, con
algunas muestras que presentaban hasta 500 veces el nivel indicado, mientras
que otras poseían poca o ninguna.
· Se emplean hormonas sintéticas para
que las vacas lecheras aumenten la producción de leche. Como las vacas están
produciendo cantidades de leche que la naturaleza jamás previó, el resultado
obtenido es la mastitis, o inflamación de las glándulas mamarias. Su
tratamiento requiere el uso de antibióticos, cuyos restos y de las hormonas se
encuentran en muestras de leche y otros lácteos.
"Ningún animal en estado libre
se alimenta de leche fuera del periodo de amamantamiento y a pesar de ello no
padecen deficiencias de calcio. ¿Por qué? Sencillamente porque las dietas que
ingieren les proporcionan todos los nutrientes que necesitan para su estado de
salud normal, de forma instintiva saben qué deben comer y están preparados para
extraer de esos alimentos todo lo necesario. El problema es del ser humano, que
ha perdido esa referencia instintiva su dieta está tan desnaturalizada que
invariablemente incorpora un exceso de ciertos factores y una carencia de
otros.
"Relacionado con el calcio, se
ha construido un mito infundado que asocia la falta de calcio en el organismo
con la falta de calcio en la dieta. Nada más lejos de la realidad, por mucho
calcio que se añada a la dieta, si los hábitos de vida en conjunto son
incorrectos, las pérdidas de calcio seguirán representando un problema. Muchos
pueblos indígenas con unos niveles relativamente bajos de calcio en la dieta
obtienen suficiente calcio para mantener huesos robustos de por vida, gracias a
los factores benéficos de su estilo de vida global.
"En este sentido, existen
ciertos estudios que arrojan resultados destacables. El Estudio de Salud de
Enfermeras de Harvard, que controló a más de 75.000 mujeres durante 12 años,
mostró que el aumento del consumo de leche no tiene un efecto protector sobre
el riesgo de fracturas. De hecho, el consumo superior de calcio procedente de
los lácteos estaba asociado a un mayor riesgo de fracturas.
"Por otro lado, tenemos el
Estudio de Nutrición Cornell-Oxford-China, conocido como Proyecto China por
haber sido realizado en China continental y Taiwan. Es un estudio masivo sobre
más de 10.000 familias diseñado para estudiar la dieta, el estilo de vida y las
enfermedades de la población. Mediante la investigación simultánea de
enfermedades y características dietéticas, como ningún otro estudio científico
hasta la fecha, el proyecto ha generado la base de datos más completa del mundo
sobre las múltiples causas de la enfermedad. En este estudio se observó que los
chinos (que tradicionalmente nunca han consumido lácteos y en general su
ingesta de calcio es baja), presentan un riesgo muy inferior de osteoporosis.
Las conclusiones demuestran, entre
otras cosas, el papel des-mineralizante de la leche animal en el adulto. Cuando
los chinos introducen la leche en sus dietas, se produce un aumento de la
osteoporosis. Este hecho parece paradójico, puesto que los chinos bebedores de
leche consumen cuatro veces más calcio que los chinos que no la ingieren. No
deberíamos sorprendernos por estos resultados, es bien conocido que la
osteoporosis es una enfermedad de los países occidentalizados, fuertes
consumidores de productos lácteos, que supuestamente la previenen.
"Según el equipo de Hsiu y Funk
(Universidades de Taipeh y Los Ángeles), la osteoporosis aumenta de forma
espectacular en aquellas personas que sin haber tomado nunca leche animal,
comienzan a tomarla. Esta pérdida de calcio puede ser debida a la acidez
transitoria producida por el exceso de proteínas de los lácteos.
"Todo indica que los lácteos no
ayudan a mantener huesos fuertes; se puede reducir el riesgo de osteoporosis
eliminando el consumo de sodio y proteína animal en la dieta y aumentando el
consumo de frutas y verduras, haciendo ejercicio, y asegurando un adecuado
consumo de calcio procedente de vegetales tales como las hortalizas de hojas
verdes, las legumbres y los frutos secos. Por ejemplo, una ración de brócoli
contiene tanto calcio aprovechable como un vaso de leche, además de muchos
otros nutrientes saludables.
"¿Cómo se pueden sustituir los
derivados lácteos? El hecho de renunciar al consumo de productos lácteos puede
acarrear problemas, no para la salud física sino de tipo social o psicológico,
pues en el mundo actual se da un uso indiscriminado de productos lácteos,
introducidos en las costumbres más cotidianas y formando parte de la gran
mayoría de los alimentos elaborados que se consumen habitualmente. Renunciar a
ellos da la impresión de no poder consumir casi ninguno de los alimentos
habituales, y de restringir enormemente nuestra variedad dietética. La solución
está, una vez más, en utilizar nuestra imaginación, explorar nuevos alimentos y
buscar reemplazos eficaces.
En resumen, cualquier persona que se
preocupe por la salud debe cuestionarse si el consumo de productos lácteos es
realmente indispensable. Existen muchos indicios que en realidad pueden
acarrear problemas de salud. La leche y demás lácteos no son necesarios en la
dieta, y tenemos formas de reemplazarlos por otros alimentos más saludables.
Así pues, ¿por qué seguir onsumiéndolos?
Una dieta sin lácteos puede cubrir
todas las necesidades nutritivas y sin riesgos para la salud. En realidad,
podemos alimentarnos perfectamente, sin tener carencias de ningún tipo,
prescindiendo de los lácteos. La necesidad de sustituir los lácteos por otros
alimentos responde a dos razones: una, la preocupación por el calcio; y la
otra, el apego psicológico al "amamantamiento" diario.
Del calcio nos tendríamos que
preocupar de las pérdidas más que del suministro e incluir en la dieta una
buena cantidad de vegetales que contienen ese mineral.
Para los que necesitan seguir tomando
un líquido blanco de sabor dulce suave, existe una amplia variedad de leches
vegetales. Podemos obtener sabrosas y nutritivas "leches" de arroz,
avena, almendras, avellanas, sésamo.
"Lait: le mythe du calcium"
Jacques Ascencio. Revista Biocontact nº 62 (04/1997)
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