¿Qué es la
Energía?
Energía es la esencia de toda
existencia en este planeta y en toda la Creación, ya sea en este Universo como
en otros.
Es la presencia de la Fuente de
Origen en la vida, de donde viene tu Ser y tu Conciencia, mediante distintas
velocidades de manifestación. Es decir, todo lo que conoces y lo que no, tiene
como soporte la energía, pero en distintas frecuencias vibracionales. En
nuestro caso, humanos y de todas las forma que habitan la Tierra, incluidas
piedras y aquellas cosas que suponemos no están vivas, pero que no es así, la
energía tiene una velocidad vibracional más lenta que la que pueden tener otras
conciencias que existen en el Universo.
Es por eso que la forma que adquiere
esta energía en baja vibración es más densa que la de otras manifestaciones de
vida, creando un cuerpo biológico como sostén de nuestro Ser. Por lo tanto,
este cuerpo que has creado para vivir en la Tierra puede ser tocado y
aprehendido por ojos y manos.
Esta característica concreta de tu
cuerpo te ha llevado a creer que la energía es algo ajeno a ti, y más todavía,
a creer que no puedes manipularla y transformarla a voluntad. Pues bien, no es
así, la Verdad tras la ilusión que se te muestra día a día en la vida, es que
ERES ENERGÍA y que puedes entenderla así, y por ende llegar a cambiar cualquier
estado que quieras y que no te acomode, desde estados de ánimo, hasta
enfermedades y dolores que aquejan a tu cuerpo. Esta comprensión te llevará aún
más lejos, a entender que, incluso, toda dolencia no es más que una excusa para
no tomar la vida en tus manos y ser responsable de tu vida, uno que no existe y
no está escrito, sino que vas creando a cada instante.
Cada pensamiento o proyección mental
es una partícula de energía en movimiento y que responde obedientemente a tus
estados internos. Si enfrentas la vida con miedo, miedo y tristeza cosecharás,
y por el contrario, si vives la vida con confianza y Amor, un dulce porvenir se
te mostrará por delante.
Mientras más conectes con esta
conciencia, y que de a poco se irá develando con mayor claridad, más capaz
serás de transformar aquello que creías rígido y establecido en tu realidad.
Existe una verdad de que cada
movimiento energético, aparentemente positivo o negativo, tiene una respuesta,
no por castigo o premio, sino por principio nivelador, y de eso se encarga la
misma energía que es inteligente y consciente. Cada movimiento de energía, ya
sea de tu cuerpo o pensamientos, atrae una realidad por correspondencia; por lo
tanto, ya no podrás echarle la culpa a nadie por la vida que tienes, sino sólo
comprender con Amor y sin juicio, que todo lo que te ha tocado experienciar es
el resultado de tus propios actos, en decir, tu propia elección.
Entender la energía y saberte capaz
de manejarla a voluntad, es el principio de la libertad de conciencia, la que
te llevará a construir, sin que se trate de merecimientos, una vida plena y
feliz. Es energía, es la vida tras el velo, fuera de la ilusión.
Entendiendo
la Energía
Cada uno de ustedes posee un número
de cuerpos. Ustedes están bien familiarizados con uno de ellos, el cuerpo
físico, pero mucho menos con el cuerpo emocional, con el mental y con el
espiritual. Todos estos cuerpos están compuestos de energía, pero esa energía
no pertenece al espectro electromagnético con el cual están familiarizados,
como la luz, las ondas de radio y los rayos X. Hablo de la energía que subyace,
que se encuentra detrás, de esta energía que te es familiar; y detrás de lo que
llamas la materia.
No puede ser detectada por los
instrumentos de tus científicos porque esos instrumentos también están hechos
de materia y ningún instrumento puede detectar frecuencias más elevadas que
aquellas de las cuales está hecho.
La energía de frecuencia más elevada
es la energía de la Fuente. Es la energía, a partir de la cual, se deriva la
energía de la tercera dimensión, como la luz, por ejemplo.
Pero toda energía es un continuo y,
para fines de nuestra discusión, podemos pensar en ella bajo la forma de
infinitas cantidades de “unidades”, cada una consciente, a su propia manera.
