El
buen viajero no deja huella que pueda seguirse,
El
buen hablador no deja palabras que puedan ser cuestionadas,
El
buen contable no deja cálculo sin comprobar,
El
buen cerrajero no deja cerradura que pueda ser forzada,
El
buen atador no deja nudo que pueda ser deshecho.
Así,
el sabio cuida a todos los hombres
y
no abandona a ninguno.
Acepta
todo y no rechaza nada.
Atiende
hasta el menor detalle.
Así
el fuerte debe guiar al débil,
pues
el débil es el material de donde hacer a los fuertes.
Si
la guía no es respetada
O
el material no es cuidado
Se
origina confusión, no importa cuan inteligente sea uno.
Esta
es la esencia de la sutileza.
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