El tomillo (Thymus
vulgaris), es una planta aromática mediterránea, que puede a llegar a crecer
hasta un metro. En España y otros países mediterráneos crece de forma salvaje
en campos y caminos sobre todo en el sur de la península. Sus flores son
pequeñitas, de color violeta o blancas y sus hojas son blanquecinas pareciendo aterciopeladas
y cuenta con un largo historial de propiedades sanadoras y mágicas.
El tomillo se suele
utilizar como condimento en la cocina, es decir, como especia aromática, ya que
tiene un aroma muy versátil que combina tanto con carne como con pescado y
verduras frescas para ensaladas. Es muy utilizado en la dieta mediterránea,
tanto en España como en Grecia o Italia.
También tiene
propiedades terapéuticas y su aceite esencial se destila y comercializa con
múltiples usos terapeuticos. Es digestivo, estimulante, antiséptico, antiviral
y expectorante, por lo que se recomienda sobre todo para casos de congestión
pulmonar, para estados carenciales o para mejorar la digestión.
Existen muchas
curiosidades ligadas al tomillo, ya que es una planta con muchas y variadas
aplicaciones a lo largo de la historia. Por ejemplo, los egipcios ya utilizaban
esta planta por su excelente aroma en los ritos de embalsamamiento y para
purificar el cuerpo. En Grecia también se utilizaba como planta purificadora,
ya que se consideraba que su aroma podía “limpiar el ambiente” , de hecho su
nombre Thymus, proviene del griego y significa perfume. Cuenta una leyenda que
el tomillo nació de las lágrimas de la bella Helena, ya que al huir con el
troyano Paris desencadenó la guerra de Troya; desde entonces los guerreros
acudían a coger ramitas de la planta de Helena para aumentar su fuerza para la
batalla.
El tomillo se ha
considerado una planta mágica ligada siempre a la salud y a la fuerza. Se
utilizaba en rituales y hechizos para recobrar la salud o para evitar la
enfermedad. Según su tradición mágica, colocando una ramita bajo la almohada
evitaremos las pesadillas y si llevamos en un bolsillo una ramita, podremos
desarrollar nuestros poderes psíquicos, ampliar nuestra intuición y nuestro
“sexto sentido”, para purificar el cuerpo y el alma y mantenerse a salvo de
enfermedades, se realizaban baños de tomillo y mejorana. Por otro lado, el
tomillo se utilizaba en todo tipo de conjuros relacionados con el valor, la
fuerza y el atrevimiento, por eso tanto si un hombre necesitaba valor para
declararse a una mujer como si necesitaba fuerza para resistir una batalla,
existía un hechizo apropiado para la ocasión, ya que el simple hecho de oler
tomillo, aumentaremos nuestra fuerza interior.
Fuente: El Herbolario
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