Estas unidades de energía acuerdan
participar en esquemas de consciencia de un orden muy elevado, tales como yo
mismo o como las células de tu cuerpo. La energía forma lo que tú y yo somos; y
su estado de alerta constituye, a su vez, la base de la consciencia que tenemos
acerca de nosotros mismos. Es de lo que estamos hechos. En retorno, nuestro
sentido de ser organiza las unidades de energía y provee de una estructura
sicológica para ellas, mediante la cual las unidades se pueden expresar a sí
mismas.
El universo está organizado para
permitir que unos estados de ser de energía, tales como yo, puedan desempeñar
una función. Cualquier nombre que usemos hace referencia a la función que
estemos desempeñando cuando nos estamos comunicando con ustedes y ninguno de
ellos implica que haya identidad alguna dentro del ESPÍRITU. Cualquier nombre
que usemos tiene apenas el único propósito de ser conveniente para la
comunicación con tu mente consciente. A pesar de que soy consciente de ser
energía pura del ESPÍRITU, no me considero a mí mismo como poseedor de ninguna
otra identidad distinta a la función que desempeño. Soy la energía que
constituye el estado de ser denominado la función de Serapis, en este momento;
pero esta energía se está elevando y cambiando constantemente.
Ustedes pueden imaginarse, para esta
explicación, que la energía está dividida en octavas, ocupando la Fuente la
octava más elevada y el plano físico, la más baja. Yo, y otros niveles de tu
ser, existimos y desempeñamos nuestras funciones en estas octavas. Imagínatelas
como si fueran las varias bandas de tu radio de FM y como si cada ser, tal y como
yo, fuera una estación en particular. Cada banda capta un rango diferente de
frecuencias; pero cada uno de nosotros operamos en todas las bandas. Ocupamos
la misma posición relativa, en el dial, en cada banda, elevando progresivamente
la frecuencia. O para usar la analogía del teclado de un piano, uno está hecho
de la misma nota relativa en cada octava del teclado, siete en este caso. Si
tus notas individuales, dentro de cada una de las siete octavas, fueran tocadas
simultáneamente, el sonido resultante sería la totalidad de tu ser: un sonido
muy hermoso.
Hay muchas bandas y un número
infinito de notas en cada una. También, en estos niveles, se la pasan ustedes
permanentemente mezclándose con otras energías para realizar ciertas funciones.
No sólo mi ser está compuesto de
energía, sino que cualquier cosa que concibo se manifiesta través de la
ulterior organización de unidades de energía. Cuando voy a crear algo, desde un
átomo hasta una galaxia, primero proyecto un campo receptivo, análogo al
espacio, y luego irradio unidades de energía en su interior, organizadas de
acuerdo con mi intención o con mis formas de pensamiento.
La única manera de crear algo es
organizando este suministro ilimitado de unidades de energía, de acuerdo con la
intención. Así pues, el ser que conozco como yo mismo, más todo aquello que
creo o destruyo, está compuesto de energía. De nuevo, está energía no es ni el
calor ni la luz que ustedes conocen, sino una energía mucho más sutil, más
parecida a la energía de uno de sus pensamientos.
Esto genera muchas preguntas
interesantes acerca de las dimensiones de la energía, como la naturaleza del
espacio y del tiempo.
El Espacio
Dije que proyectaba un campo
receptivo, análogo al espacio, en cuyo interior yo irradiaba unidades de
energía de acuerdo con mi intención. Este es un orden de espacio mucho más
elevado que el espacio físico y, en términos de ustedes, no se necesitaría
ningún espacio en absoluto. Pero él sería, sin embargo, igualmente real para
mí, hasta en el último detalle, tal y como las dimensiones de un cuarto lo son
para ti. Yo proyecto, o me imagino, este espacio, y es igual a como otros, como
yo, están proyectando el espacio tridimensional en el cual viven ustedes.
Ustedes pueden haber escuchado que
el espacio físico no es más que una forma de pensamiento o la construcción de
una idea. Esto levantaría la pregunta de ¿quién es el que tiene este
pensamiento? Hay entidades inmensas “pensando”, de manera muy diligente,
el espacio tridimensional de ustedes, manteniéndolo, con una claridad y un
enfoque que no pueden ser descritos. Para muchos de ustedes, otros niveles de
ustedes mismos, son parte de esto.
