Desde la confusión de una niña cuya
conciencia extraordinaria de nuestra unidad nunca fue reflejada por los adultos
a su alrededor, a la joven adulta que recorrió el mundo en una búsqueda de sí
misma en diversas tradiciones espirituales y psicoterapias catárticas; la
búsqueda de Unmani de la verdad más profunda, finalmente llegó a su fin con la
comprensión de que todos los pensamientos, conceptos, dudas, confusión, miedos
y condicionamientos nunca podrían contarle nada sobre ella porque todo estaba
apareciendo en ella.
Unmani
Cuando era niña siempre supe quién
era realmente. Siempre supe que no estoy limitada o localizada dentro de este
cuerpo. Y por mucho que estuviera confundida y perdida durante muchos años,
nunca olvidé realmente este conocimiento.
Cuando era una niña, sólo había esto.
El acontecer de la vida. No-conocimiento. Inocencia. Siempre supe esto. Nunca
sucedía nada. Veía la broma. Veía a otros fingiendo. Entonces surgió el miedo y
con él una sensación de "yo aquí" y "ellos allí".
"¿Qué se espera de mí? ¿Debo jugar a su juego? Yo no quiero. No sé cómo.
¿Qué es este mundo loco donde todo el mundo pretende ser alguien?"
Confusión. Tratando de encajar.
Tratando de sobrevivir. Cuando me convertí en adolescente, la confusión se
tornó en ira. Estaba furiosa contra la pretensión. Estaba enfadada con el
mundo. Había una sensación de algo terrible, terriblemente equivocado, algo que
faltaba.
Cuando estaba con mis padres en el
jardín, mi mamá o papá a menudo decían: "Mira, no es ese un árbol
hermoso?" A menudo yo respondía con una especie de enojado
"Mmph". "No hay algunos trocitos que sean más especiales o más
hermosos que otros trocitos", pensaba yo. "Todos ellos están en mí.
Todos ellos son de igual valor – la suciedad bajo mis uñas y las flores en el
árbol. Los árboles, las flores, y todo en el juego de la Vida es mi hogar. Por
supuesto todo es increíblemente hermoso, pero esta belleza no es una idea.
La gente solía decir cosas como,
"¿no fue genial ayer?" Y otra vez me sentía engañada y confundida. El
pasado nunca había acontecido. Yo no sabía cómo podían creer que era real.
Todas las palabras parecían afirmar esa pretensión. Cuando otros niños en la
escuela se preguntaban unos a otros cosas como: "¿Cuál es tu color
favorito?" No sabía dónde encontrar la respuesta. No tenía identidad a la
cual podría referirme. Lo que realmente sabía más allá del mundo no estaba
siendo reflejado o reconocido en el mundo. No sabía cómo vivir este juego de
ser alguien. Dudaba de lo que realmente sabía y pensé que debería haber algo
mal en mí.
Unmani de niña
Traté inocentemente de jugar a ser
alguien con el fin de sobrevivir en el mundo, pero me sentía más y más confusa
y desconsolada. Intenté con diferentes identidades para ver si podrían encajar.
Traté de encontrar la relación o profesión ideal, e incluso pensé que a través
del análisis y de trabajar con los patrones de pensamientos con un psicólogo,
podría "resolverlo todo". Estaba buscando el eslabón perdido. Esa
pieza del rompecabezas que llenaría el vacío e hiciera que el dolor
desapareciera.
Cuando tenía 17 años, me fui de
Inglaterra y terminé pasando los próximos 20 años viviendo en otros países.
Estaba constantemente buscando la identidad correcta que llenaría el vacío que
asumía que estaba mal en mí. He aprendido mucho en todos los lugares que
estuve, pero uno de los lugares más significativos en los que viví fue en la
India durante tres años en el ashram de Osho en Pune. Y aunque Osho ya no
vivía, me enamoré de sus palabras y de su mensaje de libertad. La meditación
era algo nuevo para mí y me encantó. Me encantaba la danza meditativa y yo
bailaba durante horas todos los días. Me gustaba el respeto por el silencio.
Nunca me había encontrado con esto antes. Tomé el voto Sannyas, y recibí un
nombre nuevo de las mujeres a las que Osho había dejado al cargo. Me dieron el
nombre de Unmani, que en sánscrito significa "no mente" o "más
allá de la mente". He guardado este nombre, así como mi nombre de
nacimiento, Liza, porque me gusta cómo este nombre no lleva ninguna identidad o
historia y es simplemente una palabra que suena extraña. No me siento como que
soy Unmani o Liza, pero cuando escucho el nombre Unmani, me resulta
especialmente divertido.
