El Ministerio de
Sanidad de Japón ha decidido no recomendar la vacunación contra el virus del
papiloma humano por sus efectos adversos. En Japón, como en el resto del mundo,
se utilizan las dos marcas existentes de dicha vacuna Cervarix fabricada por
GlaxoSmithKline (GSK) y Gardasil, producida por Sanofi Pasteur Merck, Sharp
& Dohme (MSD).
También existe en el
país nipón, como en España y otros países, una asociación de padres y madres
cuyas hijas han sido víctimas de la vacunación contra el cáncer de cuello de
útero. Allí esta organización pide lo mismo que aquí la Asociación de Afectadas
por la Vacuna del Papiloma (AAVP) una moratoria en la aplicación de esta
vacuna.
No es la primera vez
que sucede esto en Japón pues en 2011 se produjeron cuatro muertes relacionadas
con la vacuna Prevenar de Pfizer (desaconsejada por científicos españoles
independientes) y ACT-HIB del laboratorio ya citado Sanofi Pasteur Merck, Sharp
& Dohme. También, en 2005 se había suspendido la recomendación de usar la
vacuna contra la encefalitis japonesa.
Las autoridades
sanitarias japonesas ofrecen datos que confirman lo que desde hace años
advertimos en este blog, que la vacuna del papiloma es la que más reacciones
adversas produce, algunas con resultado de muerte. Sabemos bien de lo que
tratamos, en el Bufete Almodóvar & Jara -cuya marca específica de
Reacciones Adversas a los Medicamentos es Bufete RAM– llevamos casos de graves
daños provocados por esta y otras vacunas.
Estos laboratorios parecen
ajenos a todo aspecto humano de su actuar. GSK intenta apropiarse del concepto
Ciencia para hacer marketing entre colegiales, por ejemplo; la vida continúa.
¿Seguirá el Ministerio de Sanidad español diciendo que la vacuna del papiloma
es “segura”? ¿Escuchará por fin a sus víctimas y suspenderá su
comercialización? ¿Las jovencitas españolas están hechas de otro material que
las japonesas?.
Fuente: elnuevodespertar.wordpress.com
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