Tengo 79 años. Nací en
Valparaíso y vivo viajando. Soy psiquiatra. Estoy viudo y tuve un hijo que
falleció. Ojalá los políticos hubiesen sido educados amorosamente. No creo en
la competencia entre religiones. Soy divulgador del eneagrama, un mapa de la
personalidad.
¿Qué es el eneagrama?
Una herramienta de
autoconocimiento, la más completa.
¿En qué consiste?
Es un mapa de las nueve
pasiones que conforman tu personalidad: te ayuda a conocerlas, y así
identificar cuál de ellas te domina.
¿Cuáles son esas nueve
pasiones?
Ira, orgullo, vanidad,
envidia, avaricia, cobardía, gula, lujuria y pereza.
Suenan a los pecados
capitales
Los griegos ya
enumeraron casi todas esas pasiones, llamadas luego pecados por el
cristianismo, y que son a su vez los nueve eneatipos del eneagrama.
¿Y una de esas pasiones
me domina?
Siempre hay una
dominante sobre las demás: identifica cuál es la tuya, y así podrás trabajarte
para equilibrarla con las demás.
¿Con qué fin?
Dejar de actuar
reactivamente, con automatismos, como una máquina: ante cada situación serás
capaz de actuar con conciencia.
¿Cuál es su pasión
dominante?
La avaricia.
¿Sí?
He temido siempre
quedarme sin nada: temeroso de la precariedad de mis recursos, me ha costado
invertir en mis capacidades, he desconfiado de mí… Y eso me ha dejado en el
filo del vivir, una vida por vivir.
¿No ha podido dominar
esa avaricia?
Ya sí, pero ha sido
difícil. Ya lo dijo Churchill: “El hombre se tropieza con la verdad…, pero se
levanta y sigue su camino
El cambio en rumbo
¿De dónde proviene el
eneagrama?
De un esoterismo
cristiano de Asia Central, que divulgó por Europa una especie de Sócrates ruso
de principios del siglo XX, Gurdjieff. Y de él lo aprendió Óscar Ichazo, que me
lo enseñó en el desierto de Arica.
¿Cómo fue usted a parar
al desierto?
Era 1970, y yo pasaba
el peor momento de mi vida… Y me retiré durante seis meses.
¿Qué le había sucedido?
Mi segunda esposa tuvo
un accidente de automóvil y murió mi hijo de once años.
Sobreponerse debió de
ser duro…
Yo tenía 37 años y me
tendía en su camita y pasaba horas y horas llorando. Un día entendí que era
llanto por lo que no había podido quererle. Sentí su presencia y dejé de
llorar.
¿Y qué aprendió en el
desierto?
Yo era médico
psiquiatra. Vi que la medicina farmacológica abordaba síntomas, pero no la raíz
del problema del paciente: la dejé para ejercer como psicoterapeuta.
¿Es muy malo que mande
una pasión?
Lo malo es que en ese
caso tu vida será más pequeña, automatizada, dilapidarás energías…, pudiendo
vivir más plenamente.
Psicoterapia en lugar
de farmacología
¿Qué automatismo le
hizo ser médico?
A los seis años vi la
luna llena y le pregunté a mi madre qué era eso. Me dijo que era un cuerpo
celeste, como lo eran las estrellas, los planetas…, y me habló de la gravedad…
y experimenté un intenso placer ante ese vislumbre de conocimiento… Y ya busqué
repetir ese gozo, y eso me llevó a la ciencia.
Pero luego dejó la
ciencia
Cuando sentí que la
filosofía y la psicología afrontaban mejor el dolor de la infelicidad.
¿Cuál ha sido su
momento más feliz?
A los 20 años tuve una
relación erótica con una conocida de 40 años, y sentí tanta alegría… ¡El mundo
era bello! Sentí la alegría normal del vivir, y ahí fui consciente de que yo no
había estado vivo hasta entonces.
¿Ha llegado a conocerse
perfectamente a sí mismo?
En el centro de la
cebolla, si vas quitando capas y capas, no hay semilla, ¡no hay nada!
¿Qué significa esto?
Que lo único que hay
son los demás. Antes yo me recluía en mi torre de marfil, pero hoy veo los
problemas del mundo…
El modelo patriarcal
¿Cuáles son?
Todos derivan de una
estructura patriarcal profunda, de modo que todos se diluirían si educásemos a
los niños de otra manera.
¿Cómo, exactamente?
Integrando intelecto,
cuerpo, emociones y espíritu, para ser más amorosos, más libres: más sabios.
Pero para eso es decisivo primero que eduquemos a los educadores.
¿Tenemos una educación
no amorosa?
Demasiado intelectual,
institucional, individualista, patriarcal y poco humanística. Nuestra sociedad
sigue siendo machista y depredadora. Ya decía Cicerón: “Cada senador es sabio…,
pero el Senado es un idiota”.
¿Solución?
Integrar intelecto,
amor e instinto, nuestros tres cerebros. Abrazarlos a los tres de verdad: por
ahora, el intelecto ha eclipsado el amor y ha demonizado el instinto.
¿Debo dejarme llevar
por mi instinto?
Si te arrastra, no eres
libre: se trata de aliarte con tu instinto.
¿Qué pasión domina hoy
al mundo?
La vanidad. Se expresa
en la pulsión por el éxito económico, la supremacía tecnológica, la confusión
entre valor y precio…
¿Hacia dónde se
encamina el mundo?
Muchos son los
llamados…, pero muchos son también los sordos. Hay una pulsión de
transformación cierta, pero pasa por encender la luz y ver en tu propia
oscuridad.
Y si lograse
encenderla, ¿qué veré?
Sabrás que todo es
pulsátil, que todo late… Si buscas el yo, acabarás topándote con la ausencia de
yo: lo transformador es sentir el ser. Si eso sucede, tendrás días peores o
mejores…, pero recordarás el sabor del ser.
¿Un consejo definitivo?
Ocúpate del reino del
corazón, y el resto te llegará por añadidura.
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Texto original de La
Vanguardia
Claudio Naranjo estudió
música, medicina y psiquiatría en Chile y psicología en Harvard. Aprendió
Terapia Gestalt con Fritz Perls y formó parte del equipo original del Instituto
Esalen en la década de los 60. El Dr. Naranjo es presidente honorario de tres
Institutos Gestalt, miembro del Instituto de Investigaciones Culturales de
Londres y del Club de Roma. Es considerado uno de los pioneros de la psicología
transpersonal. Es autor de 15 libros. claudionaranjo.net
Fuente: Mundo Nuevo
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