Al pensar en
las cosas las hacemos más concretas de lo que son, por eso quedamos atrapados y
repetimos siempre la misma realidad, esto puede conducirnos al error de creer
que la realidad es concreta y existe separada de mi y entonces como soy
insignificante respecto a "todo" lo demás y además estoy aislado, no
hay ninguna posibilidad de intervenir o modificar lo que sea. Pero si
consideramos que la realidad es una posibilidad de la mente, una proyección de
la conciencia, como lo demuestra la ciencia y lo explica la tradición
espiritual, de inmediato surge la pregunta, ¿Cómo puedo cambiarla? ¿Es posible
mejorarla? ¿Como hacerla más feliz, más creativa?
Al
considerar las cosas de esta manera expandimos la imagen de uno mismo y
aumentamos nuestras posibilidades de éxito. En la manera convencional de
pensar, no puedo cambiar nada, la realidad está ahí, yo estoy acá, yo observo
desde aquí, los objetos y los acontecimientos están allá, con rumbo propio
regidos por leyes deterministas en las cuales no tengo participación. ¡La
materia y el pensamiento no se juntan! Incluso el pensamiento es tomado como
algo sólido y real que no sale de la cabeza y por eso nadie lo ve!, sin
considerar que son simplemente reflejo de la actividad de la mente que
reacciona a ciertos estímulos del medio, como olas que se elevan dentro del
gran océano de la conciencia y luego vuelven a la calma.
No tienen
existencia propia. En esta forma tradicional de pensar, la experiencia no
cuenta para nada. Los objetos son inmutables y el individuo se encuentra
separado, incluso al servicio de ellos como se ve a menudo. Cuando consideramos
solo el lado material de la materia esta se vuelve densa, pesada y comienza a
perder su propósito y su utilidad.
Lo que anima
y da sentido y propósito a la materia es el espíritu. La mente dirige la
energía que mueve y organiza a la materia que nutre y sirve de vehículo al
espíritu para que este se manifieste, se exprese y aprenda y obviamente haga la
experiencia de la vida. Los tiempos cambian, la comprensión aumenta. Hay un
nuevo paradigma gestándose, una manera diferente de pensar, que no separa la
materia del espíritu, que considera a la realidad como una creación de la mente
y a cada existencia como la manifestación física de vibraciones más sutiles y
energías de origen cósmico interconectadas. “La conciencia genera un impacto en
el mundo físico”. El estado de separación es una ilusión.
La ciencia
lo demuestra: Yendo más allá del átomo, en el nivel cuántico, la materia se
comporta de manera muy diferente a lo que lo hace en nuestra experiencia
cotidiana. Las partículas, en este microuniverso, se encuentran por
ejemploentrelazadas y en estado de superposición.
Entrelazadas
significa que las partículas creadas en el mismo momento están conectadas y lo
que le sucede a una es registrado por la otra, comparten la información
instantáneamente, incluso separadas por distancias siderales. De esto se deduce
que los neutrones, protones y electrones que componen nuestras células se
encuentran entrelazados con el resto de las partículas creadas luego del Big
Bang y que se encuentran formando parte de todo el material cósmico del
universo.
Otra
característica interesante es la superposición cuántica que significa que una
partícula puede estar en varias posiciones posibles al mismo tiempo. La materia
se comporta de forma completamente distinta en el mundo de las partículas
atómicas que en el mundo de los objetos grandes. En los niveles cuánticos, es
decir, más pequeño incluso que el átomo, la observación o la medición no pasan
desapercibidas. La observación produce el colapso de la función en una de las
tantas posibilidades. Sin observador no hay realidad. La observación
materializa una realidad concreta.
Somos los
creadores de nuestra realidad nos guste o no. La sensación de solidez es una
ilusión, al igual que la permanencia. Estamos en movimiento, viajando por el
espacio infinito, transformándonos y transformando la realidad a cada instante.
Entonces ¿Qué realidad deseo crear? ¿Qué es lo que quiero para mi y para los
demás? Estamos en una época de cambios acelerados. Nuestros antepasados
cavernícolas utilizaron durante 1 millón de años la misma herramienta de piedra
y sin embargo el ser humano moderno en los últimos 100 años modificó
completamente su entorno, su tecnología y su cultura de manera acelerada (hace
20 años prácticamente no había teléfonos celulares ni Internet ni se hablaba de
nanotecnología).
Esta es la
prueba que la conciencia se expande y crece la inteligencia y que además somos
una especie con muchas habilidades, producto de mutaciones exitosas. La
contracara es que el precio que se paga es alto, ya que por otra parte somos la
única especie que abusa de si misma y destruye su propio hábitat. Estamos a
mitad de camino entre el primate y el dios.
Aprendiendo,
aumentando el conocimiento, cambiando la conciencia. La experiencia es
irreemplazable. La vida se expresa a través de cada uno, evolucionando a partir
de límites y dificultades siempre hacia formas más libres y adaptables. Está comprobado.
Simplemente la condición normal y equilibrada. Sin excesos ni deficiencias.
Para mantener la salud y aumentar la eficacia en la vida cotidiana es
fundamental tener cierta disciplina y un propósito, educar el cuerpo y la mente
a fin de fortalecer la energía y el organismo y poder controlar las emociones,
nutrir el cerebro, calmar el pensamiento y expandir la conciencia.
La práctica
de de ejercicios energéticos y
respiratorios, como el taichi, chi kung
o yoga e incluso las artes marciales ayudan a estos propósitos.
La sensación
de bienestar e integridad resultante permite percibir una realidad más amplia y
profunda y obviamente normal y feliz.
Realizar
esto puede parecer difícil, imposible o "demasiado tarde" pero eso es
debido a los límites y condicionamientos de nuestra mente, lo que se
llama"mentalidad", y esta es precisamente la que se puede reeducar y
modificar.
Naturalmente
la vida nos presenta múltiples posibilidades a cada instante, cada uno es el
observador que les da forma y las convierte en realidad.
Mariano
Giacobone
No hay comentarios:
Publicar un comentario