Josep Pamies incansable en su servicio de difundir los
beneficios de las plantas medicinales para la salud. Gracias Jopsep!!!
“Mi descubrimiento de
la stevia fue hace algunos años, cuando leí la noticia de un grupo de padres de una asociación de niños diabéticos
americanos que denunciaron a una multinacional americana de las semillas
transgénicas, acusándola de la muerte de sus hijos por tomar un edulcorante de
su propiedad que estaba incluido en un famoso refresco light. Ellos
reivindicaban la legalización de la stevia, porque si, en vez de tomar el
edulcorante causante del cancer de sus hijos, hubieran tomado stevia, como ya
ocurría en Japon, sus hijos todavía vivirían.”
Así comenzó la
intervención de Josep Pàmies, agricultor, conferenciante y escritor. En pleno
huerto urbano creado por el grupo de consumo Ensancha el Huerto de Alcorcón,
Madrid, Josep presentó su libro Dulce Revolución, y habló sobre la stevia y
otras muchas plantas, esas grandes desconocidas, prohibidas para uso
alimentario según las leyes, pero que pueden ayudarnos a curar problemas tan
graves como el cáncer, hipertensión, diabetes, colesterol…
Este agricultor de
Balaguer, provincia de Lérida, continuó la labor de su padre en el campo,
aunque sus inicios fueron desde la agricultura convencional, poco a poco fue
tomando conciencia del daño que los productos químicos han ido haciendo en la
salud de la gente y en la propia tierra donde se cultiva. A partí de ahí,
Pàmies dio el salto a la agricultura ecológica y productos totalmente
naturales, libres de químicos, sobre todo al amor por las plantas.
En presentación del libro, organizado por
Ensancha el Huerto y las tiendas de productos ecológicos Minatural y Curarte en
Verde, Josep contó cómo empezó su relación con la stevia rebaudiana, una planta
que, según sus palabras, no sólo se conocen sus propiedades endulzantes sino
también, y lo más importante, sus grandes propiedades medicinales.
A Josep, la noticia del
grupo de padres americanos le impactó profundamente y fue el detonante de su
amor a esta plantita de la familia de las asteráceas, descubiertas sus
propiedades por los indios guaraníes hace miles de años. A partir de ahí,
plantó stevia y la regaló a través de Internet. Al cabo del tiempo, comenzó a
recibir comentarios de la gente afirmando que habían mejorado en la diabetes o
la hipertensión, entre otras enfermedades, y “esa pequeña revolución” fue la
base de la idea para crear, al cabo de los años, la asociación que lleva el
nombre de Dulce Revolución, al igual que el título de su obra.
La Asociación Dulce
Revolución vende productos derivados de la plata stevia, incluso en contra de
las presiones de los organismos públicos. “Una planta criminalizada por la
influencia de las empresas farmacéuticas a los gobiernos y organismos
internacionales”, comentó Josep. “Sólo
han legalizado los productos de stevia refinados, que sólo sirve para endulzar,
para que la industria alimentaria pueda gozar de un buen edulcorante sin las
propiedades medicinales, así no quita el negocio de la medicina a las
farmacéuticas”.
Y es que, para Josep,
“El origen del problema es que las multinacionales farmacéuticas no quieren
acabar con las grandes enfermedades como diabetes, triglicéridos, hipertensión,
cáncer… porque es un gran negocio” “Lo que hacen es patentar las moléculas
sintéticas de las plantas porque sus moléculas naturales, que son las
verdaderas portadoras de los beneficios a la salud, no pueden ser patentadas
legalmente, luego no tienen interés para ellos para no hundir el gran negocio
de los medicamentos. “No interesa que una sola planta como la stevia pueda
acabar con grandes enfermedades, ya no podrían vender medicamentos”, apunta
Josep.
Según el autor, con la
stevia, su asociación están consiguiendo que miles de personas se curen de
diabetes, triglicéridos, colesterol, ansiedad... incluso mejorar del cáncer, ya
que regula el metabolismo del azúcar, y las células cancerosas son grandes
consumidoras de glucosa, y la stevia puede detener el crecimiento tumoral al
evitar los excesos de azúcar,
Para Pàmies, el azúcar
es más un tóxico que un alimento. El azúcar refinada provoca la acidificación
de nuestro cuerpo, y un cuerpo ácido tiene muchas posibilidades de un
crecimiento de las células del cáncer.
En la charla, también
habló de la sal común refinada, que la Sociedad Española de Cardiología compara
su adicción a la de la cocaína o heroína, y que, según Pàmies, no es más que
cloruro sódico y antiapelmazantes, un compuesto que crea más adicción y
problemas que beneficios. Josep nos propone que tomemos agua del mar
directamente, una solución para que nuestro cuerpo sea alcalino, o sales de
calidad que vengan directamente del mar.
“Lo único que estamos
provocando es desnaturalizar los alimentos”. El autor quiere que tomemos conciencia
de que el mejor médico es uno mismo a través de la intuición, y que las plantas
nos pueden ayudar a mejorar nuestra salud sin tomar medicamentos. "La
marihuana, incluso, está comprobado que es un potente medicamento contra el
cáncer, ya hay estudios científicos que lo demuestran, pero a algunas plantas
las quieren criminalizar”.
"Los animales
saben, que se suponen son menos inteligentes que nosotros, qué hierba deben
comer cuando tienen una dolencia, y les viene no sólo por información genética,
sino también por intuición", un valor, señala el autor, que el ser humano está perdiendo.
Josep anima a que
cultivemos stevia, esta “planta madre”, y muchas otras, para que nos
beneficiemos de sus propiedades y dejemos los medicamentos. Valora y anima a
los grupos de consumo, huertos urbanos y asociaciones de barrio que cultivan
sus propios productos porque, entre todos, se puede crear un Dulce Revolución.
Fuente: Generacion
Natura
“El origen del problema es que las multinacionales farmacéuticas no quieren acabar con las grandes enfermedades como diabetes, triglicéridos, hipertensión, cáncer… porque es un gran negocio” ...... Hay que tomar conciencia.
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