El espacio que concebimos es
susceptible, o conducente, para la energía, al igual que una carretera es más
“conducente” a los vehículos que el terreno subyacente; o que un alambre
conduce mejor la electricidad que el aire que nos rodea. El espacio, por lo
tanto, es un campo creado para conducir la energía. En los planos más elevados,
creamos nuestro propio espacio; en el plano físico, otros niveles del propio
ser de ustedes crean el espacio físico en el cual ustedes viven. Y es a la vez
un campo unificador y uno separador: unificador, en el sentido de que permite
que lo que irradiemos adentro de él pueda interactuar; y separador, en el
sentido de que está organizado para que las radiaciones no se sobrepongan.
Imagínense yuxtaponer unos objetos, por ejemplo, dos apoyos para libros, de
biblioteca. No se mezclan el uno con el otro debido a que el tipo de energía
que proyectamos mantiene sus campos separados.
El Tiempo
Desde una perspectiva, y también
desde la de otros niveles del ser propio de ustedes, el tiempo, tal y como lo
conocen, sencillamente no existe. Yo, y otros niveles de su propio ser,
participamos plenamente en el presente, pasado y futuro de este planeta,
simultáneamente. Soy consciente, con una intimidad semejante a la que ustedes
tienen para su actual encarnación, de que algunas fracciones de mi energía
están encarnadas en muchos sitios de la historia de la Tierra. Esto se debe a
que no estoy constreñido por un cerebro lineal sino que uso el conocimiento
directo. Es ahí donde radica la gran diferencia.
El cerebro físico opera de manera
secuencial, con un tiempo finito, necesario para procesar cualquier información
sensorial. Sin negar para nada su asombrosa estructura, el cerebro y el sistema
nervioso son lentos. Cuando te estás quemando un dedo, lo retiras. Podría
tomarte hasta un segundo entre el contacto inicial y la acción de soltar. Otros
proyectos más complejos, tales como diseñar una nueva casa o un sistema por
computador, podría tomarte meses o años, debido al tiempo que se necesita para
procesar los pensamientos en el cerebro.
Algunos proyectos son tan extensos
que no se pueden completar en el lapso de una sola vida del participante; y, de
esta forma, se creó el concepto de la historia. Alguien que nazca hoy debe ser
informado de lo que ha sucedido en el planeta hasta hoy, o por lo menos, de
algunas partes seleccionadas de lo sucedido. Algunas personas se la pasan toda
una vida registrando lo sucedido y contándoselo a los demás; todo ello debido a
que la sinapsis (o conexión) del cerebro físico se toma unos pocos milisegundos
para encenderse.
Los niveles no físicos de tu ser no
tienen esta limitación. Por medio del conocimiento directo de la energía de los
acontecimientos, yo puedo hacer conexión con cualquier punto que pienses, de la
historia o del futuro de tu planeta, con igual facilidad.
Les sugiero que intenten visualizar
cómo se siente esto. Imagínense que son un aspecto de la frecuencia más elevada
de su propio estado de conciencia y están mirando, abajo, a varias personas,
cada una de las cuales, está en un momento distinto de la historia. Mediante la
simple intención, ustedes se pueden mezclar con cualquiera de ellas o con todas
ellas a la vez, convertirse en ellas y conocer cada faceta de lo que están
pensando y sintiendo; debido a que ustedes son ellos. Digamos que eres un
especialista en cristales de la Atlántida, un soldado romano, un campesino
medieval y, por supuesto, el tú que conoces hoy. Inténtenlo. Sientan cómo cada
uno de ellos percibe el tiempo, cómo lo percibes tú y cómo ustedes interactúan.
Ahora, todo se planeó cuidadosamente
para que fuera de esta manera desde un comienzo. Sin embargo, no tenía porqué
ser de esta manera y otras especies en otros sistemas de realidad lo hacen de
una manera muy distinta. Su especie, en particular, tomó una decisión
colectiva, a un alto nivel del ESPÍRITU, para crear literalmente la sensación
del transcurrir del tiempo y así gozar de varias herramientas de aprendizaje.
