Podemos encontrar
referencias de la utilización del olivo (Olea Europaea) desde la prehistoria,
pasando por la mitología griega, la romana, la tradición cristiana o la
civilización egipcia.
Siempre ha sido
considerada una planta muy preciada, no solo porque de ella se saca el aceite,
sino porque sus hojas eran utilizadas para diversos fines mágicos.
Por ejemplo, en Europa,
los Druidas (sacerdotes celtas, edad media), atribuían propiedades mágicas a
cada árbol e identificaban a cada persona con un árbol, para ellos un Dios,
igual que actualmente identificamos a cada persona con un signo del horóscopo,
bien, pues para ellos el Olivo simbolizaba la ternura, la amabilidad, la paz y
la alegría.
Existen indicios de que
los primeros que elaboraron aceite de oliva fueron los egipcios, que utilizaban
ese aceite entre otras cosas para baños purificantes y curativos. Se han
encontrado momias egipcias con coronas de ramas de olivo, como símbolo de
protección. Tradición que quizá heredaron los romanos, ya que en su Imperio, el
olivo era un artículo de lujo, solo destinado a las clases sociales más altas,
que se perfumaban o bañaban con aceite y quemaban sus ramas en templos o sitios
de culto y de reunión, para purificar y proteger el ambiente.
Desde Egipto hasta
España, las plantaciones de olivos han estado siempre presentes durante toda la
historia y las civilizaciones, en Egipto, Palestina, Israel, Italia, Grecia...
La Biblia hace multitud
de referencias a las ramas de olivo durante toda su narración, de hecho Jesús
fue crucificado en un campo de olivos y una paloma llevó una rama de olivo a
Noé después del diluvio, como símbolo de la paz.
En la antigua Grecia,
existen muchas alegorías al poder del olivo, quizá el documento más conocido,
la Odisea, donde Ulises vence al Cíclope gracias a una estaca de olivo, deja
claro que el olivo es símbolo de victoria; tanto que en las Olimpiadas griegas,
los vencedores eran coronados con unas ramas de olivo. Según la mitología, su
diosa Atenea fue la que enseño a los griegos a cultivar y cuidar los olivos.
Muchos filósofos, entre los que se encuentra Platón, discutían a cerca de la
mejor manera de cultivar el olivo y su importancia para la prosperidad.
Durante la Edad Media,
siguió considerandose el olivo como el árbol de la paz, la victoria y la
protección. A estas propiedades se añadió la propiedad del aceite de de
condensar la luz, y de irradiar luminosidad, por lo que se utilizaba en muchos
rituales mágicos y como unguento, ya que la vibración de la luz a través del
aceite, procuraba propiedades curativas a la persona y protección.
En el lenguaje de los
sueños, el olivo simboliza la paz, la pureza, la protección y la victoria.
Hoy por hoy no se puede
hablar de magia refiriéndonos al aceite de oliva, pero casi... ya que muchos
estudios y teorías, elevan el aceite de oliva a un punto casi mágico, gracias a
sus innumerables propiedades nutritivas, antioxidantes, hidratantes o
cardiovasculares. Jabones naturales de oliva, aceite de oliva virgen,
mascarillas capilares de aceite de oliva... Una vez más, siglos antes, antiguas
civilizaciones confirmaron lo que hoy conocemos despues de años de estudio.
Fuente: El Herbolario
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