La doctora Melanie
Greenberg conoce bien los efectos perjudiciales del estrés sobre la salud mental y física. La
meditación es una de las principales herramientas para evitarlos, especialmente
la meditación compasiva con uno mismo y con los demás.
La doctora Melanie Greenberg es
psicóloga, escritora, conferenciante y coach. Experta reconocida en el control
del estrés, la salud y las relaciones interpersonales, utiliza técnicas
contrastadas por lo estudios en neurociencia, como el mindfulness y la terapia
cognitivo-conductual. Escribe el blog The Mindful Self-Express y es autora de
Mindfulness y neuroplasticidad, publicado por la editorial Sirio.
–¿Cómo afecta el estrés al cerebro?
¿lo altera físicamente?
–Se ha descubierto que los factores
estresantes acumulativos afectan la estructura y la función del cerebro, pero
muchos de los estudios se han realizado en ratas y deben replicarse en humanos.
El estrés a corto plazo tiene efectos temporales en los cerebros de las ratas,
mientras que el estrés prolongado tiene efectos más permanentes. El estrés
provoca la liberación de hormonas del estrés como los glucocorticoides (como el
cortisol) que parecen tener un efecto dañino en los cerebros de ratas y
humanos. En ratas, los glucocorticoides pueden causar que las dendritas que las
neuronas cerebrales usan para comunicarse entre sí se encojan. La exposición
prolongada mata las neuronas o las hace más vulnerables a lesiones o a
accidentes cerebrovasculares. Los estudios en humanos utilizan fMRI (imágenes
por resonancia magnética) para escanear el cerebro en tiempo real. Estos
estudios han encontrado que el estrés a largo plazo está asociado con la
contracción de las neuronas en el hipocampo del cerebro (responsable de
almacenar recuerdos de eventos y hechos).
–¿Puede el cerebro recuperarse de
este daño?
Esto depende del marco de tiempo. El
cerebro se recupera rápidamente de los factores estresantes a corto plazo, como
los exámenes o una discusión con un amigo, pero la exposición al estrés durante
meses y años puede provocar algunos efectos permanentes. Los cambios en el
estilo de vida, como más ejercicio, una alimentación saludable, dormir lo
suficiente, meditar o estrategias de afrontamiento cognitivo-conductuales,
pueden comenzar a revertir los efectos del estrés en el cerebro y el cuerpo.
–También afecta la salud general,
¿cómo?
–El estrés a largo plazo puede causar
inflamación crónica en el cuerpo a través de la acumulación de glucocorticoides
(cortisol en humanos) que se liberan durante la respuesta del cuerpo al estrés.
Debido a que el cortisol se comunica con el sistema inmunitario, también hay
efectos del estrés crónico en la inmunidad. La exposición crónica al estrés
puede hacer que el hígado produzca un exceso de glucosa. También aumenta la
frecuencia cardiaca y la presión arterial y hace que los vasos sanguíneos se
contraigan. El estrés acumulativo puede dañar los telómeros en los extremos de
nuestras hebras de ADN, haciéndolos más vulnerables al daño. Así, el estrés
provoca el envejecimiento celular.
El estrés puede afectar algunas
partes de nuestro sistema inmunitario, lo que lleva a una mayor susceptibilidad
a virus como los resfriados. Las enfermedades asociadas con el estrés a largo
plazo incluyen enfermedad de las arterias coronarias, ataques cardíacos y
accidentes cerebrovasculares, diabetes, cáncer y enfermedades autoinmunes como
la artritis reumatoide o el asma. Los efectos en la salud mental, como la
depresión y la ansiedad, también pueden ser el resultado de demasiado estrés.
El estrés puede provocar un aumento de peso porque nuestros estómagos retienen
grasas no saludables cuando estamos estresados durante mucho tiempo.
–¿Cómo ayuda el mindfulness o
práctica de la atención plena?
La meditación de atención plena puede
reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca y mejorar la respiración,
el patrón de ondas cerebrales y el sueño. Los estudios que utilizan imágenes de
resonancia magnética funcional han demostrado los beneficios de la meditación
en áreas del cerebro como la corteza prefrontal, el hipocampo y la corteza
cingulada anterior. El resultado es una mejor atención y autoconciencia, mejor
control y regulación emocional, más conciencia corporal, mejor concentración y
memoria. La meditación también puede potenciar la compasión y mejorar las
relaciones. Los efectos generalmente ocurren después de meses de meditación
constante.
