Entre dos mundos

Vivo, huelo, siento historias que no me pertenecen, tengo el privilegio de asomarme a otras vidas solo durante milésimas de segundo e impregnarme de sensaciones, viajo miles de kilómetros, recorro mares, salvo tempestades, respiro el aire de la más alta montaña y recojo flores en preciosas mesetas y todo ello en milésimas de segundos.
Muchas personas tienen la extraña y peregrina idea que esto es un hándicap. ¡Nada más lejos de la realidad, vivo entre dos mundos!
El físico, el de la realidad entrecomillada, el mundo turbulento, donde se vive y se muere.
El energético/espiritual, donde todo es posible, donde todo puede ser grandioso, donde se pueden apartar las tinieblas de nuestra mente.
Atrapada en este frío y tenebroso túnel del Cómos, veo la salida hacia el hermoso y brillante infinito y renace en mí, mi sentido nómada, que paso a paso, latido tras latido, dejará su camino errante; camino plagado de guerras, muertes y destrucción; hacia el verdadero camino; camino libre de añoranzas, donde el canto del amor se hace realidad, donde florecen en estanques de agua mágica azucenas de perdón, donde la esperanza crece por doquier, donde las vendas del amor sanan el dolor, donde la luz y la vida crece en todos los rincones.
Y es a caballo de estos dos mundos, donde te das cuenta que solamente están separados por una línea muy fina, tan fina, que a veces cuasi no existe.


No hay comentarios:

Publicar un comentario