Aunque me encantaba Osho, todavía
sentía que estaba buscando algún tipo de reposo en mí misma. Estaba muy triste
y sentía que nada de lo que hacía en realidad iba a la raíz de lo que estaba
buscando. Decidí hacer una terapia de grupo primal donde durante cinco días se
hacía una regresión a la infancia para volver a conectar con nuestro niño
interior y expresar lo que nunca tuvimos la oportunidad de expresar a nuestros
padres. Durante una sesión de catarsis intensa, me rompí el tobillo por
intentar matar a mi madre dando puñetazos y patadas a los colchones y paredes
acolchadas. Estaba tan enrabietada y desesperadamente deprimida que no me
importaba el dolor. Seguí saltando y bailando con mi pierna rota hasta que me
llevaron al hospital. Me las arreglé para tener mi pierna escayolada y luego
volví a la última jornada del grupo. Mientras estaba sentada en una silla de
ruedas y escuchaba al terapeuta decir: "Esto ha sido sólo una muestra del
trabajo que ustedes necesitan hacer en sí mismos", mi mundo se volvió
negro. Me sentí tan enojada. "No puede ser de esta manera", pensé.
"No puede ser sólo una búsqueda sin fin. Sé que no lo es".
Debido a mi pie roto, me pasé la
mayor parte del mes siguiente tumbada en la cama mirando al techo. Me sentía
tan perdida y tan al final de mis fuerzas. El dolor en mi corazón era física y emocionalmente
inaguantable.
Había oído hablar de una mujer
llamada Dolano que era una maestra Zen que daba satsang. Nunca había oído
hablar antes de "satsang" o de "despertar". Cuando escuché
por primera vez este término "despertar", no tenía ni idea de lo que
quería decir, y no estaba realmente interesada en averiguarlo. Parecía como
otra experiencia espiritual o meta que perseguir. Ya sabía que estas metas
espirituales no tenían nada que ver con la realización real. Pero cuando me
enteré de que Dolano sólo estaba invitando a que vinieran a ella las personas
que estaban dispuestas a morir, tuve una profunda sensación de que esto era
para mí. Así que, en mi estado bastante suicida, fui a verla.
Dolano
Al principio no me di cuenta de que
lo que estaba describiendo era lo que siempre había conocido, porque no podía
creer que alguien estuviera realmente hablando de ello en voz alta. Pero
después de un par de días de escucharla, me di cuenta de que por primera vez
alguien estaba reconociendo lo que había conocido desde que era una niña, que
no existe una identidad, que no hay ninguna respuesta, y que no hay necesidad
de conocer las respuestas. Hubo una risa y alivio. Esto es lo que todo el mundo
está buscando. ¡Qué broma! Yo estaba tan agradecida de que alguien tuviera el
valor de decir la verdad para que pudiera oírla.
Después de esto, se sintió un gran
alivio, pero a veces había duda y todavía preguntas de cómo integrar esto en mi
vida. ¿Qué hago con esto ahora? ¿Qué pasa con todos los viejos condicionamientos
y emociones? ¿Cómo lidiar con ellos? Pasé dos años más incursionando en otras
enseñanzas espirituales e indagando más profundamente en las creencias que
había reunido acerca de quién pensaba que creía ser.
Una noche, después de un desacuerdo con
un amigo, me pasé toda la noche tratando de averiguar la diferencia entre la
arrogancia y la humildad, hasta que algo se relajó profundamente en mí. Me di
cuenta de que todo está ocurriendo en mí. Absoluta arrogancia y absoluta
humildad – no hay diferencia. Todas las palabras, conceptos, dudas, confusión,
miedos, condicionamientos, y demás, todo está aconteciendo en mí. Pero nada de
eso me dice nada sobre mí, porque todo está apareciendo en mí. En ese momento,
la búsqueda había terminado, se había producido un desmoronamiento continuo de
las viejas creencias, y una caída libre sin fin en el no saber cómo vivir como
alguien en este juego de la vida.
Cuando somos niños, cuando somos
nuevos en esta vida, todo lo que conocemos es la apertura, la inocencia, la
sensación de que nada y todo es posible. Estamos vacíos de ideas acerca de cómo
deberían ser las cosas. Hay simplemente un no-saber y un vacío esperando ser
llenado. Hay sólo curiosidad y asombro por todo lo que está aquí, la sensación
de estar en casa y sin temor a perder nada. Todo es acogido y suficiente. No
existen restricciones o límites. Puro amor. Puro ser.