La compasión puede reorientar la
mente, alejarla de las duras críticas hacia uno mismo y hacia los demás.
–También propones meditaciones
basadas en la compasión, ¿por qué? ¿Cómo ayuda la compasión con el estrés?
–La compasión puede reorientar la
mente, alejarla de las duras críticas hacia uno mismo y hacia los demás. Puede
ayudarnos a trabajar hacia el perdón. La compasión puede tener un efecto
calmante y brindar una perspectiva más amplia o más equilibrada. A menudo nos
presionamos para hacer más y más y nos sentimos culpables si nos tomamos un
descanso. Esperar que seamos perfectos puede aumentar el estrés mental. La
compasión es el antídoto, porque nos ayuda a juzgarnos a nosotros mismos con
menos dureza, entendiendo que solo somos humanos y merecedores de bondad y
comprensión. La compasión también puede transformar las relaciones, reduciendo
el estrés y aumentando el apoyo.
–Pero para una persona estresada lo
más difícil puede ser meditar…. ¿hay alguna alternativa?
–El ejercicio y la exposición a la
naturaleza son buenas alternativas a la meditación. El ejercicio aeróbico puede
reducir las hormonas del estrés y conducir a la producción de endorfinas, que
son analgésicos naturales que pueden calmarnos y elevar el estado de ánimo.
También puede aumentar la dopamina, lo que nos hace sentir más felices, con más
energía y motivados. El ejercicio puede reducir la tensión muscular, agudizar
nuestro pensamiento y mejorar la confianza en uno mismo y la imagen corporal.
También puede mejorar la memoria y el sueño y reducir la depresión y la
ansiedad.
La investigación también ha
demostrado que pasar tiempo en espacios verdes, como parques y jardines, puede
tener un efecto calmante para la mente y el cuerpo. Los espacios verdes pueden
promover la reducción de la ansiedad y la depresión, más participación social y
más ejercicio, entre otros beneficios. Una mayor exposición a la naturaleza
puede reducir los niveles percibidos de estrés y puede reducir el cortisol,
particularmente en las mujeres, pero se necesita más investigación sobre este
tema.
–¿Qué tipo de preocupaciones nos
estresan y no deberían?
–La preocupación puede aumentar los
niveles de estrés al incrementar la cantidad de tiempo que pensamos en los
factores estresantes y centrándonos en las expectativas negativas imaginadas.
Algunas preocupaciones que conducen a encontrar soluciones al problema o una
nueva perspectiva pueden ser útiles. En cambio, la preocupación inútil a menudo
es rumiante y repetitiva: repasamos la misma información una y otra vez. Un
tipo de preocupación particularmente inútil es la catastrofista, que es cuando
imaginamos los peores resultados posibles, aunque es muy poco probable que
sucedan. Por ejemplo, podríamos pensar en el accidente del avión o en tener un
cáncer terminal. Una forma de abordar el catastrofismo es pensar en cuántas
veces en el pasado esperábamos lo peor y no sucedió. También podemos pensar en
posibilidades alternativas más probables, como que el avión llegue a su destino
de manera segura o que el problema de salud resulte ser menor y no ponga en
peligro la vida.
Cuando estamos estresados, puede ser
útil pensar en las cualidades personales, los recursos y la capacidad de
recuperación que podemos usar para enfrentar la situación
–¿Cómo ayuda la psicología positiva?
–La psicología positiva es un campo
de la psicología que se centra en las fortalezas humanas, la resiliencia y el
rendimiento óptimo en lugar de en la enfermedad mental. Cuando estamos
estresados, puede ser útil pensar en las cualidades personales, los recursos y
la capacidad de recuperación que podemos usar para enfrentar la situación, en
lugar de centrarnos en lo negativo. La investigación realizada por Barbara
Frederickson y sus colegas muestra que el estado de ánimo positivo puede
conducir a un pensamiento más amplio y creativo, mientras que la ansiedad
reduce nuestro enfoque a la amenaza percibida. Potenciar nuestros estados
mentales positivos, como la curiosidad y la confianza, puede llevarnos a
explorar y tener nuevas experiencias que pueden crear recursos positivos como
encontrar un nuevo amigo o aprender una nueva habilidad. La investigación
también muestra que crear un estado de ánimo positivo (por ejemplo, con humor)
puede deshacer uno negativo. También se ha demostrado que el optimismo
beneficia la salud y el funcionamiento inmunitario.