Una de ellas, el karma, o la ley del equilibrio, se basa en el concepto de que
si una persona X afecta la vida de una persona Y, de cualquier manera, entonces
como efecto de eso debe haber una reciprocidad. Así, Y deberá afectar la vida
de X de la misma o similar manera y crear así un equilibrio energético. Ahora,
esto lo he simplificado mucho, pues existen muchas excepciones para esta
reciprocidad; pero desde la perspectiva de X y de Y, en el plano físico, X
tiene que actuar primero y luego Y. Era necesario tener algún marco de
referencia para impedir que todo se sucediera al mismo tiempo; de lo contrario,
X y Y serían incapaces de resolver cuál es la causa y cuál, el efecto. El marco
de referencia elegido fue el de la percepción del tiempo. Para adoptar esta
percepción lineal del tiempo, ustedes no tuvieron que crear nada nuevo sino
solamente descartarse de su habilidad de experimentar el tiempo simultáneo. La
construcción del cerebro, que la especie eligió para el cuerpo del ser humano,
mantuvo esta construcción de manera perfecta. Por supuesto, desde una
perspectiva más elevada, las acciones de X y de Y ocurren simultáneamente y el
intercambio queda sujeto a la coreografía de sus niveles no físicos.
Me he extendido explicando el punto
del tiempo simultáneo, porque ello explica porqué la energía disponible para
crear es ilimitada: la misma unidad de energía puede estar en innumerables
puntos de la línea del tiempo físico, con una gran facilidad, mediante la
simple declaración de su intención. Las unidades de energía pueden conformar al
cortador para cristales de la Atlántida, a la espada del romano y al azadón del
campesino, de manera simultánea y, teniendo en cuenta la naturaleza juguetona
de la energía, se va a divertir con la ironía involucrada.
Estoy hablándoles de la percepción
de ustedes respecto al tiempo, no de la arbitraria división de él en unidades,
tales como las horas, los minutos y los segundos. Ésta es apenas el resultado
del tamaño de la vara de medición y tiene muy poco que ver con su percepción
del tiempo. Ahora, el tiempo del reloj les parece muy real, basado, como
aparenta ser, en el movimiento del planeta alrededor del sol. No existe ninguna
razón real por la cual deban organizar sus actividades de acuerdo con la luz y
la oscuridad. Sencillamente, les es conveniente. También es conveniente tener
el planeta rotando alrededor del sol, equilibrando las fuerzas centrípetas y
centrífugas. Por percepción del tiempo, quiero decir que ustedes son capaces de
percibir la duración; y cómo perciben un acontecimiento y luego otro, y después
otro.
Si ustedes pudieran experimentar
todos los acontecimientos de una sola vez, el tiempo no se constituiría en
ninguna obstrucción sensorial, ni en limitación para ustedes. Imagínense un
gran tapete hecho de hilos verticales y de tramas horizontales. Cada hilo
vertical sería como un punto percibido del ahora y las tramas horizontales
representarían el espacio. Los hilos diagonales de colores que representan el
dibujo del tapete serían los acontecimientos de tu vida, ocurriéndose en el
tiempo y en el espacio. Ahora, imagínense a un diminuto insecto moviéndose
sobre el tapete. Si lo hiciera horizontalmente, experimentaría a cada punto del
ahora sucesivamente pero estaría atascado en un sólo sitio físico.
Ocasionalmente se tropezaría con un hilo de colores y experimentaría un
diminuto pedazo de tu vida. Si asciende verticalmente sobre el tapete, se
movería a través de espacio pero quedaría atascado en el ahora y así experimentaría
todo lo que sucede a través del espacio pero en un sólo momento. Vería cual
fotografías todo lo sucedido en el planeta en un determinado instante,
incluyendo un instante de tu vida. Obviamente, si nuestro insecto se vuelve
inteligente, seguiría uno de los millones de hilos coloreados y entonces
experimentaría la vida de una persona.