Pero en algún momento nos enteramos
de que estar en el mundo no se suponía que fuera tan fácil. De acuerdo con
todos los demás se supone que debemos saber quién o qué somos. Se supone que
debemos saber lo que queremos o hacia dónde vamos. Se supone que debemos
cumplir con las reglas de nuestra familia y encajar en la sociedad. Tenemos que
aprender rápidamente a ser una persona en este mundo loco. Tenemos que aprender
que hay límites y fronteras de lo que es socialmente aceptable o no. Tenemos
que aprender a contener nuestra energía. Tenemos que aprender a restringir lo
que decimos o hacemos. Empezamos a aprender que tenemos que jugar el juego con
el fin de sobrevivir en este mundo.
Después de un tiempo aprendemos las
reglas de la supervivencia tan bien que empezamos a creer en ellas mismas.
Empezamos a creer que los límites de nuestro pensamiento o lo que otras
personas han dicho de nosotros debe ser verdad. Todo el mundo en esta
existencia maravillosa parece creer que son individuos separados, y la mayoría
de la gente parece saber cómo ser uno y hasta lo que eso significa. Las
personas parecen tener ideas acerca de cómo deberían ser las cosas y parecen
conocer las reglas del juego.
Cuando yo era niña, recuerdo que me
sentía muy sola y perdida entre estos extraños adultos que tenían extrañas
reglas. Encontraba muy a menudo contradictorio lo que decían y hacían, y
también a menudo semejante contraste con lo que yo sentía más allá de todas las
palabras o acciones. Me enteré de que mi conocimiento interior no era apoyado o
confirmado en el mundo. Era algo que tenía que callar y enterrar profundamente
en el interior, ya que sólo parecía causar problemas. Los adultos decían una
cosa y querían decir otra. Hacían algo y yo podía sentir que su corazón no
estaba realmente puesto en ello. Lo hacían para poder encajar porque pensaban
que se trataba de algo que deberían hacer. Parecía que había un temor general a
realmente dejarse llevar y confiar en ese sentido de claridad y apertura más
allá de todas las ideas. Cuando quise constatar lo que me parecía ser lo más
obvio, esto provocó reacciones defensivas, negaciones, y parecía causar mucho
dolor. Así que como todo el mundo a mi alrededor, aprendí a guardar silencio
acerca de lo que realmente estaba pasando.
Veía a personas fingiendo o
pretendiendo ser alguien con una historia de vida importante y una existencia
significativa. Mucha gente parece estar luchando por encontrar algún
significado o sentido en todo y luego aferrarse a ello. La gente busca dar
sentido y plenitud en su trabajo, en sus relaciones, en lo que poseen y en sus
logros. Pero para su consternación continua, cualquier sentido que encuentran,
con el tiempo se dan cuenta de que sólo es temporal y luego la búsqueda de
sentido continúa. Nunca hay una sensación de estar realmente satisfecho.
Siempre nos estamos imaginando que la satisfacción y el descanso final estará a
la vuelta de la esquina. Pero nunca lo está.
Algunas personas comienzan la
búsqueda de sentido y plenitud a través de la espiritualidad. Al principio esto
puede parece ofrecer un gran valor y significado, ya que parece estar más allá
de la vida cotidiana mundana y ordinaria. Pero en algún momento la
espiritualidad comienza a convertirse en otra identidad falsa. Puede hacerte
sentir como que eres más especial porque eres un buen meditador o sanador de la
energía. Se trata de perseguir experiencias temporales de felicidad y escapar
de experiencias incómodas que siempre estás tratando de componer.
En algún momento hay que reconocer el
hecho de que cualquier significado es sólo una creencia temporal, y cualquier
satisfacción es sólo una experiencia temporal. Nada en este juego de la experiencia
es permanente y no hay descanso final que se encuentre en ella. Siendo
profundamente honesto acerca de lo que realmente sabes, o en realidad no sabes,
la simple verdad es tan evidente y siempre lo ha sido. Yo no soy lo que el
pensamiento dice que soy. Estoy viendo que todo acontece. Soy consciente de
cada experiencia. Yo soy la conciencia misma. Eso es lo que realmente soy. Soy
consciente de los pensamientos, pero no soy afectado por ellos, y también estoy
viendo a esta mujer llamada Unmani que está viviendo una vida. Ella está en mí.
Ella es una expresión de la vida misma, que se experimenta a sí misma de esta
manera. Ella es un instrumento para sentir y expresar la energía de la vida.
