EL DESAMOR NUNCA MATA

 


A menos que tú lo permitas sintiéndote ahora vacío, carente de una parte con la que te notabas completo, el desamor nunca mata.

 

La creencia de la media naranja, querer cambiar al otro, dar todo lo que en realidad no creemos merecer recibir es un camino que te llevará al sufrimiento.

 

Es entonces cuando el desamor, que estará a la vuelta de la esquina, te esperará para hundirte. Para hacerte sentir solo y que el motivo de tu vida te ha arrebatado tu felicidad, tu esencia, tu existencia.

 

La importancia del desamor

El desamor carece de relevancia cuando nos enfrentamos a la muerte de un ser querido, a una enfermedad grave o a cualquier otra situación que se eleve en grado de importancia.

 

No obstante, no debería de sucedernos nada más para darnos cuenta de que le damos una prioridad exagerada al hecho de romper con nuestra pareja.

 

De repente, todo se hunde, nada tiene sentido, nos creemos morir… La aceptación está muy lejos de ser conseguida. Si podemos, nos retorcemos más y más en ese dolor que nos atrapa.

 

Quizás lo hayamos dado todo por el otro. Quizás nos hemos sumergido en una relación cuando antes deberíamos haber elevado nuestra autoestima.

 

Tal vez ya estábamos vacíos cuando iniciamos esa relación. Sin embargo, no nos damos cuenta porque tapamos todo esto gracias al otro, al que le demandábamos todo aquello que no teníamos.

 

Le dimos el poder y la responsabilidad de brindarnos el amor que no teníamos por nosotros mismos, la seguridad de la que carecíamos y la felicidad que por nosotros mismos no lográbamos encontrar.

 

Hemos cometido un gran error, priorizamos al otro, lo idealizamos, lo convertimos en nuestro salvador. Entonces, cuando todo se tuerce, dejamos de ser…

 

Tú sigues siendo aunque el desamor aparezca

Tu pareja te dice que ya no siente lo mismo. Tú notas que empiezas a dejar de ser tú, que desapareces, que te esfumas…

 

Sin embargo, aunque te diga esto, aunque todo haya cambiado, a pesar de que encuentre a otra persona con la que compartir su vida o que no seas lo que la otra persona realmente busca, tú sigues siendo.

 

El principal problema de que tu mundo se derrumbe es que te has apegado al otro, te has volcado en la otra persona, has dejado en sus manos mucha de tus responsabilidades.

 

Pero, aunque el desamor aparezca, tu mundo no se acaba ahora. Eso es lo que parece, sin embargo lo que te ocurre es que tienes una falta de perspectiva.

 

Para que no te hundas cuando tu relación se termina por determinados motivos es imprescindible que forjes una relación fuerte contigo mismo.

 

¿Por qué nos esforzamos por mantener buenas relaciones con los demás pero, en cambio, con nosotros mismos esto no funciona así?

 

Nos menospreciamos, no nos damos el valor que merecemos y es así cómo surgen la mayoría de nuestros problemas.

 

El amor libre

Nadie nos enseña a amar libremente. Los cuentos de Disney, la religión y la continua publicidad que recibimos nos insta a atarnos, a desvivirnos por la otra persona, pero ¿qué pasa con nosotros?

 

Nos han ido enseñando desde que eramos pequeños hasta llegar a adultos a descubrir que no somos nada si no hacemos aquello que nos dijeron que es cierto.

 

“Debes tener una pareja”

“Amar es sufrir”

“Debes aguantar en tu relación”

“El amor es esfuerzo”

Todas estas creencias fueron instaladas muy bien en nuestra mente. Así, condicionan nuestra manera de vivir las relaciones y de experimentar el desamor.

 

No nos han enseñado a soltar. A tomar la decisión de dejarlo sin dudar y sin esperar que todo caiga por sí solo cuando no estamos a gusto, cuando ya nada funciona.

 

Aguantamos, pisoteamos nuestra autoestima, nos humillamos, hacemos mil y una cosas que van en contra de nosotros mismos.

 

El desamor no mata. El desamor muchas veces es la liberación de una pesada carga.

 

Dejemos de creer en viejas historias que aún creemos ciertas en la actualidad. Empecemos hoy día a soltar todo aquello que no nos está haciendo ningún bien sin sentir culpabilidad.

 

Raquel Lemos Rodríguez

Fuente: Formarse


No hay comentarios:

Publicar un comentario