Desde tu ventajoso punto del
“afuera” podrías ver todo el tapete: tiempo, espacio y el trabajo de tejido de
las vidas de las personas. Podrías, si lo deseas, dejarte caer sobre cualquier
punto y experimentar sus vidas con ellas. Pero estarías muy ocupado porque te
darías cuenta de que existen millones de tapetes colgados al lado de este,
prolongándose hasta el infinito, y además los hilos de colores realmente van de
un tapete al otro, tejiéndose en tres dimensiones –los universos paralelos de
los cuales has oído hablar. Y aún más: podrías ver borrosamente unos tapetes
fantasmas que resplandecen cerca de sus versiones físicas: los tapetes de los
planos superiores. ¿Habrá alguien mirándote de la misma manera en que tú
estabas mirando al insecto a medida que él se movía sobre el tapete, con su
cabecita hacia abajo, diligentemente siguiendo un pequeño hilo?
El
Movimiento
Los dos componentes, espacio y
tiempo, te llevan al tercero: el movimiento. Para moverse entre dos puntos en
el plano físico se requiere tiempo. Históricamente llegaste a necesitar meses
para viajar entre la costa oriental y occidental de los Estados Unidos. Hoy
apenas te toma unas 6 horas. El plano físico tiene un límite teórico: el de la
velocidad de la luz. A esta velocidad podrías hacer el crucero en apenas un
sesentavo de segundo. Pero el movimiento es un fenómeno del plano físico
únicamente y no ocurre de la misma manera en los planos más elevados. Esto se
debe a que el espacio es un campo creado; los puntos en ese campo, en realidad,
no están separados por nada y todo existe lo uno encima de lo otro. Los
científicos están sorprendidos al ver cómo dos electrones, en sitios
diferentes, parecen ser capaces de comunicarse instantáneamente. La razón es
que la energía consciente, que se manifiesta como partículas sub-atómicas, no
está en el “espacio”, en absoluto. La energía existe en el brillante punto del
Uno, es decir, en la mente de Todo Lo Que Es; y proyecta imágenes, que
aparentan ser partículas subatómicas. Debido a que todos los electrones se
proyectan desde el mismo punto Uno, no es sorprendente que cada uno de ellos
sepa lo que el otro está haciendo.
El tiempo es apenas la duración
percibida que se necesita para moverse entre dos puntos, el cual es de cero por
fuera del plano físico, debido a que todos los puntos coexisten
simultáneamente. Ya que el tiempo es simultáneo más allá del plano físico, si
fueras un electrón (por ejemplo, ESPÍRITU funcionando como un electrón),
podrías proyectarte al punto A y al punto B al mismo tiempo, y por lo tanto la
idea de moverse entre el punto A y el punto B carecería de significado.
Espero haberles podido transmitir el
sentido de los fundamentos del plano físico (espacio, tiempo y movimiento). De
hecho, son leyes locales, arbitrarias, aplicables al plano físico, de las
frecuencias de la Tierra. Son sus sentidos los que crean la percepción de
ellas. Sentir el espacio y el tiempo son funciones del intelecto y fueron construidas
dentro del cerebro para apoyar a la especie humana, sobre este planeta. Ellas
son herramientas de enseñanza, al igual que en sus escuelas, los estudiantes se
ponen de acuerdo (usualmente) para reunirse en un salón, a una hora en
particular, para una aprender una lección sobre un tema ya acordado.
De igual manera, en el nivel físico,
todos deben ponerse de acuerdo respecto a ciertas cosas, para que la visita de
campo al Planeta Tierra, tenga significado. Y uso el término “visita de campo”
con toda intención pues es importante que amplíen sus percepciones, hasta el
punto en el cual sean conscientes de sí mismos como un inmenso ser, de visita
en este rincón del universo, capaz de hacer arreglos para disfrutar de
“pequeñas escapadas”, cada una de las cuales es una encarnación física, para
las cuales ustedes “se ponen” un cuerpo distinto y una personalidad diferente;
y así todo se vuelve muy interesante. Las escapadas pueden ser placenteras o,
si ustedes se olvidan respecto a quienes son, no placenteras; pero lo que si
pasa, es que ustedes ¡aprenden en cada una!
Con Amor
Infinito a todos ustedes.
Gabriel Vallejo
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