El pensamiento no puede realizar o
entender esta verdad. Es demasiado obvia y sencilla, y al pensamiento le gusta
complicar todo. No existe una práctica que pueda ayudar porque no hay nada que
se necesite o que falte. Tú ya eres todo lo que anhelas llegar a ser. Una vez
que ves que no eres tu pensamiento, entonces puedes ver cada vez más que todos
los pensamientos sólo están a tu servicio. Ellos no son el enemigo, como
solemos creer. Sólo están tratando de ayudar. Ofrecen sugerencias prácticas,
que tratan de resolver problemas, y tratan de protegerte de todo tipo de amenazas
(reales o imaginarias). Al ver el pensamiento como lo que realmente es, la vida
no se toma tan en serio y esta persona que vive una vida es libre para ser tal
como es. Florece cada vez más, y te enamoras de ella cada vez más.
Sabiendo que yo no estoy limitada a
este individuo aparente, Unmani, denota que ella es libre de ser limitada. Soy
consciente de ella, y soy ella. Siento todo lo que ella siente. Experimento
todo lo que ella experimenta. Paradójicamente, quien yo soy en realidad no es
tocado por nada de eso, y sin embargo, al mismo tiempo, estoy tan conmovida que
vienen lágrimas de gratitud por este juego de la experiencia. Esta paradoja no
puede y no tiene sentido. No se trata de mantener algún tipo de distancia de
las reacciones personales, no se trata de no sentirse nunca incómodo, y no se
trata de aferrarse a una experiencia particular de ser consciente y desapegado.
No se requiere nada para ser lo que soy. Y al enamorarme de esta persona, yo sé
que soy la claridad absoluta, la fuerza absoluta, el amor absoluto,
absolutamente todo. Soy cada experiencia, y todo está aconteciendo en mí. Todo
lo que parece estar fuera está dentro. Mi verdadera naturaleza es la vacuidad
absoluta, que se llena de todo esto.
Nada ha cambiado desde que era una niña. Pero he realizado un viaje de pretensión y ocultamiento, y cerrando el círculo he vuelto de nuevo al principio, sólo que ahora con la madurez de un adulto que puede reconocer, apreciar y valientemente sentir y expresar lo que realmente soy en este juego de la experiencia . No hay final para este desmoronamiento y enamoramiento de mí mismo en todo y con todos. Es sólo la naturaleza del pensamiento la que anhela un lugar de descanso final para esta vida interminable, emocionante, cambiante, salvaje y sensual. Pero si hubiera un final, entonces se quedaría fija y estancada. Quién yo soy la vida misma, y ésta nunca está limitada por lo que pensamos. Siempre es un misterio a desentrañar.
Unmani
© Unmani Liza Hyde - 23-2-13
La Autora
Unmani
Unmani es originaria del Reino Unido, pero ha vivido una vida nómada en muchos países de todo el mundo a partir de la edad de 18 años. No ha tenido una "base de operaciones" durante años, y viaja por todo el mundo celebrando reuniones y cursos intensivos que dependen de la generosidad de las personas que han sido tocadas por su mensaje. Personas maravillosas en muchos países han ayudado, apoyado y acogido a Unmani a lo largo de los años. Ella vive en gratitud hacia aquellos que están dispuestos a abrir sus hogares y sus corazones a la libertad. Es autora de Die to Love y I Am Life Itself, ambos libros de satsang.
Morir para amar
Este libro es para aquellos que han estado buscando genuinamente y anhelando el "despertar" o la "verdad". Die to Love le indica directamente al lector el final de la búsqueda espiritual de una vez por todas. Explora el desesperado anhelo de amor y entrega que tantas personas sienten y directamente te pregunta: "¿Estás dispuesto a perder todo lo que es familiar y seguro para conocer ese amor que anhelas? ¿Estás dispuesto a morir por el amor? No es la muerte del cuerpo, sino de la identidad llamada 'yo'." Los capítulos incluyen contenidos sobre las relaciones y la locura del amor, así como el amor condicional e incondicional, y lo que realmente es la compasión.
Soy la vida misma
"En el juego dramático de la Vida, a menudo hay una búsqueda para llenar ese hueco vacío que puede parecer tan doloroso. Una búsqueda de algún tipo de seguridad o satisfacción, con la esperanza de que algún día encuentre lo que buscas.
"Este libro trata del final de la esperanza. Es el final de pretender buscar lo que nunca ha estado en ningún lugar sino aquí mismo. No hay nada que buscar, nada que encontrar; el final de tratar de conocer. Esto es absoluto no- saber, cayendo siempre en la inseguridad absoluta. Es simplemente el reconocimiento directo de lo que es. Esto es lo que yo soy. Yo soy lo que tú eres. Yo soy la Vida misma."
Fuente: ONE the Magazine (Edición de verano 2013)
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