–¿Cómo son los ejercicios que
propones para fortalecer la resiliencia?
–Una forma de fortalecer la
resiliencia es a través de la exposición gradual a las situaciones que tememos
y evitamos. Por ejemplo, si tienes ansiedad social, puedes establecer metas
pequeñas, como hablar con una o dos personas nuevas en una fiesta o en el
trabajo. Luego, poco a poco te acercas a situaciones más estresantes, como
invitar a alguien a una cita o unirte a un grupo de personas que no conoces.
Tener éxito en situaciones más fáciles aumenta tu confianza para las más
difíciles. Adoptar a propósito una perspectiva más compasiva también puede
aumentar la resiliencia porque no te desgastarás con un diálogo interno
negativo. Pensar en situaciones que has manejado con éxito en el pasado y en
las habilidades o fortalezas que utilizarte, puede ayudarte a abordar futuros
factores estresantes con más confianza.
–¿Es la inseguridad en uno mismo una
causa de estrés? ¿Cómo podemos trabajar la confianza en uno mismo?
La falta de confianza en uno mismo es
una de las mayores fuentes de estrés, pero también es muy común. Las mujeres
son particularmente propensas al diálogo interno negativo, aunque los hombres
también lo hacen. El diálogo interno negativo es una de las cosas más difíciles
de cambiar. Pensar mal de nosotros mismos o dudar de nuestras habilidades puede
aumentar el estrés en cualquier situación, puede hacer que evitemos los retos
en lugar de involucrarnos, o hacernos más propensos a aceptar malos tratos.
Algunas formas de aumentar la confianza en uno mismo son hacer ejercicio para
mejorar la fuerza física, la resistencia y la imagen corporal y enfrentar
gradualmente las cosas que tememos.
–¿Qué ganamos si aprendemos a
controlar el estrés?
Aprender a controlar el estrés puede
hacernos más saludables, felices y resistentes. Las recompensas de manejar el
estrés son la reducción de la depresión y la ansiedad y menos riesgos para la
salud física. Podemos sentirnos poderosos y proactivos en nuestras vidas, en
lugar de estar controlados por pensamientos temerosos. Tener una sensación de
calma interior y optimismo nos ayuda a perseverar, comunicarnos mejor, ser más
productivos, tener una perspectiva más saludable y encontrar soluciones más
creativas a los problemas. También pueden mejorar las relaciones con otras
personas, lo que aumenta nuestra alegría y da sentido a la vida.
Evitar el aislamiento social, tratar
la depresión, comer de manera más saludable y dormir lo suficiente debería
aumentar la capacidad de recuperación del cerebro.
–¿Es posible prevenir la degeneración
cerebral a partir de cierta edad?
No creo que sepamos la respuesta a
esta pregunta. Hay algunas formas de reducir el riesgo de alzhéimer y otras
demencias o de disminuir la pérdida de memoria relacionada con la edad. El
ejercicio aeróbico regular (caminar, correr, nadar, etc.) puede reducir en gran
medida el riesgo de deterioro cerebral. Hacer al menos 150 minutos de ejercicio
aeróbico a la semana puede mantenerte en la zona saludable. Mantener tu cerebro
estimulado aprendiendo cosas nuevas, teniendo nuevas experiencias o asumiendo
nuevos desafíos puede ayudar. Evitar el aislamiento social, tratar la
depresión, comer de manera más saludable y dormir lo suficiente debería
aumentar la capacidad de recuperación del cerebro. Aumentar la ingesta de
ácidos grasos omega-3 limita la producción de placas de beta amiloide, que se
cree que impulsan las enfermedades neurológicas degenerativas.
–¿Quieres añadir alguna idea que consideres importante?
–Quiero enfatizar la importancia de las relaciones cercanas de buena calidad y el compromiso social para protegerse contra los efectos negativos del estrés y mejorar la calidad de vida. Comprender lo que puedes y no controlar puedes y trabajar en la aceptación radical de las cosas que no puedes cambiar, también son factores importantes. Cuidar la mente, el cuerpo y la salud social son importantes para lidiar con el estrés. No es solo una cosa. Cada uno de nosotros tiene que encontrar su propia fórmula, que generalmente incluye más de una herramienta de manejo del estrés.
Melania Greenberg
manuel nuñez
Fuente: CUERPOMENTE
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