Mi mamá siempre me
dijo, “con la edad viene la sabiduría”. Y creo que tenía razón, pero debería
haber agregado “con las experiencias duras viene aún más sabiduría.”
Quizás las dos están
entrelazadas. Quizás las experiencias duras suceden por la edad, y la sabiduría
les sigue. De cualquier manera, la verdad es que nadie realmente madura sin
pasar por uno que otro mal momento.
Ya sea una relación que
al terminar sentías que te ibas a morir, una pérdida que te dolió muchísimo,
una lucha constante con algo que no se resuelve, todas esas experiencias duras
tienen un significado.
Las cosas que casi te
destruyeron (pero no lo hicieron) son las que te convirtieron en quien eres
hoy. Si sientes que has cruzado el infierno, entonces también haz visto una luz
al final del camino.
Cuando las personas
dicen “ya entenderás cuando seas mayor”, ¿no se referirán a “ya entenderás
cuando la misma cosa te haya sucedido a ti”? Uno necesita de una variedad de
lecciones de vida antes de convertirse en el adulto sabio y respetable que te
han dicho que serás.
De acuerdo a un artículo
del Psychology Today por Tim Elmore, hay 7 signos que indican que uno niño ha
alcanzado la madurez. Ésta es su lista, pero yo agregaré por qué es que crecen
por las experiencias duras más que por la edad.
1.
Las personas maduras “mantienen compromisos de larga duración”… porque
alguna vez les han cancelado.
El que te cancelen un plan no es tan dañino como otras cosas. Pero es lo
suficientemente molesto como para enseñarte que no se lo deberías hacer a los
demás.
Los adultos son mejores que los adolescente cuando se trata de cumplir
con los compromisos porque les han dejado con los rulos hechos más de una vez y
saben que no es una buena forma de transitar por la vida. Las personas maduras
cumplen con sus compromisos y no dejan plantados a sus amigos.
2. Las personas maduras “no les afectan
ni los cumplidos y ni las críticas”… porque han decidido.
Muchas veces comenzamos la vida buscando la aprobación de los demás,
especialmente cuando somos adolescentes. Queremos que los demás nos halaguen
por como nos vestimos, nos vemos, lo que hacemos, lo que no, etc. Y muchas de
nuestras conductas son influenciadas por otros.
Pero cuando una persona se da cuenta de que nunca va a poder dejar a todo
el mundo contento y que siempre alguien le desaprobará, entonces decide ser
quien es. Y al tomar la decisión ni los cumplidos ni las críticas le afectan.
Se mantiene tranquilo con quien es.
3. Las personas maduras poseen un
“espíritu de humildad”… porque alguna vez les han tirado para abajo.
La humildad se logra
cuando has chocado con tu propio reflejo más de una vez. Cuando has
experimentado tus momentos más oscuros, la humildad brillará en tus días más
claros.
Las personas que han
tenido experiencias donde la vida o la naturaleza les demuestra que no pueden
controlar todo son las que han logrado tener más humildad. Y son precisamente
ellas mismas las que pueden guiar a otros por la oscuridad, ya que la han
experimentado ellos mismos.
4. Las decisiones de las personas
maduras “están basadas en su carácter, no sus sentimientos”… porque han
aprendido a ser virtuosos.
El carácter se
fortalece con el desarrollo de las virtudes, y las virtudes se desarrollan en
la medida que los obstáculos se ponen a prueba.
Puede que no lo
parezca, pero cada vez que te enfrentas a algo que no quieres enfrentar estás
armando carácter. Te vuelves más fuerte, más virtuoso y más capaz de lo que
eras ayer.
5.
Las personas maduras “expresan gratitud constantemente” porque saben perfectamente
de qué están agradecidos.
Las personas desarrollan
gratitud cuando han tenido que pedir ayuda en el pasado. Cuando han pasado por
experiencias difíciles y saben lo que se siente necesitar a otros.
Por eso estas personas
aprecian lo que se les da y también son capaces de dar, porque saben lo
importante que es esa entrega. Estas personas saben el valor que existe en el
dar, por eso sienten profundamente cada “gracias”.
6.
Las personas maduras saben “priorizar a otros antes que a ellos mismos” porque
alguna vez no han recibido la prioridad de alguien querido.
La empatía viene
después de vivir experiencias duras. Las personas que alguna vez se han sentido
poco importantes o no vistas por otro a quien quieren mucho saben lo duro que
puede ser eso, y no se lo desean a nadie más.
Por estas experiencias
saben perfectamente cómo no tratar a las personas. Son capaces de ponerse en
los zapatos del otro, y por lo mismo es poco probable que les pisen. Las
personas que han vivido las cosas más difíciles son las más dispuestas a
entender.
7. Las personas maduras “buscan la sabiduría antes de actuar”… porque han
hecho lo contrario en el pasado.
Muchas personas con pasados dolorosos son lo suficientemente sabios para
entender que han jugado un rol en su dolor. Saben que ellos tomaron decisiones
y acciones que fueron parte de las razones de su dolor.
Una vez que te has hecho un cierto daño propio, desarrollas el hábito de
detenerte y pensar antes de actuar, porque sabes que hay mucho dolor que es
evitable. No quieres dañarte ni dañar a los demás.
En fin, las experiencias difíciles son parte de la vida, el saber
aprender de ellas y madurar gracias a ellas es lo fundamental para convertirnos
en personas íntegras y sabias.
Fuente Rincon del Tibet
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